¡No creas que te tengo olvidado, querido diario!
Esta semana ha estado llena de imprevistos y no he podido mancillar tus impolutas páginas, mi querido diario, con mis andanzas y aconteceres…
El martes a las ocho de la mañana me presenté en la piscina hecho un manojo de nervios. El madrugar no me cuesta demasiado. Una vez allí me volvieron a dejar sin entrenar. La instalación no estaría disponible hasta las 12 de la mañana. Me volví a ir desilusionado… Aparecí a las cinco y media, unos minutos antes y ya pude entrar. Era todo nervios… ¿Habría mucha gente?. ¿Dónde dejo la ropa?. ¿En que calle me tiro al agua?. ¿Dónde está la ducha?. Como veis preguntas perfectamente normales para un hombre que piensa que lo primordial es el entrenamiento. La cosa resultó bastante fácil. Le pregunté lo de la ropa a la chica en la entrada. Ya se que tengo que traer un “candao” y meter la bolsa en la taquilla. Lo del tiempo de baño no lo he preguntado, aún nadie se ha metido conmigo sobre eso. Me fue imposible encontrar la ducha para hacerlo antes de meterme al agua, así que hasta el día de hoy no he visto a nadie salir duchado del vestuario. Respecto a que calle elegir, “no problemo”. Al pie de cada calle existe un letrero que pone, “baño libre”, “calle rápida”, “curso de natación”. Elegí la calle que se autonombraba como libre y me tiré a calentar. Estaba solo en ella. Ciento cincuenta metros y tras ellos me puse las aletas. Mucha técnica para completar 1.800 mts., lamentables pero mil ochocientos fueron. Cuando llevaba unos cuarenta minutos apareció un nenico y se metió en mi calle. Lo primero que le dije es que se había equivocado, que le iba a dar la tarde pues seguro que en otra calle encontraría a alguien que le molestara menos. El chico muy amable me dijo que no era para tanto. ¡Me adelantó tropecientas veces en veinte minutos! Me cambié y me fui a la pista. Nos juntamos un grupito para hacer el Entrenamiento Total, unos ocho más o menos. ¡Me han perdido el respeto!. Van a su aire sin control de su instructor espiritual e ideólogo que soy yo. Cómo eran 45 minutos terminé en el primer grupo. Los que estaban castigados por ser malas esposas y peores amigos se cascaron un hora…
El miércoles, en parte porque me gusta aprovechar el día, en parte para evitar que nadie se meta en mi calle me fui a las ocho a la piscina. Solucioné otro problema pues me atreví a preguntar si me tenía que llevar yo los artefactos o habían allí a disposición de los usuarios. La chica, de nuevo con sorna, me indicó donde estaban los pull y las tablas para que las cogiera. ¡Me he ahorrado comprarme unos!. También me he ahorrado el transporte, bastante tengo con las aletas de los cojoncicos…2000 mts. pusieron colofón a la matinée. Por la tarde un Farlet de 3 en 3 minutos durante una hora. Elegí la orilla del río. Se vino mi hermanico, el que dice que se traerá la caja de madera de Alemania conmigo dentro, Le apreté todo lo que pude, pero al cabroncete no hubo manera de soltarlo. Hiciemos unos catorce kilómetros o quizás algún metro menos… La orilla del río es muy buen sitio para correr, todo tierra y plano. A veces se hace monótono, El problema ahora es que como está “too” tan seco sales con los pies con más tierra que si hubieras estado cogiendo patatas en la huerta… Nos duchamos en el Pabellón del Infante, como siempre que entrenamos en la “capi” y nos obsequiamos con un par de “Estrellas de Levante”. ¡Si ya se que soy un débil de carácter!.
El jueves a las ocho a la piscina. Soy el dueño de las madrugás. La señora de la limpieza friega el suelo mientras yo me quedo en bolas para ponerme el bañador… Un día pasará algo… ¡Es que yo desnudo gano mucho…! Aunque mi “santa” me dice constantemente que me tape y me vista…. Dos mil cien metros tienen la culpa de que saliera del agua al cabo de una hora. En el plan no ponía nada de nadar, pero como soy un roñica y lo tengo pagado para todos los días no iba a desperdiciarlo…Me fui después al río de nuevo. Tenía cosas que hacer en Murcia… El Mercadota me llama por las noches y ante esa llamada y la orden de mi “santa” no puedo negarme. Hice
Hoy viernes sólo tenía que nadar. Sólo he podido hacer a las ocho y media dos mil metros. He tragado agua como nunca y me ha salido fatal. Se notan los nervios del debú. Dos mil metros he contabilizado. El domingo me pondré el disfraz de triatleta y haré, porque lo de competir es un eufemismo, la carrera. Las dudas me asaltan. ¿Podré nadar los 750 mts. seguidos sin pararme?. ¡Me temo que no!. Saldré el último, pero eso no es lo que más me preocupa. Me preocupa más hacer mal la natación. Para mí es muy importante nadar con corrección, aunque lo haga lento y no dejar mi dignidad en el agua. Constantemente estoy haciendo cuentas y no voy a salir antes de veinticuatro minutos del agua. Con ese tiempo no voy a coger ningún grupo… Voy en la primera salida, con lo cual todo dios estará mirando, competidores, familiares…. Los que salen tras de nosotros estarán esperando para poder entrar a calentar. Voy a ser la risa de la prueba… Espero poder salir del agua, insisto, dignamente y que no tenga que escuchar demasiados comentarios despectivos. Aunque alguno seguro que caerá… He dejado muchos heridos de otras batallas y no van a dejar la ocasión de cobrar el peaje… En mi salida, están las chicas, los veteranos y los participantes sin licencia. Espero que la primera chica no me doble, será difícil que eso no ocurra. El dorsal 33 me han asignado. ¡La edad de Cristo!. ¡Cómo saben los mamoncetes que para mí va a ser un Via Crucis!. Mi “santa” me ha hecho un elástico con broche para el dorsal. Me ha puesto los elásticos en las zapatillas y me ha preparado todo el ajuar. Ya que se ha tomado tanto interés podría nadar por mí, pues ella lo hace bastante mejor que yo.
He decidido que no tengo que presionarme demasiado. Esto lo hago porque quiero y tengo que intentar disfrutar. Pero es que no se hacer nada sin sufrir y sin transmitir mis nervios a mi alrededor. ¡Para colmo, esta noche he cogido una mala postura en el catre y tengo un dolor de cervicales de tres pares de güevos!. ¡Estoy hecho un Ecce Homo!.
Para tranquilizarme me voy a la calle de Las Mulas a tomarme unas estrellas y unos bocadillicos de esos pequeñicos que están tan ricos. ¡Algo es algo!.
Mañana treinta minutos de rodaje suave, unos progresivos y a rezar como los toreros, pero yo para no ahogarme.
Ya hasta después de la prueba no volveré a verte, querido diario. Te contaré y espero tener muchas anécdotas y buen rollito que escribir en ti. Si no vuelvo a verte, será que me ha tragado el sifón de la piscina…
2 Comments:
Máquina que eres un máquina.
Animo y a seguir escribiendo que ya me estás enganchando con el diario dichoso.
Para cuando las impresiones del triatlón de Molina? te estás relajando, jajaja.
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