¡Esta semana ha sido la leche casi ni puedo escribir mi diario!
El martes me fui a las diez de la noche a la piscina, la verdad es que es un coñazo pero no debo dejar esta disciplina de lado. Se que no mejoraré gran cosa pero por lo menos que no quede por mi parte…. Empezamos pocos a esa hora y ahora vamos aún menos. Tiene sus cosas buenas. Tengo una calle para mí solo y empezamos a conocernos el pequeño grupo de seis o siete personas. El monitor no me corrige mucho. Para ser más exactos no me corrige nada. Se limita a decirme que ejercicios tengo que hacer pero nunca sale de su boca una indicación o corrección. Los compis de natación preguntan sobre mi intención al nadar. No les queda muy claro el tema de nadar tanto para luego montar en bici y más tarde correr. Me miran como un bicho raro… ¡El caso es que lo soy!.
El miércoles tenía que nadar solamente. El caso es que primero me fui a nadar. Hice unos 2.000 mts. y después quedé con mi hermano, más conocido en el blog como “Capitán Bajoca!. El caso es que inauguraban la Nueva Condomina. Vivo bastante cerca de las nuevas instalaciones. Lo cierto es que han hecho una obra faraónica. De momento unos centros comerciales enormes y el estadio. Enseguida comenzarán el hotel, los edificios de viviendas, los chalets y el campo de golf. De momento sigo viviendo en el campo pero antes llegaba a casa por la autopista en diez minutos y desde que abrieron el centro comercial las colas y atascos son continuos. He perdido una parte de la tranquilidad que rodeaba a mi casa. El caso es que quedamos para correr un poco, aunque a mí no me tocaba. Fuimos por los nuevos accesos del campo de fútbol que desde mi casa son unos cuatro kilómetros. Al final salieron unos doce en una hora ocho minutos. Nos tomamos el tiempo suficiente para ver las instalaciones y la carpa de la selección. Cómo todo el mundo sabrá ya que se lesionó Maxi, el futbolista del Atlético jugaban España y Argentina. A las siete de la tarde los Argentinos, para que no se les hiciera tarde, ya estaban en las inmediaciones del campo, aunque éste estaba cerrado a cal y canto, con bombos, banderas y demás adminículos de animar. Me sorprendió la cantidad de pancartas que parecían gastadas. Pesé: Vaya una gana de venirse de su país y decirle a la piba, ¡Nena!, no se te olvide echar la pancarta a la maleta por si acaso alguna vez vamos a animar a Argentina en España. Un exceso de alcohol hacía que las “Barras” animaran si parar en grandes corros. Cuando terminamos de dar la vuelta, primero al campo y luego a los centros comerciales volvimos al estadio y ya los grupos de Argentinos que seguían cantando estaban rodeados de grupos de Españoles que cantaban a la contra. Me pareció que aquello no iba a acabar con bien. Según parece la sangre no llegó al río pues ni escuché nada en la radio, ni leí al respecto en los periódicos. Del partido ya han hablado con suficiencia los medios de comunicación. Decir que es campo es precioso, al menos por fuera, lástima que sólo sea para ver fútbol.
El jueves bien temprano me fui a correr mis noventa minutos que estaban en el plan por el Coto Cuadros. Ya no hay, o al menos yo no veo, motos de trial. Creo que la benemérita ha tomado cartas en el asunto. Su espacio lo han ocupado bikers, que aunque siguen haciendo rodaduras en el monte, no son tan agresivos con el medio ambiente como los motoristas. Unos diecinueve kilómetros fueron los que cayeron a la buchaca. El día festivo también lo era en mi casa. Mi santa celebraba su onomástica y todos los demás con ella. Le hicimos nuestros regalos y ella nos regaló con su alegría y disposición a hacer felices a los que la rodeamos. Ese día también fue el vigesimo primer aniversario de boda de dos conocidos nuestros. Ella y yo. Un día de la Virgen del Pilar su padre paró el desfile de la Benemérita que celebraba su patrona para que su hijica fuera en coche hasta la iglesia que distaba de su casa diez metros. Nos reímos recordando el montón de sucedidos de aquel día. Almorzamos, tomamos el aperitivo, comimos, tomamos café, copas, merienda y cena. La casa estuvo repleta de gente durante doce horas. Unos llegaban y sucedían a los que ya antes habían comido. Fue agotador, divertido y feliz. Lo malo es que todos los kilos que con tanto esfuerzo había rebajado volvieron a posarse en mi michelines. El viernes me despaché con una hora de fuerza en el gimnasio, más otra hora de natación (2000 mts.) en la piscina de la Universidad. Ayer sábado participé en el Duatlón de Rafal. Una hora tres minutos. Me lo pasé pipa. Me salió el primer parcial más lento que en Almoradí. Tuve la sensación de correr bastante más rápido, por lo que me parece que el primer segmento estaba algo largo. En la bici me corté del primer grupo en el que entré. Pequé de pardillo. A la salida de una curva de noventa grados no subí un piñón y cuando todo el grupo apretó y aceleró después de haber frenado en la curva, no tuve fuerza para mover el desarrollo y aumentar la velocidad. Aprendí para la siguiente vuelta. Después me pilló un grupo en el que se iba bastante deprisa, de hecho cogimos a parte del grupo que me había dejado a mí que se había a su vez partido en dos. Treinta y dos minutos anotó mi crono para casi veinte kilómetros. Como no se hacer las transiciones todo el grupo salió antes que yo a correr y me costó cogerlos casi kilómetro y medio. Los cogí y los dejé a casi todos, nueve minutos cincuenta segundos, para estos dos mil quinientos metros. Esto me hace reafirmarme en mi sensación de que estaba larga el primer segmento, ya que se acortaba algo el circuito la segunda vez sobre la primera.
Hoy he salido con la peña en la bici. Me fui a las ocho y me hice unos 18 kilómetros yo solico. A las nueve menos unos minutos me fui a la salida y nos dispusimos ha realizar la etapa trazada. Tuve unas buenísimas sensaciones para una etapa dura con los altos de la Pedrera, Puerto de San Pedro y al final cambiamos el Cabezo de la Plata por el Puerto del Garruchal, algo más suave por esa vertiente porque había dos o tres de la peña que iban bastante tocados. Paramos en lo alto del Garruchal a tomar unas cervezas, pocas, que aún quedaban unos quince kilómetros para llegar a casa. Una vez en Algezares tiré para el Cabezo de Torres, salieron al final 111 kilómetros de los 120 que estaban programados. Lo pasamos bien, hay un gran ambiente en este grupo que no es muy numeroso pero si muy animoso y alegre.
Mañana, sólo natación. Ya veremos como sale. Hasta mañana, querido diario…
El martes me fui a las diez de la noche a la piscina, la verdad es que es un coñazo pero no debo dejar esta disciplina de lado. Se que no mejoraré gran cosa pero por lo menos que no quede por mi parte…. Empezamos pocos a esa hora y ahora vamos aún menos. Tiene sus cosas buenas. Tengo una calle para mí solo y empezamos a conocernos el pequeño grupo de seis o siete personas. El monitor no me corrige mucho. Para ser más exactos no me corrige nada. Se limita a decirme que ejercicios tengo que hacer pero nunca sale de su boca una indicación o corrección. Los compis de natación preguntan sobre mi intención al nadar. No les queda muy claro el tema de nadar tanto para luego montar en bici y más tarde correr. Me miran como un bicho raro… ¡El caso es que lo soy!.
El miércoles tenía que nadar solamente. El caso es que primero me fui a nadar. Hice unos 2.000 mts. y después quedé con mi hermano, más conocido en el blog como “Capitán Bajoca!. El caso es que inauguraban la Nueva Condomina. Vivo bastante cerca de las nuevas instalaciones. Lo cierto es que han hecho una obra faraónica. De momento unos centros comerciales enormes y el estadio. Enseguida comenzarán el hotel, los edificios de viviendas, los chalets y el campo de golf. De momento sigo viviendo en el campo pero antes llegaba a casa por la autopista en diez minutos y desde que abrieron el centro comercial las colas y atascos son continuos. He perdido una parte de la tranquilidad que rodeaba a mi casa. El caso es que quedamos para correr un poco, aunque a mí no me tocaba. Fuimos por los nuevos accesos del campo de fútbol que desde mi casa son unos cuatro kilómetros. Al final salieron unos doce en una hora ocho minutos. Nos tomamos el tiempo suficiente para ver las instalaciones y la carpa de la selección. Cómo todo el mundo sabrá ya que se lesionó Maxi, el futbolista del Atlético jugaban España y Argentina. A las siete de la tarde los Argentinos, para que no se les hiciera tarde, ya estaban en las inmediaciones del campo, aunque éste estaba cerrado a cal y canto, con bombos, banderas y demás adminículos de animar. Me sorprendió la cantidad de pancartas que parecían gastadas. Pesé: Vaya una gana de venirse de su país y decirle a la piba, ¡Nena!, no se te olvide echar la pancarta a la maleta por si acaso alguna vez vamos a animar a Argentina en España. Un exceso de alcohol hacía que las “Barras” animaran si parar en grandes corros. Cuando terminamos de dar la vuelta, primero al campo y luego a los centros comerciales volvimos al estadio y ya los grupos de Argentinos que seguían cantando estaban rodeados de grupos de Españoles que cantaban a la contra. Me pareció que aquello no iba a acabar con bien. Según parece la sangre no llegó al río pues ni escuché nada en la radio, ni leí al respecto en los periódicos. Del partido ya han hablado con suficiencia los medios de comunicación. Decir que es campo es precioso, al menos por fuera, lástima que sólo sea para ver fútbol.
El jueves bien temprano me fui a correr mis noventa minutos que estaban en el plan por el Coto Cuadros. Ya no hay, o al menos yo no veo, motos de trial. Creo que la benemérita ha tomado cartas en el asunto. Su espacio lo han ocupado bikers, que aunque siguen haciendo rodaduras en el monte, no son tan agresivos con el medio ambiente como los motoristas. Unos diecinueve kilómetros fueron los que cayeron a la buchaca. El día festivo también lo era en mi casa. Mi santa celebraba su onomástica y todos los demás con ella. Le hicimos nuestros regalos y ella nos regaló con su alegría y disposición a hacer felices a los que la rodeamos. Ese día también fue el vigesimo primer aniversario de boda de dos conocidos nuestros. Ella y yo. Un día de la Virgen del Pilar su padre paró el desfile de la Benemérita que celebraba su patrona para que su hijica fuera en coche hasta la iglesia que distaba de su casa diez metros. Nos reímos recordando el montón de sucedidos de aquel día. Almorzamos, tomamos el aperitivo, comimos, tomamos café, copas, merienda y cena. La casa estuvo repleta de gente durante doce horas. Unos llegaban y sucedían a los que ya antes habían comido. Fue agotador, divertido y feliz. Lo malo es que todos los kilos que con tanto esfuerzo había rebajado volvieron a posarse en mi michelines. El viernes me despaché con una hora de fuerza en el gimnasio, más otra hora de natación (2000 mts.) en la piscina de la Universidad. Ayer sábado participé en el Duatlón de Rafal. Una hora tres minutos. Me lo pasé pipa. Me salió el primer parcial más lento que en Almoradí. Tuve la sensación de correr bastante más rápido, por lo que me parece que el primer segmento estaba algo largo. En la bici me corté del primer grupo en el que entré. Pequé de pardillo. A la salida de una curva de noventa grados no subí un piñón y cuando todo el grupo apretó y aceleró después de haber frenado en la curva, no tuve fuerza para mover el desarrollo y aumentar la velocidad. Aprendí para la siguiente vuelta. Después me pilló un grupo en el que se iba bastante deprisa, de hecho cogimos a parte del grupo que me había dejado a mí que se había a su vez partido en dos. Treinta y dos minutos anotó mi crono para casi veinte kilómetros. Como no se hacer las transiciones todo el grupo salió antes que yo a correr y me costó cogerlos casi kilómetro y medio. Los cogí y los dejé a casi todos, nueve minutos cincuenta segundos, para estos dos mil quinientos metros. Esto me hace reafirmarme en mi sensación de que estaba larga el primer segmento, ya que se acortaba algo el circuito la segunda vez sobre la primera.
Hoy he salido con la peña en la bici. Me fui a las ocho y me hice unos 18 kilómetros yo solico. A las nueve menos unos minutos me fui a la salida y nos dispusimos ha realizar la etapa trazada. Tuve unas buenísimas sensaciones para una etapa dura con los altos de la Pedrera, Puerto de San Pedro y al final cambiamos el Cabezo de la Plata por el Puerto del Garruchal, algo más suave por esa vertiente porque había dos o tres de la peña que iban bastante tocados. Paramos en lo alto del Garruchal a tomar unas cervezas, pocas, que aún quedaban unos quince kilómetros para llegar a casa. Una vez en Algezares tiré para el Cabezo de Torres, salieron al final 111 kilómetros de los 120 que estaban programados. Lo pasamos bien, hay un gran ambiente en este grupo que no es muy numeroso pero si muy animoso y alegre.
Mañana, sólo natación. Ya veremos como sale. Hasta mañana, querido diario…
1 Comments:
Enhorabuena artista.
Por tu aniversario, quiero decir, que lo demás, en el fondo, pues como aquel, qué más dan 111 con la Peña que 20 solitarios que hice yo el otro día. ¿O quizá sí?.
Un abrazo.
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