¡Bueno chicos, esto se acaba…!.
Ayer hicimos la “última” salida en la bici. Ganas me dieron cuando llegué de desmontarla. Hoy iremos por las maletas donde acunar a las chinitas. Mañana tenemos que confirmar el vuelo… ¡Qué todo esto se acaba y vienen las dudas!… No dudo si podré hacerlo o no, que eso es seguro. Si no pasa ningún imprevisto lo terminaré. Ahora me vienen todas las dudas que fabrican las mentes retorcidas como la mía. ¿He entrenado lo suficiente?. ¿He puesto todo de mi parte para que la empresa tenga éxito?. ¿Me he cuidado lo necesario?. Como soy un perfeccionista me castigo diciéndome que no, que aún me podía haber esforzado algo más… ¡No tengo remedio, no se disfrutar de las cosas!. Los compañeros de oficina me preguntan cuando me marcho y todos me desean suerte. Me miran raro y seguro que conociéndome poco, pues aquí sólo trabajo, no hago amigos, pero conociéndome algo piensan que como un bandarra como yo va a poder terminar esta aventura, pues que sepan que sí, que este bandarra se merendará Roth el domingo por la tarde.
Esta fin de semana ha sido movidito. El sábado un aperitivo huertano, como lo eran antes de comenzar con esto de Roth, así que a las cinco de la tarde malamente dábamos el habla. El Capitán Bajoca organizó un aperitivo como “despedida de nuestras santas”. Hemos querido dejarles un buen recuerdo a las chicas. Si las “Heidis” que nuestro amigo Alex, un holandés afincado en Murcia, nos ha prometido presentarnos son medianamente cariñosas, tal y como está el patio por estas tierras, lo más seguro es que no volvamos. Queremos quedar con nuestras santas como amigos. Si las cosas nos fueran mal en Alemania con las teutonas, dejamos una puerta abierta al regreso, con lo bien que lo pasamos en el aperitivo, ¿es qué no van a ser capaces de perdonarnos un pequeño desliz?. Supongamos que regresamos dentro de tres o cuatro años… ¿nos van a guardar rencor tanto tiempo?. ¿es qué nuestro amor no va a ser más fuerte que un “pequeño” contratiempo?. Seguro que a nuestro regreso nos reciben con los brazos abiertos.
Por la noche otro grupo de amigos se acercó a despedirse. No se si es que piensan que no voy a volver, al menos vivo, que todo el mundo le ha dado por pasar por casa para decirme adiós. A las tres de la mañana recogimos las últimas “pruebas” de la escaramuza y nos despedimos. A las siete menos cuarto estaba en pie como un “señor” para salir a hacer los 80 km. en bici que me había puesto de “castigo” mi señor entrenador. Al medio día, mi hermana, mi cuñado y algunos mas se acercaron a darme “el útlimo adiós” y de nuevo, otra vez nuestro chicuelo, se bajó al suelo y se lió. Cuando el último de los invitados salió por la puerta, un bañico en la piscina, una siesta y a preparar la cena pues, otros amigos vendrían a despedirse y ya de paso ver el partido del Madrid, unos esperando que ganara y otros, entre ellos mi zagalico el pequeño, esperando que perdiera. En la cena al menos, un cincuenta por ciento del personal se fue contento…
Los de Ryanair nos han enviado un correo en el que nos dan las últimas instrucciones para el vuelo. Imposible entender nada de lo que escriben. ¿Tanto trabajo les cuesta programar el robot para que envíe el mensaje en castellano?. Alex me traduce y me dice que mañana tengo que confirmar el viaje. Esta noche he soñado que se me olvidaba y que no podíamos viajar…¡Qué cosas se me ocurren!. El otro día soñé que me descalificaban en la natación porque iba corriendo por la orilla…¡Al final tendré que ir al psicólogo!.
El domingo pasado cuando me caí al suelo en el paso de cebra mojado el coche que venía detrás tuvo tiempo de frenar y no me aplastó. ¡Lo perra que es la vida!. Este fin de semana en un suceso similar un ciclista cayó y el coche que venía detrás le pasó por encima. El final ha sido trágico, ¡lo que es la suerte!. Leo en el Atleta que a Daniel y a otro compañero los ha atropellado un conductor con la tasa de alcohol por encima de lo permitido… Ellos han tenido suerte… Dentro de la mala suerte que supone el suceso… ¡Animo!.
Me acabo de sacar por la impresora el itinerario que debemos seguir para ir al primer hotel y también el de Shoren hasta Nuremberg. Visto lo visto tengo serias dudas de que seamos capaces de salir siquiera de la terminal del aeropuerto. Ahora sacaré desde Nuremberg a Roth y que sea lo que dios quiera.
Voy a meter en la maleta de la bici todo lo necesario para competir y en la otra maleta sólo la ropa de aliño. Llevaremos todas las camisetas de deporte que tengamos, así sabrán que somos atletas, pues con lo negros que estamos estos alemanitos se van a creer que somos turcos e igual nos repatrian suponiendo que somos ilegales.
Gracias a todos por vuestros ánimos, es estimulante saber que hay alguien al otro lado de la puerta…
Intentaré escribir todos los días, así os iré contando como es la maleta de la bici, como ha sido la confirmación del vuelo, todos los pequeños detalles que ahora se hacen importantísimos pues antes creíamos que estos momentos nunca llegarían.
¡Roth, 7,30 de la mañana en la orilla del canal!. ¿Quién coño me mandaría a mí meterme en esto?. Seguro que nos lo pasamos de escándalo…
Nos vemos.