Y Probé a ser IMvencible

Triatlon.

martes, septiembre 05, 2006

¡Un fin de semana duro, pero duro de verdad!

El viernes fue nuestro último día de cursillo de natación. Mientras la srta. Rothenmeller descansaba de mí, me dediqué a nadar continuo con mis preciadas aletas que es la modalidad que más me gusta. Me despedí de mi “sita” como un caballero y regalándole una botella de vino “del bueno”, no del que bebo yo, en agradecimiento a sus desvelos. No pude dejar de comentarle que aprovechara el vino y que se lo tomara con una buena compañía. Ella que el en el fondo aún está algo “verde” me contestó que el vino si la compañía no era cinco estrellas al menos lo mejoraría algo… Esta juventud es muy cándida. Aún no se ha dado cuenta que el buen vino sólo mejora a la buena compañía. Tiempo tendrá de aguantar plastas que cuando se beben un “chatico” no sólo no mejoran, sino que sacan del fondo del cubo de basura toda la “mierdecica” que llevan dentro… Le insistí. Elige una buena compañía o si no guarda el vino….

Tras la clase tuve un compromiso social ineludible. Los hermanos mayores de la cofradía de San Cucufato se vuelven a la ciudad ya que se ha acabado el verano y como buenos penitentes fuimos a recoger al santo de su hornacina y a meterlo en la casa a salvo de los “imprevistos”. San Cucufato seguirá obrando milagros pero hasta junio del año que viene lo hará desde el armario del salón, ese que está junto a la chimenea. Lo hemos dejado bien acomodado, entre el ron y el güisqui que tanto gustan a sus devotos. El llevar la pieza de museo desde su reposo estival hasta el mencionado armario nos llevó hasta casi las tres de la mañana. Menos mal que sólo tuve que ir a mi casa que está a unos cien metros por el carril o pegada a la valla por una de sus caras, pero no estaba yo para saltarla…

A las siete de la mañana, es que soy un legionario qué te cagas, me levanté presto a coger mi bici y hacer los 100 km. que me tocaban. Como este sábado también tenía “sarao” y la peña era el primer día que salía, intuía que, podrían pasar varias cosas: Qué no estuviera para hacer los 100 km. Qué la peña a mitad del camino decidiera volverse. Qué pensaran hacer menos kilómetros de los propuestos por la final del mundial. Llegué hasta Totana y vuelta. Tuve buenas sensaciones, todo lo contrario que el día que salí con Alfonso, los nervios de pasar un examen “pro” me pudieron. Adelanté a bastantes grupos y ninguno pudo o quiso seguirme. El consejo de mi entrenador de llevarme los bocadillos va muy bien, ya no he llegado nunca más a casa con la sensación de vacío en el estómago tan mala. Sin llegar a ser una pájara pero alguna vez llegué con un hastío, sin fuerzas…

El sábado por la noche tuvimos una reunión de “atletas”. Rosa, que yo creo que al final no se va a venir a Roth, nos invitaba a cenar, copas, baño…. Hasta el Carril del Pencho nos trasladamos mi compañero en Roth Manolo con su “hermana” y los hijos de ésta. Alfonso y señora, José Luis, mi guardián de la red y su señora Loli que tiene por costumbre ganarme en todas las carreras que van de Junio a Septiembre. Además de toda la familia de Teo y Rosa, la hermana de esta última con su hijo pequeño, se unieron al sarao. Antonio un escultural extriatleta que se prepara para bombero, lo de lo escultural no es por mi gusto, sino por lo que comentaban las “nenicas” cuando creían que no las oíamos. Huelga decir que mi santa también fue de la partida. La reunión tuvo una agradabilísima sorpresa por mi parte. Insistió en unirse al grupo y fue muy bien recibida, mi primera y quizás única seguidora de mis textos. Conoció de mí por Internet y al saber de la reunión, encantada por el hechizo de mis letras se empeñó en conocerme. Ella se llama Helen y venía acompañada por sus de zagalicas. La chica se integró perfectamente en el grupo y creo que la divertimos suficientemente con nuestras andanzas, desventuras y desvaríos…

El encuentro comenzó con el siempre sacrosanto momento de encender las brasas. El momento fue tenso, todo a que decirlo. Las personas que estábamos allí tenemos sobrados conocimientos en pirotecnia, alumbramientos (con fuego claro, aún ninguno de nosotros ha parido), fogatas, fuegos y demás actuaciones de similar rango. Pero ninguno osó a mostrar sus habilidades. El motivo no fue otro que el saber que aún quedan por coger a algún que otro desalmado de los que le pegaron fuego a Galicia y en casa de Teo siempre vigila la Benemérita… Expectantes aguardamos acontecimientos. Viendo que se hacía tarde con las brasas y para armarnos de valor tuvimos que “levantar unas estrellas” (de levante, claro) y ya con el entendimiento nublado y la vergüenza aparcada junto a los coches nos hicimos con el mando de las operaciones. Teo y Rosa tienen lo que en la huerta se llama una “tená” y en ella pegamos fuego a todo menos al frigorífico y el almanaque de la virgen…

La cena fue desarrollándose en los términos en los que únicamente se pueden desarrollar estando mujeres guapas y chavales (es una exageración pero nosotros nos sentimos así) de buen ver en una simpática charla… Lo primero que decidió mi amigo Manolo es que si una amiga nuestra en el IM de Inglaterra ha tardado trece horas en terminarlo nosotros lo haríamos en doce. Me alarmé pues creí entender que mi Manolo estaba entrenando como un poseso y se veía con ánimos y fuerzas para acometer tamaña empresa. Le inquirí sobre el asunto: “¿Cuánto has entrenado, Manolo?. La respuesta no fue menos obvia por esperada. “¡Yo aún ná, pero si ella lo ha hecho nosotros también!”. Tanto entusiasmo me sobrepasa. Le aconsejé mesura en sus planteamientos y no se volvió a hablar del tema. Me barrunto que mi Manolo me va a sacar los ojos en Alemania…. Tras ese escabroso tema se volvió al de la Kangoo. Todavía no sabíamos quien iba los países teutones… Manolo y yo seguros, pero…. Alfonso se subía y bajaba del furgón con cada quinto de cerveza y Manolo por si nos faltaba sitio ya había enganchado al vehículo el remolque de las motos para llevar allí todos los cachivaches. Por lo menos entraban seis personas más. Helen se ofreció gustosamente a venirse de cocinera y nosotros entusiasmados con la idea bajamos del coche a Alfonso y a sus maletas, para que mi “admiradora” viajara más a gusto. En ese momento el sector femenino decidió que ellas se iba a pasar el fin de semana de la prueba a la playa a casa de Manolo. Mi santa, la “hermana” de Manolo, Rosa y Luisa la respectiva de Alfonso. Ante la idea, Helen se bajó del furgón y se montó en dirección a la playa, para decepción y abatimiento de la tropa…. En este punto sin salida de organización del evento una luminosa idea vino a mi cerebro…. Se vendría Antonio, el futuro bombero cachas hermano de Rosa. La explicación es la siguiente. Antonio entraría en una “boîte” o “pub” de posibilidades ciertas y paseando su cuerpo serrano, mejor deberíamos decir huertano porque él es de la Albatalía, buscaría cuatro chicas, una para el mocetón y tres una para cada unos de los que nos quedamos en la Kangoo, es decir Manolo, Alfonso (que otra vez se había subido) y un servidor. Cuando entrara ese cuerpo lustroso en la sala de baile y dijera en alemán antiguo: “¡Cuatro nenas pa cuatro tíos como yo que están en el furgón, ahí fuera!, las alemanas se rifarían el viaje en la Kangoo. Una vez allí y con la tenue luz interior de la furgoneta, no iban a notar la diferencia. Esperemos que cuando la luz se haga, al menos, nos hayan preparado el desayuno… ¡Más que nada es por comer caliente un día!.

Tras las copas, generosas igual que todo durante toda la noche, procedimos a primero: ¡Jugarnos los pelos al futbolín!. Mi Manolo y yo, mi santa y Alfonso, Teo y Javi el hijo de la “hermana” de Manolo. Nos barrieron. A mi nenica lo cierto y verdad es que la conocí en el “furbolín” del Barraquer, emporio ya nombrado por mí en anteriores escritos. Pero, ¿y Alfonso?. ¿Cuándo estudió ese hombre?. Juega mejor que nosotros a: Los dardos, el ping-pong y el “furgolín”. Yo creo que se examinaron por él. No puede ser de otra forma…

La noche acabó mostrando por mi parte un compendio de todo lo aprendido con la Srta. Rothenmeller en la piscina. ¡Tristísimo!. Yo no había llegado a un lado de la piscina y los otros ya habían llegado y vuelto. ¿O me hacían trampas?. Llegué a la conclusión que perdía todas y cada una de las carreras porque esa piscina no tenía la línea negra pintada en el fondo. Siempre me topaba con la luz que estaba en el lateral del vaso… Dispusimos nuestra marcha…Mi santa condujo con acierto y precisión milimétrica justo hasta nuestro tálamo nupcial pues ahí fue donde me desperté a las siete de la mañana del domingo.

El día del señor, me fui con la peña. A las nueve en Algezares. Hasta allí llegué en mi coche, donde la noche antes, cuenta mi santa yo creí que lo había hecho ella, metí mi bicicleta y todos los aperos de “biciclista”, con el escándalo consiguiente y golpes oportunos a la bici y al coche… La peña estaba muy animada. Bicis nuevas… Juan “El Tanganas” había estado todo el verano entrenando y se había mercado una Goka que pesa menos que un “peo”. El caso era que se le veía con inusitadas ganas de comenzar para enseñarnos todo lo fuerte que iba. No llevábamos ni quince kilómetros, cuando llegando a una ermita camino de Librilla se queda cortado, ¡pobrecillo!, se quiso morír y a continuación ni dos metros después de que le esperáramos pinchó. La chufla fue mayúscula y entre todos convinimos que ya que se había comprado una bici de “gran premio” debía comprarse un tío que la montase y que el se dedicara a animar desde el coche. Lo cierto es que Juan es un tío muy noble y lo toma todo como lo que es, a broma, pero no hubo comentario ni chascarrillo en toda la mañana que no fuera envenenado contra su persona. A la vuelta una cervecita en “el estanco” y a casa a ver el baloncesto.

El lunes tenía que comenzar a nadar en la Universidad. La piscina tenía problemas y no puede. Estoy de los nervios. Otra vez a preguntar cosas como: ¿dónde dejo la bolsa de deporte?. ¿las chanclas hay que llevarlas puestas hasta el borde del vaso?, ¿cómo se que se ha acabado la hora?. Cientos y cientos de tribulaciones se agolpan en mi mente. ¡Veremos por donde salgo!. Sólo puede hacer los 45 minutos de rodaje. Hoy Entrenamiento Total y la natación que ayer no pudo ser. Ya te contaré querido diario como va lo de la piscina… También tengo ganas de ver al grupo del E.T. Es divertido nos juntamos hasta quince personas haciéndolo y yo, como me gusta dar la nota, tomo el mando y dirijo el ritmo de la sesión, es todo un espectáculo. Otro día os contaré como intenté derribar la grada en un E.T. consiguiendo sólo unos 15 puntos de sutura en la frente y la nariz… ¡Hasta mañana, querido diario!

2 Comments:

At 1:42 p. m., Blogger stani said...

jajaja, muy bueno,

 
At 8:48 a. m., Blogger Fran said...

No sabía que estabas preparando esa prueba, pero ... en tú línea. Marcandote objetivos para motivarte año tras año. Bien, amigo, me alegra ver que este año la has encontrado de nuevo. Pues ahora tendré un compañero para los entrenos de bici, si es que puedo seguir tu rueda, que veo que ya vas muy bien.

Saludos y anímo

 

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