Y Probé a ser IMvencible

Triatlon.

lunes, octubre 09, 2006

¡Lo que tenía que pasar pasó...!
El viernes me fui a la piscina tempranico. Esperaba que sobre las cinco hubiera menos personal bañándose. Vino a ser que no. Como todos los días estaba llena. Las tres primeras calles estaban ocupadas por una multitud de críos que realizaban un cursillo de natación. Las dos calles de la izquierda estaban ocupadas por los del club de natación. Sólo quedaban tres calles libre que eran las centrales. Sopesé donde tirarme. Una tenía cinco ocupantes y la otra cuatro. En la tercera habían dos. Lógicamente me lancé en la que sólo había dos personas. A los pocos minutos, en un viraje uno de las ocupantes me tocó el hombro. ¿Podrías nadar más rápido o cambiar de calle?, me preguntó amablemente. Me mosqueé. ¡Qué coño le importa a éste lo rápido o lento que voy?. ¡Menos mal que no le dije nada!. Inmediatamente, como intuyendo que había hecho algo mal, mi mirada se dirigió hacia el cartel que encabezaba la calle. “Baño Libre” ponía y un poco más abajo. “Calle Rápida”. ¡Acabáramos!, allí estaban los maquinillas. Como en las otras calles había en esos momentos aún más gente, opté por la salida de geta. Le contesté: “¡No te preocupes, ahora es que estoy calentando, enseguida aprieto el ritmo!”. Por supuesto el único cambio de ritmo que hice fue cuando llegó la hora de pararme que de ritmo lento pasé a velocidad cero. Con el rollo de pararme y que cada vez que me adelantaban me daban un capuzón, los pedazos de esaboríos, no creo que llegara a los dos mil metros, pero faltarían pocos. Estaba cansado. Se nota el trabajo de la semana. Los hombros me dolían y los brazos estaban torpes. ¡Aún más de lo habitual!.
El sábado decidí realizar el rodaje de 120 km. Así el domingo podría salir con la peña y hacer los 84 km. que debían ser ochenta pero que al final fueron noventa. Luego lo cuento.
El sábado salí a los ocho de la mañana, a solanas como siempre. Tomé dirección Alicante. No tenía rumbo fijo sino que me aventuré a realizar lo que saliera. Santomera, El Raal, Zeneta, El Mojón y una vez allí se acaba la provincia de Murcia. Pasando a Alicante nos encontramos con Arneva, Hurchillo y Bigastro. Allí tenía que tomar la primera decisión. Seguir hacia Torrevieja o tirar para Guardamar. Hacia Torrevieja sabía que había cuestas duras. Así que la opción estaba clara. ¡”Pá” Guardamar! Me fui dirección Jacarilla y Benejúzar. Allí marcaba en la enésima rotonda en la que entraba 15 km. hasta Guardamar. Llevaba 35 así que faltarían diez kilómetros para poder dar la vuelta. No es por vacilar, pero llevaba un buen ritmo, iba a unos 37 km/h. Iba pasando a un montón de gente por la carretera. Entro en la redonda como un cohete y a mitad del recto veo un cartel que pone a Elx 25 km. hago los cálculos y en décimas de segundo sabiendo que a Elche no habían cuestas decido rectificar y pasó lo que tenía que pasar. Me faltó espacio para dar la curva. Sabía que me iba a dar una toña de tres pares...Di con la rueda en el bordillo externo de la rotonda. Vi que me caía hacia la carretera y pensé, si viene un coche detrás me pisa, así que enmendé lo que pude la trayectoria y salí hacia el quitamiedoso chocando frontalmente. Salté por encima del quitamiedos con una voltereta digna del “Cirque du Soleil”. Un ciclista que había adelantado hacía pocos metros entró detrás de mí en la rotonda y vió que en un instante había desaparecido. El hombre, buen samaritano, dio dos vueltas a la rotonda hasta que me encontró tirado al borde de un huerto. Me estaba chequeando. Unos arañazo y un dolor en el costado pero nada grave. El hombre me preguntó y me ayudó a salir de la cuneta. Revisamos la bici. ¡También tuve suerte!. La rueda delantera había pinchando pera nada más había ocurrido en la máquina. El hombre se brindó a ayudarme. Amablemente le dije que no hacía falta, que llevaba de tó. Estaba deseando que se fuera para lamerme mis heridas en la intimidad. ¡Qué ridículo!. El ciclista sólo hacía preguntarme ¿Cómo había sido?. Yo intentaba esquivar la pregunta para que no se descojonase de mí. Seguí hasta que el cuentakilómetros marcó 60. Según el indicador de la carretera faltaban cinco kilómetros para Elx. Me había alimentado bien, pero había ido muy rápido. Descontando el tiempo de la caída estaba en 60 kilómetros en una hora cincuenta y cuatro minutos. La vuelta fue otra cosa. El viento soplaba en contra y pronto empecé a notar la velocidad inicial y los golpes de la caída y sobre todo el viento en contra. Iba muerto. Llegué a casa en cuatro horas 18 minutos. Pero muerto. Un tío se me puso a rueda y tó. No dijo ni buenos días. Así que cuando me harté de tenerlo detrás tapándose del viento, puse el plato pequeño y el 23 de piñón y no tuvo más remedio que pasar. ¡Serán jodíos!, ni se molestó en preguntar si podíamos ir dándonos relevos, ¡Sólo quería taparse él!.
El domingo eché la bici en el coche y me dispuse a ir a Algezares, lugar donde la peña toma la salida. La primera en la frente, me dejé los bidones del agua en casa. En la salida un compañero me dio uno. Fuimos hacia Librilla, Alhama y después “párriba” hacia Sierra Espuña. Subimos hacia Gebas y luego regresamos por “La Cola del Caballo”, Librilla, de nuevo, Sangonera la Verde y pal bar. La subida a Gebas se me atragantó un poco. De nuevo tuvimos algún problema logístico con algún miembro del grupo, un par de pinchazos y Pedro que se nos quedaba en cuanto apretábamos un poquico el pie. Para que dejaran de meterse conmigo tuve que hacer un par de relevos, poca cosa, algo para que después me puedan criticar. Si los doy , porque los doy flojillos y si no los doy, por globero chupón. Al final fuimos al Estanco y nos tomamos unas litronas. Llegué tarde a casa, pero mis santa no me echó la bronca... ¡Menos mal!. Lo cierto es que cada vez me encuentro mejor con la bici. No veo tanta mejora en la natación y la verdad, salgo tan poco a pie que no se como iré... Poco a poco. Hoy natación nada más. ¡Hasta mañana, querido diario!.
P.D.: Los de la peña me han dicho si quiero salir a correr en bici en Alemania con la ropa de la peña. Igual les digo que sí, total alguna ropa tendré que ponerme.... ¡Digo yo!.