Y Probé a ser IMvencible

Triatlon.

miércoles, octubre 04, 2006

¡A los globeros nos da tiempo “pá tó”!
Todavía colean los recuerdos de la prueba del domingo. Mientras que esperábamos para la salida estuve hablando con los participantes que estaban a mi alrededor. Es lo bueno que tiene salir sin objetivos. Te pones atrás del mogollón y da tiempo a presentarse, contarse el historial deportivo... El chico que se puso al lado mío, era bastante más joven que yo. Había empezado con el triatlón a principios de mes, comprándose una bicicleta. Venía de la Maratón, era de Valencia, tenía cuatro horas como mejor marca.... Toda una radiografía. Yo no puede menos que mentirle. No le iba a decir que era un especialista o que yo también debutaba, la vez de Lorca ni se debe tener en cuenta. Le dije que había aprendido a nadar en Agosto, omití que mi señorita se llamaba Rothenmeller y como no estaba muy seguro de cómo me saldría la cosa evité comentar mis tiempos y marcas. Cuando recogíamos la bici volvimos a coincidir. Comentamos como nos había ido. Me dijo que me vió en el primer segmento y que iba muy bien. Me gusto el despertar admiración en los demás. El ego, la vanidad y la autocomplacencia deben anidar en mi desde hace muchos años, aunque no me haya decidido a hacerlo público hasta hoy. Si le llego a contar que entreno más que un “profesional” y que había puesto la rueda de la bicicleta al revés y por eso no me funcionaba el cuentakilómetros seguro que su admiración se habría desvanecido.
Ayer hice el E.T.. Una hora a solanas a mediodía con un calor de la leche se hizo duro. Yo hacía el pavo, esa es la sensación que me da cuando lo hago solo y una rubia que en el sufrimiento, la lejanía y el aburrimiento me parecía que estaba muy buena, rodaba por la pradera del estadio. Los musculosos y debidamente farmacopeados aspirantes a bomberos hacían series imposibles de cuatrocientos teniendo en cuenta la cantidad de músculo que llevan sobre su cuerpo. Terminé y encima me tuve que hacer otros 20 minutos de rodaje. Creí que nunca llegaría el momento de irme a comer.
Por la noche, a las diez, me fui a la piscina de Espinardo donde el monitor me iba a corregir y a ponerme ejercicios específicos de mejora. Al llegar allí, varios de los que el jueves anterior estaban en mi sesión que fue a las nueve, me preguntaron porqué había llegado tarde. Les dije que me había pasado a otra hora. De nuevo la vanidad me subió por las mejillas como a las quinceañeras el rubor. Me comentaron que se habían dado cuenta que yo nadaba mucho y que allí había estado perdiendo el tiempo. Estos comentarios, a parte de autocomplacerme, me confirmó que los chiquillos no tenían ni idea de natación. La verdad es que nado constante, pero bien, ni muchos menos. A las diez en punto me lancé a la piscina y a las 10 cuarenta y cinco sonó la bocina de fin de sesión. En ese tiempo hice algo más de mil quinientos metros y el monitor no me dijo ni “mú”. Al finalizar me comentó: ¡No has parado ni un momento de nadar!. Yo le contesté: ¡Cómo no me has dicho nada!. Total que debo parecer un ogro y el pobre zagalico no se atrevió a interrumpirme en toda la noche. Quedamos en que yo comprendía que en la piscina había más gente que yo. Así que me lanzaría al agua a nadar y que de él debía salir la iniciativa de pararme, corregirme, ponerme ejercicios... Yo no iba a estar todo el rato preguntando o importunándolo.
Esta tarde un rodaje de 60 minutos y una hora de natación. Seguramente nadaré primero, para que no haya mucho tráfico en la calle de la piscina, cuando termine haré el rodaje por los cuadros.
Al final el mes de septiembre terminó de la siguiente manera:
Correr: 136,36 km. en 11:05:56 h.
Bicicleta: 590 km. en 21:16:00 h.
Natación: 29 Km. en 15:46:56 h.
E.T.: 03:45:00 h.
Tiempo por semanas
1ª Semana: 10:27:30 h.
2ª Semana: 13:05:26 h.
3ª Semana: 13:03:00 h.
4ª Semana: 07:47:56 h.
Total: 51:53:52
Pues así terminó el mes de Septiembre.