¡Habemos gente pá tó!.
Quince días de fiestas y pequeñas fiestas seguidos son muchos para un cuerpo entrado en años, castigado cuando debió ser cuidado y nuevamente castigado para que se ponga como no estaba cuando debió estar en condiciones. ¡En fin, un galimatías!. El caso es que se acabó la Semana Santa, se acabaron las Fiestas de Primavera y el sol volvió a salir, la lluvia se refugió donde siempre vive y todo vuelve a la normalidad. Esta normalidad sería total si en estos quince días me hubieran salido las series, las “sensaciones” en la piscina hubieran sido buenas, si el sábado no me hubiera quedado cortado de Stani en cada una de las putas cuestas que subimos y con ello la cabeza, cual hormigonera, no se hubiera puesto a dar vueltas y a reconcomerme la moral, pensando si no estaré bien, si me habré pasado de entrenamiento…si… tantas y tantas cosas que te vienen a la azotea, como palomas, cuando las cosas van mal e intentas darle una explicación y en el peor de los casos lo único que encuentras son justificaciones subjetivas.
Bueno, como ¡habemos gente pá tó!, las procesiones, los huertanos y los sardineros han “estao petaos de gente” y yo, como un cebollino, sólo miraba e intentaba refrenar mis ansias por salir al ruedo a divertirme...
El lunes como viene siendo habitual hice por la mañana una sesión de natación. Como no tenía muchas ganas después de los doscientos kilómetros del domingo, hice dos mil metros. Los primeros seiscientos de calentamiento y luego alternaba cincuenta aeróbicos intensos, con cincuenta de nado continuo hasta completar la insuficiente a todas luces, cada vez está más cerca el triatlón de Elche y comienzo a percibir el “miedo escénico” de si seré capaz de nadar tres mil metros en el mar de una forma pseudocompetitiva o bien me ahogaré o saldré vivo pero indignamente a más de una hora del primer competidor que finalizara el segmento de natación. Ahora comienzan “¡las madres mías!. ¡Madre mía!. ¿porqué no habré entrenado más en el agua. ¡Madre mía!, ¿porqué no me habré apuntado a un club de natación?. ¡Madre mía!, ¿porqué tengo que nadar esquivando ancianos y apartándome a niños de la chepa?. Todo eso tiene explicación, simplemente porque no tengo tiempo, dinero, ni facilidad para poder realizar esto de esa manera. Todos reconocemos lo que es bueno de lo que no lo es tanto sin tener que indagar mucho. El sentido común es innato en el ser humano. Lo que ocurre es que, aunque me vendan un Mercedes último modelo por 6.000 euros, que es una superganga, igual yo no tengo un millón de pesetas para comprarlo y no por ello no deja de ser barato ni bueno, simplemente es que yo no puedo acceder a él.
En mi etapa de entrenador de balonmano, acudía periódicamente a cursos de actualización y a seminarios de entrenamientos avanzados. Los gurús de la época, Sergi Petit, Bárcenas, Díaz Román, Antón (del INEF de Granada, el profesor más agrio que he tenido en mi vida, pero un fiera enseñando tácticas de equipo), nos hacían unas planificaciones y nos demostraban como planificar temporadas, ciclos, microciclos, mesociclos, entrenamientos de una forma eficaz, amena y que ponía a los equipos en forma para el día D y la hora H. El problema es que ellos viven en un mundo irreal para los pobres mortales. Planificaban semanas con diez sesiones con un día de descanso, gimnasio, pista, monte. Un montón de material y disponibilidad de medios apabullante. Como dicen por mi pueblo: ¡Con buena picha, bien se jode!. Al acabar los cursos, nos dábamos cuenta que de todo ello, sólo podíamos aplicar en nuestros clubes el diez o el quince por ciento. Las pistas no están a nuestra disposición todos los días que necesitamos, el club tiene más equipos y en el polideportivo se practican más deportes. No tenemos potencial económico para adquirir el material que necesitamos para las sesiones. No tenemos jugadores con disponibilidad para entrenar diez veces a la semana. La calidad de nuestros jugadores no es la adecuada para mantener la intensidad de un entrenamiento de esa exigencia y así podríamos seguir enumerando circunstancias que nos impiden alcanzar las cotas de eficacia que se podrían alcanzar con nuestros conocimientos. Y qué ocurre, ¿qué nosotros éramos peores entrenadores que ellos?. En cierta manera sí, pero es que nosotros nos tenemos que adecuar a lo que tenemos y nuestro mérito está en sacar el 100 % de rendimiento a nuestras circunstancias. Si con la escasez de medios consigo mantener un equipo en primera, igual mi nivel es superior al de otros entrenadores que quedan delante de mí en la liga, pues yo he conseguido sacar el máximo de rendimiento, igual ellos aunque nos superen en la clasificación sólo han sido capaz de conseguir un rendimiento del 80 por ciento de sus circunstancias.
En los cursos nos enseñan que lo primero es evaluar el punto de partida. Tenemos que tener conciencia de a que nivel nos encontramos. Por otra parte tenemos que ponernos objetivos realistas y que puedan ser conseguidos. Me explico. Quizás si yo me pongo como objetivo clasificarme en élite para el Campeonato de España, sólo tendré que irme al clasificatorio que se hace en las islas y allí se clasifica todo el que termina la prueba. Quizás el objetivo real debiera ser, no el clasificarme que puede ser relativamente fácil, sino por ejemplo. “Objetivo principal de la temporada: Que no me doblen en el campeonato de España elite. Pues si me doblan demuestro que aunque me clasifiqué de una manera fácil, no tengo el nivel para participar en él pues me pasaron como un cohete. Creo que me explico…
El martes era el Bando de la Huerta. Multitudinario festejo en el que se ha desvirtuado gran parte de su significado, tampoco era ná del otro jueves, una banalidad…, para finalizar en un día que todo el mundo se “disfraza de huertano”, se van de cervezas, luego de vinos, luego de cubatas hasta que amanece al día siguiente. Como es fiesta en Murcia la pista está cerrada. Nos fuimos a las nueve a Alcantarilla. Una pista de cuatrocientos metros de tierra. La hora, un día frío, las pocas ganas, en fin, que no tengo excusa. Cinco series de dos mil que nos metimos entre pecho y espalda el bueno de Stani y yo. No hice ni una en el tiempo de siete cincuenta que teníamos establecido. Se me encendieron todas las alarmas, la cabeza se puso a pensar, no hay nada peor que ponerse a pensar cuando no salen las cosas. La moral por los suelos y comienzan las dudas sobre todo el trabajo que uno está haciendo…
El miércoles tenía doble sesión. Piscina y spining. A las siete dos mil metros. Como tenía la cabeza como un tambor por el fiasco del día anterior, tampoco tuve ganas de hacer la rutina programada. Esta vez fueron, de nuevo, seiscientos metros de calentamiento para proseguir con cien metros aeróbico intenso, cien de nado continuo. Seguro que hice más, pues pensando, pensando, perdía la cuenta con suma facilidad…
Por la tarde una sesión de spining, que ponía en el tablón que era "pro", pero a mi me pareció "¡puag!". Como todo el mundo estaba resacoso, menos yo que ironía, el profe fue condescendiente y estuvimos vagueando durante una hora y cuarto, de algo sirvió, pero nada del otro mundo.
El jueves de nuevo natación. Otros dos mil metros. Seiscientos de calentamiento y esta vez opté por hacer doscientos aeróbicos intensos y cien de nado continuo. Creo que no hay que explicar demasiado que aeróbicos intensos, a mi nivel, es algo más rápido que el viaje de una piedra en el fondo de un río… Por la tarde noventa minutos en K1, K2 y K3. Elegí la modalidad 40 minutos, 30 y 20. Lo hice por Coto Cuadros. Fue una sesión contradictoria, pues mientras que si analizamos el número de kilómetros estuvo bastante bien. Un circuito que cuando ruedo normal tardo una hora y tres cuartos lo hice en hora y media, unos 21 kilómetros. Si miro el pulsómetro un desastre, más motivos para seguir pensando y elucubrando, ¡qué coño está pasando!… En el K3 no estuve más de dos minutos. No era capaz de llegar a las 171 pp que me pedía el plan. 168, 169, pero no más y eso me preocupa…
El viernes de nuevo dos mil metros para esta vez cambiar los doscientos por trescientos aeróbicos intensos de las rutinas de los otros días de la semana. Sin novedad en el frente, estamos a un nivel de natación en el que noto una gran mejora a nivel físico. Me he convertido o estoy en fase de convertirme en un nadador fuerte. Cada vez me cuesta menos realizar el trabajo de agua, me canso menos, pero no consigo mejorar en cuanto a eficacia, nado ligeramente más rápido que al principio, pero los avances son, como dirían en las resultados de ciertas pruebas, despreciables…
Si la semana fue un vía crucis, el sábado no iba a ser menos. Cien kilómetros por Murcia, Abanilla, Mahoya, Fortuna, Archena, y vuelta… Un terreno que no me gusta nada y al que me adapto fatal. El viento nos acompañó toda la mañana. No hay lo que llamaríamos un puerto, pero hay infinidad de subidas de trescientos o cuatrocientos metros durillas… Pues me quedé cortado de Stani en todas. No pasó ni una en la que al llegar al alto no tuviera el de Monteagudo que aflojar para esperarme… No nado, no corro y ahora tampoco monto en bici… Soy, como podrás comprobar querido diario, una joya de valores deportivos…
El domingo tenía que haber ido a la Vía Verde. 30 kilómetros facilicos por una vía del tren en desuso. Como tengo la cabeza que tengo, me había olvidado que este domingo era el IV Duatlón Ciudad de Orihuela, “Memorial Joaquín y Carmen”. Estos chicos, triatletas muy jóvenes, fallecieron hace cuatro años en un accidente de tráfico justo cuando el resto del grupo de entrenamiento estábamos corriendo la Media Maratón de Pinoso. Los conocí poco tiempo pero muy intensamente. Grandes recuerdos del viaje a la Copa del Rey en Córdoba, las concentraciones de los menores, los entrenamientos, etc. El caso es que desde que comenzó la prueba en recuerdo a ellos dos, el club de triatlón Tragamillas se fundó por una bonita historia con ambos relacionada, colaboro en lo que puedo con la organización. Este año no podía ser menos. Allí nos fuimos, mi santa, mis zagalicos y yo a hacer lo que fuera menester. Mi santa hizo las clasificaciones en colaboración con mi pequeño. El mayor puso y quitó vallas, cintas, boxes, dirigió el tráfico, ayudó a la señalización y yo como en años anteriores hice de “hombre altavoz” de la prueba. Fue un día que creo que me curó de todos mis males. Nos volvimos a juntar un montón de amigos. El tiempo nos respetó y se pudo disputar una bonita prueba. Me guaseé un poco de Jose Carlos anunciándolo como un firme candidato a la victoria y haciendo al público fijarse en una “meteórica transición” de más de cinco minutos del nenico… Animé a Andreseitor y pudimos conocernos y saludarnos y allí estábamos vivos, que no es poco, con toda la gente que te aprecia, los que no fueron, se lo perdieron, no los echamos de menos.
Hoy como el “Ave Fénix”, he resurgido de mis cenizas y he realizado el entrenamiento de natación. No sólo he seguido la rutina sino que la he acabado. Tres mil doscientos cincuenta metros, algunos más pues aún no soy capaz de concentrarme tanto para no perder la cuenta, el tiempo algo cutrecillo, una hora treinta minutos, pero estoy vivo, sano, tengo una santa que me quiere, unos hijos que a su manera también lo hacen, un montón de amigos y muchas ganas de seguir luchando…
Por cierto, la china nos dijo que salía de casa el 15, aún no nos ha confirmado si está montada en el avión, de todas formas ya me da casi igual, cuando llegue llegará, mi BH no me ha dejado en la estacada todavía y se porta como una loba…
Últimamente no me sale la vena, cínica y desenfadada con la que intentaba aderezar mis relatos. Se nota que el cansancio se acumula y que esto es duro de cojones, no por terminar la prueba, que si no pasa nada se terminará, sino por el montón de tiempo que inviertes, por lo que dejas de lado a la familia, por lo que olvidas a los amigos…
Me voy a poner un objetivo, el mío será realista aunque no difícil, escribir antes del lunes un relato divertido de algo de lo que nos pase esta semana…
Así, que estad atentos a la pantalla… Antes del lunes..., lo prometo.
Adiós, querido diario.
Quince días de fiestas y pequeñas fiestas seguidos son muchos para un cuerpo entrado en años, castigado cuando debió ser cuidado y nuevamente castigado para que se ponga como no estaba cuando debió estar en condiciones. ¡En fin, un galimatías!. El caso es que se acabó la Semana Santa, se acabaron las Fiestas de Primavera y el sol volvió a salir, la lluvia se refugió donde siempre vive y todo vuelve a la normalidad. Esta normalidad sería total si en estos quince días me hubieran salido las series, las “sensaciones” en la piscina hubieran sido buenas, si el sábado no me hubiera quedado cortado de Stani en cada una de las putas cuestas que subimos y con ello la cabeza, cual hormigonera, no se hubiera puesto a dar vueltas y a reconcomerme la moral, pensando si no estaré bien, si me habré pasado de entrenamiento…si… tantas y tantas cosas que te vienen a la azotea, como palomas, cuando las cosas van mal e intentas darle una explicación y en el peor de los casos lo único que encuentras son justificaciones subjetivas.
Bueno, como ¡habemos gente pá tó!, las procesiones, los huertanos y los sardineros han “estao petaos de gente” y yo, como un cebollino, sólo miraba e intentaba refrenar mis ansias por salir al ruedo a divertirme...
El lunes como viene siendo habitual hice por la mañana una sesión de natación. Como no tenía muchas ganas después de los doscientos kilómetros del domingo, hice dos mil metros. Los primeros seiscientos de calentamiento y luego alternaba cincuenta aeróbicos intensos, con cincuenta de nado continuo hasta completar la insuficiente a todas luces, cada vez está más cerca el triatlón de Elche y comienzo a percibir el “miedo escénico” de si seré capaz de nadar tres mil metros en el mar de una forma pseudocompetitiva o bien me ahogaré o saldré vivo pero indignamente a más de una hora del primer competidor que finalizara el segmento de natación. Ahora comienzan “¡las madres mías!. ¡Madre mía!. ¿porqué no habré entrenado más en el agua. ¡Madre mía!, ¿porqué no me habré apuntado a un club de natación?. ¡Madre mía!, ¿porqué tengo que nadar esquivando ancianos y apartándome a niños de la chepa?. Todo eso tiene explicación, simplemente porque no tengo tiempo, dinero, ni facilidad para poder realizar esto de esa manera. Todos reconocemos lo que es bueno de lo que no lo es tanto sin tener que indagar mucho. El sentido común es innato en el ser humano. Lo que ocurre es que, aunque me vendan un Mercedes último modelo por 6.000 euros, que es una superganga, igual yo no tengo un millón de pesetas para comprarlo y no por ello no deja de ser barato ni bueno, simplemente es que yo no puedo acceder a él.
En mi etapa de entrenador de balonmano, acudía periódicamente a cursos de actualización y a seminarios de entrenamientos avanzados. Los gurús de la época, Sergi Petit, Bárcenas, Díaz Román, Antón (del INEF de Granada, el profesor más agrio que he tenido en mi vida, pero un fiera enseñando tácticas de equipo), nos hacían unas planificaciones y nos demostraban como planificar temporadas, ciclos, microciclos, mesociclos, entrenamientos de una forma eficaz, amena y que ponía a los equipos en forma para el día D y la hora H. El problema es que ellos viven en un mundo irreal para los pobres mortales. Planificaban semanas con diez sesiones con un día de descanso, gimnasio, pista, monte. Un montón de material y disponibilidad de medios apabullante. Como dicen por mi pueblo: ¡Con buena picha, bien se jode!. Al acabar los cursos, nos dábamos cuenta que de todo ello, sólo podíamos aplicar en nuestros clubes el diez o el quince por ciento. Las pistas no están a nuestra disposición todos los días que necesitamos, el club tiene más equipos y en el polideportivo se practican más deportes. No tenemos potencial económico para adquirir el material que necesitamos para las sesiones. No tenemos jugadores con disponibilidad para entrenar diez veces a la semana. La calidad de nuestros jugadores no es la adecuada para mantener la intensidad de un entrenamiento de esa exigencia y así podríamos seguir enumerando circunstancias que nos impiden alcanzar las cotas de eficacia que se podrían alcanzar con nuestros conocimientos. Y qué ocurre, ¿qué nosotros éramos peores entrenadores que ellos?. En cierta manera sí, pero es que nosotros nos tenemos que adecuar a lo que tenemos y nuestro mérito está en sacar el 100 % de rendimiento a nuestras circunstancias. Si con la escasez de medios consigo mantener un equipo en primera, igual mi nivel es superior al de otros entrenadores que quedan delante de mí en la liga, pues yo he conseguido sacar el máximo de rendimiento, igual ellos aunque nos superen en la clasificación sólo han sido capaz de conseguir un rendimiento del 80 por ciento de sus circunstancias.
En los cursos nos enseñan que lo primero es evaluar el punto de partida. Tenemos que tener conciencia de a que nivel nos encontramos. Por otra parte tenemos que ponernos objetivos realistas y que puedan ser conseguidos. Me explico. Quizás si yo me pongo como objetivo clasificarme en élite para el Campeonato de España, sólo tendré que irme al clasificatorio que se hace en las islas y allí se clasifica todo el que termina la prueba. Quizás el objetivo real debiera ser, no el clasificarme que puede ser relativamente fácil, sino por ejemplo. “Objetivo principal de la temporada: Que no me doblen en el campeonato de España elite. Pues si me doblan demuestro que aunque me clasifiqué de una manera fácil, no tengo el nivel para participar en él pues me pasaron como un cohete. Creo que me explico…
El martes era el Bando de la Huerta. Multitudinario festejo en el que se ha desvirtuado gran parte de su significado, tampoco era ná del otro jueves, una banalidad…, para finalizar en un día que todo el mundo se “disfraza de huertano”, se van de cervezas, luego de vinos, luego de cubatas hasta que amanece al día siguiente. Como es fiesta en Murcia la pista está cerrada. Nos fuimos a las nueve a Alcantarilla. Una pista de cuatrocientos metros de tierra. La hora, un día frío, las pocas ganas, en fin, que no tengo excusa. Cinco series de dos mil que nos metimos entre pecho y espalda el bueno de Stani y yo. No hice ni una en el tiempo de siete cincuenta que teníamos establecido. Se me encendieron todas las alarmas, la cabeza se puso a pensar, no hay nada peor que ponerse a pensar cuando no salen las cosas. La moral por los suelos y comienzan las dudas sobre todo el trabajo que uno está haciendo…
El miércoles tenía doble sesión. Piscina y spining. A las siete dos mil metros. Como tenía la cabeza como un tambor por el fiasco del día anterior, tampoco tuve ganas de hacer la rutina programada. Esta vez fueron, de nuevo, seiscientos metros de calentamiento para proseguir con cien metros aeróbico intenso, cien de nado continuo. Seguro que hice más, pues pensando, pensando, perdía la cuenta con suma facilidad…
Por la tarde una sesión de spining, que ponía en el tablón que era "pro", pero a mi me pareció "¡puag!". Como todo el mundo estaba resacoso, menos yo que ironía, el profe fue condescendiente y estuvimos vagueando durante una hora y cuarto, de algo sirvió, pero nada del otro mundo.
El jueves de nuevo natación. Otros dos mil metros. Seiscientos de calentamiento y esta vez opté por hacer doscientos aeróbicos intensos y cien de nado continuo. Creo que no hay que explicar demasiado que aeróbicos intensos, a mi nivel, es algo más rápido que el viaje de una piedra en el fondo de un río… Por la tarde noventa minutos en K1, K2 y K3. Elegí la modalidad 40 minutos, 30 y 20. Lo hice por Coto Cuadros. Fue una sesión contradictoria, pues mientras que si analizamos el número de kilómetros estuvo bastante bien. Un circuito que cuando ruedo normal tardo una hora y tres cuartos lo hice en hora y media, unos 21 kilómetros. Si miro el pulsómetro un desastre, más motivos para seguir pensando y elucubrando, ¡qué coño está pasando!… En el K3 no estuve más de dos minutos. No era capaz de llegar a las 171 pp que me pedía el plan. 168, 169, pero no más y eso me preocupa…
El viernes de nuevo dos mil metros para esta vez cambiar los doscientos por trescientos aeróbicos intensos de las rutinas de los otros días de la semana. Sin novedad en el frente, estamos a un nivel de natación en el que noto una gran mejora a nivel físico. Me he convertido o estoy en fase de convertirme en un nadador fuerte. Cada vez me cuesta menos realizar el trabajo de agua, me canso menos, pero no consigo mejorar en cuanto a eficacia, nado ligeramente más rápido que al principio, pero los avances son, como dirían en las resultados de ciertas pruebas, despreciables…
Si la semana fue un vía crucis, el sábado no iba a ser menos. Cien kilómetros por Murcia, Abanilla, Mahoya, Fortuna, Archena, y vuelta… Un terreno que no me gusta nada y al que me adapto fatal. El viento nos acompañó toda la mañana. No hay lo que llamaríamos un puerto, pero hay infinidad de subidas de trescientos o cuatrocientos metros durillas… Pues me quedé cortado de Stani en todas. No pasó ni una en la que al llegar al alto no tuviera el de Monteagudo que aflojar para esperarme… No nado, no corro y ahora tampoco monto en bici… Soy, como podrás comprobar querido diario, una joya de valores deportivos…
El domingo tenía que haber ido a la Vía Verde. 30 kilómetros facilicos por una vía del tren en desuso. Como tengo la cabeza que tengo, me había olvidado que este domingo era el IV Duatlón Ciudad de Orihuela, “Memorial Joaquín y Carmen”. Estos chicos, triatletas muy jóvenes, fallecieron hace cuatro años en un accidente de tráfico justo cuando el resto del grupo de entrenamiento estábamos corriendo la Media Maratón de Pinoso. Los conocí poco tiempo pero muy intensamente. Grandes recuerdos del viaje a la Copa del Rey en Córdoba, las concentraciones de los menores, los entrenamientos, etc. El caso es que desde que comenzó la prueba en recuerdo a ellos dos, el club de triatlón Tragamillas se fundó por una bonita historia con ambos relacionada, colaboro en lo que puedo con la organización. Este año no podía ser menos. Allí nos fuimos, mi santa, mis zagalicos y yo a hacer lo que fuera menester. Mi santa hizo las clasificaciones en colaboración con mi pequeño. El mayor puso y quitó vallas, cintas, boxes, dirigió el tráfico, ayudó a la señalización y yo como en años anteriores hice de “hombre altavoz” de la prueba. Fue un día que creo que me curó de todos mis males. Nos volvimos a juntar un montón de amigos. El tiempo nos respetó y se pudo disputar una bonita prueba. Me guaseé un poco de Jose Carlos anunciándolo como un firme candidato a la victoria y haciendo al público fijarse en una “meteórica transición” de más de cinco minutos del nenico… Animé a Andreseitor y pudimos conocernos y saludarnos y allí estábamos vivos, que no es poco, con toda la gente que te aprecia, los que no fueron, se lo perdieron, no los echamos de menos.
Hoy como el “Ave Fénix”, he resurgido de mis cenizas y he realizado el entrenamiento de natación. No sólo he seguido la rutina sino que la he acabado. Tres mil doscientos cincuenta metros, algunos más pues aún no soy capaz de concentrarme tanto para no perder la cuenta, el tiempo algo cutrecillo, una hora treinta minutos, pero estoy vivo, sano, tengo una santa que me quiere, unos hijos que a su manera también lo hacen, un montón de amigos y muchas ganas de seguir luchando…
Por cierto, la china nos dijo que salía de casa el 15, aún no nos ha confirmado si está montada en el avión, de todas formas ya me da casi igual, cuando llegue llegará, mi BH no me ha dejado en la estacada todavía y se porta como una loba…
Últimamente no me sale la vena, cínica y desenfadada con la que intentaba aderezar mis relatos. Se nota que el cansancio se acumula y que esto es duro de cojones, no por terminar la prueba, que si no pasa nada se terminará, sino por el montón de tiempo que inviertes, por lo que dejas de lado a la familia, por lo que olvidas a los amigos…
Me voy a poner un objetivo, el mío será realista aunque no difícil, escribir antes del lunes un relato divertido de algo de lo que nos pase esta semana…
Así, que estad atentos a la pantalla… Antes del lunes..., lo prometo.
Adiós, querido diario.
5 Comments:
Adelante compañero, no pasa nada, un mal rollo, un mal aire, las fiestas, la semana santa... na, pelufa-caña, ya ha pasado.
Pero que te pasa Garban! Que te creías que preparar un IM iba a ser un camino de rosas? (que hablo yo que no he hecho ni un sprint!)Es como un matrimonio con momentos buenos y malos, los pones en la balanza y ya verás como ganan los buenos (que hablo yo si no estoy casado!).¡Animo! Lo que dejas entrever en tus escritos es que a parte de ser un buen tío eres un padrazo! No creo que hayas abandonado a la familia, eso de ir toda la familia a ayudar en la organización de un duatlon dice mucho de vosotros, ¡que familia más unida! estate orguyoso de eso!PD: vaya pinta el Stani de huertano! Desconocía el traje típico de Murcia, en realidad sólo se de Murcia por la horribles galas de TV de "Murcia que tierra más bella" o el premio del "un, dos, tres", apartamento en el mar menor! jeh!jeh!¡como somos los vascos!nos creemos el hombligo del mundo!saludos y ánimo
releo el texto y que de fallos de ortografía! parezco un paleto!cualquiera diría que no he pasado por la universidad!(orguyoso?imperdonable)sorry
Gracias por tus ánimos. Desde aquí diré a la concurrencia que ahora que conozco a Garban y Xarly en persona puedo decir que son más altos y más guapos que lo que parece en las fotos (sin dobles sentidos ehhh). Un día magnífico el de la carrera y una organización perfecta.
Me cago en to lo que se menea... Yo nunca me disfrazo de huertano, sino que me pongo el traje típico de huertano....y para un servidor es el día más importante del año, espera y verás el año que viene la que lio...jajajja. un saludo.
PD. Andrés más altos y guapos? seguro que te has pasado con la medicación!!!
Giputxi. si algún día vienes a Murcia de cervezas no llames al garban, las quiere todas para él. jajja.
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