Y Probé a ser IMvencible

Triatlon.

lunes, mayo 14, 2007








¡Y la chinita durmió en casa!
Tras casi tres meses de espera, la llamada con la que soñamos durante tantos días llegó. Por fin nuestra chinita dormiría por vez primera con nosotros. La casa era un nido de nervios. ¿Dónde alojaríamos a la “chinita”?. Dentro de unas semanas a la habitación donde duermen las “otras”, pero ahora, ahora que hace tan poco que ha llegado, dormirá con nosotros, junto a nuestra cama. Podría a media noche hacer de menos su país de nacimiento, las otras “chinitas” con las que pasaba el día sin nada que hacer. Necesitará una fase de adaptación y nosotros la cuidaremos para que sea lo más llevadera posible. A mi “santa” la idea de tenerla junto a nosotros, en nuestro dormitorio, no le hacía demasiada gracia. ¡Hace tanto tiempo que dormimos solos!, sin nada que turbe nuestro sueño. Sin nadie que nos pida agua a media noche. Hablé con ella y pronto lo entendió. Su espíritu maternal, dormido desde hace tiempo, afloró y accedió. ¡Todo por que nuestra pequeña “chinita”, sea más feliz!. Esa “cosita” venida de tan lejos ha llenado de nuevo nuestra casa de alegría y todos al unísono nos dedicaremos en el futuro a que “nuestra chinita” se encuentre como en su casa. Por primera vez, la bici durmió junto a mi cama… Mi santa arrugó el cejo, pero lo comprendió, era la chinita a la que pusimos por nombre…”Deseada”…
La noche la pasó con normalidad, pero el día…, durante el día la chinita dio el follón más de lo esperado. La posición en ella es radicalmente distinta y como tuvimos que cambiar las calas de las zapatillas, se cumplió el principio fundamental de la casuística: “Si algo puede fallar… fallará!.
El estreno fue el sábado. Cincuenta kilómetros y luego una hora y cuarto a pie por “El Coto Cuadros”. Aproveché la salida para colocar el sillín a la altura debida, comprobar la posición del manillar y cerciorarme que las calas las llevaba bien puestas. El manillar supongo que irá bien, pues no tengo ni idea de que altura es la correcta. Un día de estos iré a casa de mi entrenador y que me eche un vistazo. A los veinte kilómetros subí el sillín, aun creo que va algo bajo, ya veremos. A los veintiuno me di cuenta que no llevaba la cala izquierda bien puesta pues empezó a dolerme la planta del pie, el tobillo y comencé a sufrir un pinchazo en el gemelo. Lo de la cala es más difícil modificarlo en medio de la carretera, así que espero a llegar a casa para arreglarlo. Como siempre, se me olvidó y el domingo salí con la cala mal puesta. Con cincuenta kilómetros llegué a casa muy contento porque el efecto placebo había funcionado adecuadamente. Me fui a correr. Me he recuperado perfectamente del esfuerzo de Elche. Esta semana he entrenado casi todo lo que debía, pero a horas extrañísimas, pues estoy en dos cursos a la vez, uno por la mañana y otro por la tarde, así que tengo que entrenar entre ambos o al finalizar el de la tarde… Corrí bien por los Cuadros, pero el tiempo ha cambiado esta semana radicalmente. Ya tenemos el calor sofocante y húmedo característico de estas tierras y ha venido de golpe. Al cuerpo le falta adaptación y al final comienzo a notar algo de sufrimiento. Por otra parte llego bastante descontento pues no me he cruzado con casi ningún ciclista y no he podido “presumir de pepino atómico”, como era mi intención. En la carrera a pie he podido estrenar una gorrica que me ha regalado mi zagal. Decía que la que llevé en Elche, del parque de atracciones de Tarragona, no era la adecuada para un “finisher”.
Al regreso la casa estaba llena de gente que había venido a presentar sus respetos a mi “santa” y a conocer a nuestra “chinita”. Llamé a Stani para ver como le había ido a él con la suya. Tuvo unos pequeños desajustes en la máquina, luego supe que yo también los tenía, pero que en mi ignorancia creí entender que si eso “hacia un ruidico” sería porque era “asín”.
Por la tarde nos fuimos a San Pedro a ver el triatlón. Estuvo bien. Pude animar y charlar con Mabel y Xarli. A Andreseitor, sólo pude animarlo, pues a finalizar la prueba no lo volví a ver. Al final del día estaba agotado. El entrenamiento vespertino, el triatlón y luego a la noche más amigos que vinieron a conocer a la nueva “inquilina” hicieron que me acostara tarde.
El domingo se presentaba lleno de expectativas. Habíamos quedado que Mariló y Stani vinieran a tomar el aperitivo después de entrenar. Las chinitas habían estado mucho tiempo juntas y no queríamos que se echaran de menos, así podrían estar un ratico en reunión, eso sí, habíamos convenido que las chinitas solo hablaran castellano entre ellas, tendríamos que vigilarlas de cerca…
A las ocho de la mañana estaba Stani en la puerta de casa con “la burra del espacio”. Esta vez dejaría el coche allí para luego regresar a casa. Mi santa pasaría por Mariló a media mañana. ¿A dónde nos dirigiríamos con nuestras nuevas máquinas?, al más puro estilo de “Angeles del Infierno”. Dirección Totana, fue nuestra decisión. Era un trayecto llanico, buen asfalto y lo principal, había muchos ciclistas para que pudiesen admirar nuestras “chinitas”. Salimos a solanas y estábamos desesperados pues no nos encontrábamos con nadie. En el kilómetro veinticinco aproximadamente, llegando a Librilla, nos alcanza el primer grupo de la mañana. ¡Gracias a dios!, creí que nunca iba a ocurrir. Llegan pero no nos pasan. ¿Quiénes son los globeros que osan a chuparle la rueda a nuestra aún imberbe chinita?. Pegué un tirón, digno de tan grandiosa máquina, pillando al pobre Stani admirando el paisaje. Me siguieron dos del grupo. Stani, que en ese momento estaba pensando en sus cosas, se puso los ojos como cristalinas, echando el bofe para intentar pillarnos. Una vez los cuatro juntos nuestras chinas se dieron relevos en perfecta armonía, ¡cómo se nota que se han criao juntas!. Ocho o diez kilómetros a treinta y cinco por hora y los dos chupasangres no dan ni una ayuda. Le comunico a Stani que al llegar al stop se acaba el paseo, que quien quiera montarse en el tiovivo que al menos pague el ticket. Nos paramos y entonces los nenicos, se hacen de nuevas… ¿Es que tenéis prisa por volver a casa?, pregunta el más listo de los dos. ¡Sí!, le contesto, “He dejado a mi “santa” sola y como es tan guapa, tengo miedo de que en mi ausencia se lo piense mejor y se busque otro novio”. Me mira con cara de poker, sin saber si hablaba en serio o en broma… ¿Vais muy lejos?, insiste en la conversación. “No, le digo, hoy sólo vamos a hacer 160 km. y nos vamos “pá la casa”. De nuevo se me queda mirando y harto ya de no saber si me estaba choteando de él o era más tonto que una “pilá de zuros” habla con su compi, aprietan y se separan de nosotros. Unos metros más allá, Stani se acuerda que tiene una cámara de fotos y decidimos parar a inmortalizar el momento. Cuando estamos en plena sesión fotográfica, pasan los compañeros de los dos “escapados” y nos pillan haciendo el “frikie”, ¡menuda imagen que llevarían de nosotros!… Llegamos a Totana y aún nos faltaba veinticinco kilómetros para darnos la vuelta. Stani, que en su juventud debió de ser “cabra”, elige la ruta “B”, en vez de ir hacia Lorca, donde decía, había muchas cuestas, iríamos a Ramonete, dirección Mazarrón. Me acordé de toda su familia durante los siguientes kilómetros. La carretera más pestosa, solitaria y fea que había pisado en mi vida. Era como si estuviéramos en la vuelta ciclista al Magred. No había ni un árbol, sólo piedras y lagartos…¡Y un calor, de la leche!... Estuve a punto de caerme, pues sólo estaba pendiente del cuenta kilómetros para que cuando marcara ochenta en el casillero ordenar el regreso. El sitio era tan feo y solitario que si alguien se compra allí una casa para tener un árbol debería comprarse uno de plástico, de esos de navidad, en el todo a 100. A todo esto, suena la “campana de Mazarrón”, esa que sólo la tocan para anunciar o un muerto o que los Piratas iban a desolar la zona. Stani dice, ¿no te duele el culo?, Garban… Hasta ese momento yo no recordaba tener esa parte tan noble de mi cuerpo, pero a partir de ese instante, una vez tuve conciencia de su existencia, no dejó de dolerme hasta que llegué a casa. El calor, el culo y la puta cala mal puesta, comenzaron a pasarme factura. El “mamonazo” del Stani también estaba pasando una pequeña crisis, pero el tío no respiraba y me creí el ciclista más cutre y blando del universo. Stani, le digo, cuando lleguemos a una gasolinera tenemos que parar. Tengo que comprar agua y tomarme una cocacola, a ver si resucito un poco… Entonces me contesta, “Ufff, yo también voy jodido” y el tío sin decir nada, si yo no respiro llegamos sin agua a casa y sin lengua también. La gasolinera fue el punto de inflexión de la mañana. Un RedBull, tres litros de agua y una llamada a nuestras “heróicas santas” que esperaban nuestra llegada para tomar el aperitivo, nos hizo ganar tres años más de vida. Tras convencer a las nenicas, que el ruido que escuchaban de fondo no era ningún bar, sino una gasolinera, ¡qué poco confían en nosotros!, reanudamos la marcha. Totana, Alhama y en la salida un grupico de temerarios, pues eran las 12 y media de la mañana, hacía un calor de cojones y aún le quedaban cuarenta kilómetros para llegar a sus casas, se ponen delante de nuestras chinitas. El Redbull había obrado milagros, otra vez a cuarenta por hora. ¡No!, no soy un vacilón, es que desde Librilla a Murcia es cuesta abajo. “Ordenamos” a los de la grupeta que se hicieran a un lado, que pasaban los buenos… Un “descerebrao” se engancha nuestra rueda. Llegamos a Librilla. El hombre va muerto y le dice a Stani: ¡Oye, que yo me quedo con mis amigos!. El de Monteagudo que iba ciego, se creía que el que le hablaba era yo y le contesta: ¿Tus amigos?, ¡pues si que haces tu pronto amigos!. El tío le mira desconcertado y le dice: “¡Oye, que los conozco hace treinta años y a ti te he visto hoy por primera vez!”, en este momento Stani vuelve al mundo, lo mira, se da cuenta que no soy yo, y le espeta: ¡Ah, si tú no eres mi amigo!, ¡quédate dónde quieras!. Llegamos a Murcia y ya no era dolor lo de la planta del pie, era cruel martirio, fina tortura. El gemelo hervía y el culo dejó de ser el mío bastantes kilómetros atrás. Nos quedaban tres kilómetros y estaba casi a puntico de llamar a mi santa para que fuera a recogerme. Solo el pundonor y que pensaba la “jartá a reír” que se iba a dar a mi costa, me hizo desistir. Desde la punta de la calle iba dando gritos de dolor y pedía con urgencia a mi “nenica” que pusiera un par de quintos en la mesa, para que pudiéramos recobrar nuestra hombría, pues hasta ese momento no volvería a ser persona… Un buen aperitivo, varias manos de quintos, algo de paella y algunos gin-tonics, fueron el culmen a una gran mañana. Pero esta china mía, me da a mí que me va a dar muy mala vida…¡Pero qué muy mala!. Ilustramos el diario, con algunas fotos. Falta una en la que Mariló estaba riñendo a la chinita por portarse mal con su Stani, o igual no le estaba riñendo y lo que intentaba era bajarse de la bici, con tan poco acierto que se hizo un nudo entre el cuadro y su pierna, pero esa foto ya aparecerá. Mariló, no te de vergüenza y publícala en el blog de Stani.
Hasta mañana, querido diario, mañana haremos el resumen semanal y así tengo un ratico más entretenío.
P.D.: Mi santa me matará por publicar fotos suyas en el blog, lo dejo escrito aquí, para que en caso de no vuelva a hacerlo, tenga un "accidente" o me ocurra algo malamente, sepais por donde empezar a "hacer los preguntaos".

5 Comments:

At 12:26 p. m., Blogger Andreseitor said...

Ochee.. lo primero que hice al terminar la carrera fue ir a por agua, que además no quedaba.... Cuando recuperé la vista hable con xarly y mabel pero a ti no te vi.
Eso si, gracias por los ánimos.

 
At 12:35 p. m., Anonymous Anónimo said...

Por fin conocemos a la "Santa"! Buena técnica la vuestra, la de intentar que las parientas se hagan amigas, jeh! jeh! Cuidar a esas "chinitas" y no seais muy malas con ellas!un saludo a los medioImvencibles.

 
At 2:53 p. m., Blogger keLermAn said...

Madre mia que makina! :)))

Cuida bien ese aparato (la bici me refiero :)))) que tiene muy buena pinta...

Saludos!

 
At 6:57 p. m., Blogger XARLI said...

Campeón, que eres un campeón, ¡y de lo nuestro no dices ná!... ¡yo tirándote besicos al salir del agua en el tri de San Pedro y tú te olvidas! ¡y tó por las dichosas chinitas!... A ver si me voy a poner celoso y tó.
¡Ah, por cierto!, como entre Andrés y yo vamos a escribir el manual del perfecto globero triatleta, en lo sucesivo, y para que sirva de bibliografía, podéis colaborar pidiéndoles el teléfono a toda esa fauna con la que os encontráis en vuestras salidas. Llevad cuidado no os crucen la cara cuando les digáis para que es, que la gente es muy sensible: a cualquiera le dices por ahí que es gilipollas y se molesta...

 
At 3:34 p. m., Blogger stani said...

lleva cuidado que como se hagan amigas, la santa y la china te van a hacer la convivencia insoportable, jajaj.

Por qué no cuentas que en la piscina te dicen bollycao?, vergonzoso,jajaj.

 

Publicar un comentario

<< Home