¡Un fin de semana duro, pero duro de verdad!
El viernes fue nuestro último día de cursillo de natación. Mientras la srta. Rothenmeller descansaba de mí, me dediqué a nadar continuo con mis preciadas aletas que es la modalidad que más me gusta. Me despedí de mi “sita” como un caballero y regalándole una botella de vino “del bueno”, no del que bebo yo, en agradecimiento a sus desvelos. No pude dejar de comentarle que aprovechara el vino y que se lo tomara con una buena compañía. Ella que el en el fondo aún está algo “verde” me contestó que el vino si la compañía no era cinco estrellas al menos lo mejoraría algo… Esta juventud es muy cándida. Aún no se ha dado cuenta que el buen vino sólo mejora a la buena compañía. Tiempo tendrá de aguantar plastas que cuando se beben un “chatico” no sólo no mejoran, sino que sacan del fondo del cubo de basura toda la “mierdecica” que llevan dentro… Le insistí. Elige una buena compañía o si no guarda el vino….
Tras la clase tuve un compromiso social ineludible. Los hermanos mayores de la cofradía de San Cucufato se vuelven a la ciudad ya que se ha acabado el verano y como buenos penitentes fuimos a recoger al santo de su hornacina y a meterlo en la casa a salvo de los “imprevistos”. San Cucufato seguirá obrando milagros pero hasta junio del año que viene lo hará desde el armario del salón, ese que está junto a la chimenea. Lo hemos dejado bien acomodado, entre el ron y el güisqui que tanto gustan a sus devotos. El llevar la pieza de museo desde su reposo estival hasta el mencionado armario nos llevó hasta casi las tres de la mañana. Menos mal que sólo tuve que ir a mi casa que está a unos cien metros por el carril o pegada a la valla por una de sus caras, pero no estaba yo para saltarla…
A las siete de la mañana, es que soy un legionario qué te cagas, me levanté presto a coger mi bici y hacer los
El sábado por la noche tuvimos una reunión de “atletas”. Rosa, que yo creo que al final no se va a venir a Roth, nos invitaba a cenar, copas, baño…. Hasta el Carril del Pencho nos trasladamos mi compañero en Roth Manolo con su “hermana” y los hijos de ésta. Alfonso y señora, José Luis, mi guardián de la red y su señora Loli que tiene por costumbre ganarme en todas las carreras que van de Junio a Septiembre. Además de toda la familia de Teo y Rosa, la hermana de esta última con su hijo pequeño, se unieron al sarao. Antonio un escultural extriatleta que se prepara para bombero, lo de lo escultural no es por mi gusto, sino por lo que comentaban las “nenicas” cuando creían que no las oíamos. Huelga decir que mi santa también fue de la partida. La reunión tuvo una agradabilísima sorpresa por mi parte. Insistió en unirse al grupo y fue muy bien recibida, mi primera y quizás única seguidora de mis textos. Conoció de mí por Internet y al saber de la reunión, encantada por el hechizo de mis letras se empeñó en conocerme. Ella se llama Helen y venía acompañada por sus de zagalicas. La chica se integró perfectamente en el grupo y creo que la divertimos suficientemente con nuestras andanzas, desventuras y desvaríos…
El encuentro comenzó con el siempre sacrosanto momento de encender las brasas. El momento fue tenso, todo a que decirlo. Las personas que estábamos allí tenemos sobrados conocimientos en pirotecnia, alumbramientos (con fuego claro, aún ninguno de nosotros ha parido), fogatas, fuegos y demás actuaciones de similar rango. Pero ninguno osó a mostrar sus habilidades. El motivo no fue otro que el saber que aún quedan por coger a algún que otro desalmado de los que le pegaron fuego a Galicia y en casa de Teo siempre vigila
La cena fue desarrollándose en los términos en los que únicamente se pueden desarrollar estando mujeres guapas y chavales (es una exageración pero nosotros nos sentimos así) de buen ver en una simpática charla… Lo primero que decidió mi amigo Manolo es que si una amiga nuestra en el IM de Inglaterra ha tardado trece horas en terminarlo nosotros lo haríamos en doce. Me alarmé pues creí entender que mi Manolo estaba entrenando como un poseso y se veía con ánimos y fuerzas para acometer tamaña empresa. Le inquirí sobre el asunto: “¿Cuánto has entrenado, Manolo?. La respuesta no fue menos obvia por esperada. “¡Yo aún ná, pero si ella lo ha hecho nosotros también!”. Tanto entusiasmo me sobrepasa. Le aconsejé mesura en sus planteamientos y no se volvió a hablar del tema. Me barrunto que mi Manolo me va a sacar los ojos en Alemania…. Tras ese escabroso tema se volvió al de
Tras las copas, generosas igual que todo durante toda la noche, procedimos a primero: ¡Jugarnos los pelos al futbolín!. Mi Manolo y yo, mi santa y Alfonso, Teo y Javi el hijo de la “hermana” de Manolo. Nos barrieron. A mi nenica lo cierto y verdad es que la conocí en el “furbolín” del Barraquer, emporio ya nombrado por mí en anteriores escritos. Pero, ¿y Alfonso?. ¿Cuándo estudió ese hombre?. Juega mejor que nosotros a: Los dardos, el ping-pong y el “furgolín”. Yo creo que se examinaron por él. No puede ser de otra forma…
La noche acabó mostrando por mi parte un compendio de todo lo aprendido con
El día del señor, me fui con la peña. A las nueve en Algezares. Hasta allí llegué en mi coche, donde la noche antes, cuenta mi santa yo creí que lo había hecho ella, metí mi bicicleta y todos los aperos de “biciclista”, con el escándalo consiguiente y golpes oportunos a la bici y al coche… La peña estaba muy animada. Bicis nuevas… Juan “El Tanganas” había estado todo el verano entrenando y se había mercado una Goka que pesa menos que un “peo”. El caso era que se le veía con inusitadas ganas de comenzar para enseñarnos todo lo fuerte que iba. No llevábamos ni quince kilómetros, cuando llegando a una ermita camino de Librilla se queda cortado, ¡pobrecillo!, se quiso morír y a continuación ni dos metros después de que le esperáramos pinchó. La chufla fue mayúscula y entre todos convinimos que ya que se había comprado una bici de “gran premio” debía comprarse un tío que la montase y que el se dedicara a animar desde el coche. Lo cierto es que Juan es un tío muy noble y lo toma todo como lo que es, a broma, pero no hubo comentario ni chascarrillo en toda la mañana que no fuera envenenado contra su persona. A la vuelta una cervecita en “el estanco” y a casa a ver el baloncesto.
El lunes tenía que comenzar a nadar en
2 Comments:
jajaja, muy bueno,
No sabía que estabas preparando esa prueba, pero ... en tú línea. Marcandote objetivos para motivarte año tras año. Bien, amigo, me alegra ver que este año la has encontrado de nuevo. Pues ahora tendré un compañero para los entrenos de bici, si es que puedo seguir tu rueda, que veo que ya vas muy bien.
Saludos y anímo
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