Y Probé a ser IMvencible

Triatlon.

sábado, agosto 19, 2006

Y el jueves me fui a nadar….
Querido diario:
Te dejé en el momento que me marchaba a nadar. No lo conté todo. Tenía una sorpresa. La señorita Rothenmeller me había indicado que hoy me llevara unas aletas. El objeto creo que era conseguir mejora en mis “aleteos” con los pies. Allí que me fui yo. Tras acomodarme en el vestuario todos mis accesorios para el “baño”. Lo cierto es que nadar es lo más cómodo de todo con el “tanga” y las gafas de nadar vas que chutas… Me dispuse a salir hacia el “vaso” como ahora se que se le llama a la piscina de toda la vida… Total que iba para afuera y pensaba que llevaba demasiados artilugios para lo poco que necesitaba… Las gafas en la cabeza, el bañador puesto, las chanclas en los pies y las aletas en las manos… Ni corto ni perezoso me dispuse a eliminar equipaje supérfluo…. Me quité las chanchas y me puse las aletas para salir al vaso que está a unos treinta centímetros de los vestuarios. ¡Fue mágico!. Nunca una distancia tan insignificante me pareció tan larga. Nada más salir del vestuario cincuenta pares de ojos se fijaron en mi “disposición”. Creo que es que están a mala leche pendientes de mi persona. Tras volver a dejar varios kilos de mi dignidad en aquel “pequeño paseo”. Pasé a deleitar a los “espectadores que son los que tienen razón ya que son los que pagan” como mi espectáculo “El Bombero nadador y los enanitos sátrapas”. La natación me ha dado un nuevo problema. El agua. Tanto cloro y tanta “fuchina” que le añaden al agua me están dejando la piel de “puta pena”. Cuando corro o monto en bici el sudor me “hierve” en las mejillas. Mi “santa” me ha pertrechado de una crema hidratante en un bote de esos que parecen de pintura de 10 kilos. Antes ha instruido al boticario y su mancebo de que esa crema es “pá” su maridito que se está volviendo un metrosexual, con lo cerca que tenía yo esa farmacia y ya nunca más podré volver a pisarla…
Con la guisa de mis aletas y tal, me lancé al agua y nada más moverlas se me salieron las dos. Lógico. Se las he quitado a mis zagalitos. Ellos calzan un cuarenta y tres de pie y yo sólo un treinta y nueve. Estuve toda la tarde más tiempo metiéndome y buscando las aletas por la piscina que haciendo “uso” de ellas.
El Viernes descansé
Este viernes sólo he ido a nadar. Necesitaba un pequeño descanso. Lo cierto es que desde que nado parece que me recupero mejor de los esfuerzos. Me duelen mucho menos las piernas, o quizás es que alterno más deportes y por eso me machaco menos. La verdad es que estoy contentísimo pues mi nombre ya comienza por seis. Mis nenicos que son unos cachondos me recetaron una medicina para mi problema con las aletas. Me aconsejaron que me pusiera calcetines. Pues más de lo mismo. Otros cincuenta o cincuenta cinco pares de ojos me vieron salir esta vez con las chanclas en los pies, las aletas en las manos, las gafas en la cabeza y mis calcetines puestos. Parecía uno de esos turistas europeos que van con sandalias y calcetines haciendo ruta turística por la ciudad. Los calcetines remediaron algo el problema de lo escaso de mi pie, aunque no lo evitaron totalmente y alguna que otra vez se vieron por la piscina los restos de mi naufragio.
El sábado piscina cerrada
A dios gracias hoy no hay clase de natación. La piscina sigue abierta pero la clase está “fermé”. Me he ido ha hacer un Farlek terapéutico y de autoestima. Por el Coto de los Cuadros me he hecho un circuito de los duros… Normalmente tardo, rodando, entre una hora veinte y una hora veintitrés . Una hora doce han coronado el fin del mismo cuando llegaba a casa… Me estoy animando y el sábado que viene hay una carrera en Librilla igual me animo y me voy para allá a darme un calentón… Hoy es la carrera nocturna internacional “Alcalde de Aguilas” durante varios años he sido el “spiker” de la prueba. Este año no lo he hecho. En estos momentos que escribo lo cierto es que lo hago de menos, pero la vida es así, hay que pasar página….
Mañana quiero hacer unos cien kilómetros., Iré a Sierra Espuña. Subiré “La Cola del Caballo” y lo que de hasta llegar a 50 km. Para luego regresar. Lo malo es que desde mi casa hay unos 20 km. Hasta donde salen los de la capital y eso me quita de poder subir al “Alto del Collado Bermejo”, que es de primera categoría. Otra vez será. Probaré mi nueva alimentación. “bocadillitos de jamon y queso y carne de membrillo”. Es que las barritas de muesli se me están acabando….