¡Tengo cansera!.
Como diría nuestro poeta de Algezares Vicente Medina, ¡tengo cansera!. Estoy falto de inspiración y me apetece muy poco escribir. Cuando uno entra en un estado de letargo como este no apetece ná....
Hago un esfuerzo y cojo los lápices para contarte, querido diario, mi acontecer. No me pasa nada, ni bueno ni malo y mucho menos divertido. Lo último es la ojeriza que me ha tomado uno de los monitores de la piscina de la Universidad. Cuando llego lo primero que hago es mirar los carteles de las calles para saber en cuales no puedo tirarme. Las de cursos de natación, ni me arrimo, a la calle rápida, menos aún. Así que con esas no me quedan más que dos calles que escoger. Miro y lo primero en que me fijo es que los que estén en la calle que decida no sean los mismo que estaban ayer. Si repito y los vuelvo a echar fuera me van a tomar ojeriza como el monitor. Si son los mismos elijo la otra. Una vez que estoy en la calle nadando, a los treinta minutos, el menda se me acerca y me dice con educación, pero en ese tono autoritario y molesto de los que se saben con el poder de decisón: -“¡Cámbiese de calle, en esta vamos a comenzar un curso!”. ¡Pero coño, si pone “baño libre”!, ¿porqué me echa?.
También tengo que afirmar que las chicas en bañador deportivo, gorro y gafas de natación, pierden mucho, supongo que ellas pensarán lo mismo de nosotros. En “Quo vadis”, está escrita un frase que ilustra mucho este echo: “Gusta más una ninfa medio vestida, que cien vírgenes desnudas...” (frase aproximada, que no tengo ganas de buscar la frase ahora mismo.
Mi desgana, mi cansera perjudica, como única actividad, el escribir en mi diario. Los entrenos van viento en popa y con muchas ganas.
Tras los dos primeros meses de entreno terapéutico, para los novicios, dícese del entrenamiento cuyo fin es únicamente la pérdida de peso, tras pasar la etapa de aprendizaje de la natación, ahora me encuentro en un ciclo de base. Se hace cansino, monótono pero mantengo la ilusión intacta. Lo peor del triatlón de larga distancia es también lo peor del maratón, es su preparación. Con el triatlón hay menos monotonía, pues la bici, el agua, la carrera a pie, todo es más variado, pero más duradero en el tiempo.
Dentro de una semana tengo la primera prueba. La media de Lorca. Tradicionalmente he llegado a esta carrera con bastante más kilómetros, bastante más peso y ya con algunos tres miles a las espaldas. Este año voy a correr con unos 66 kilos, menos que cuando hice la 1:24, pero con más volumen genérico, pero ni un metro de calidad. Por una parte, lo lógico sería no esperar gran cosa de la prueba, pero por otra estoy deseando ver como respondo al trabajo acumulado. No quiero presionarme, pues si hiciera una buena marca me sobrevaloraría, pero si la hago más o menos como siempre en esta fecha 1:33, 1:35 pensaré ¿y para esto tanto sacrificio?. Por lo menos en la natación voy mejorando, el otro día 3.300 mts. en algo menos de una hora veinticinco minutos... Creo que ya tengo la seguridad de que saldré del agua en Alemania. Otro inconveniente. Ayer me di cuenta que para Alemania necesito un neopreno, no se porqué creí entender que no lo iba a necesitar... En casa hay dos un Aquaman de un solo uso que supongo que me estará grande y un Ironman con cinco o seis que es algo más pequeño pero tengo dudas si no será grande también. ¡Cómo me tenga que comprar uno mi santa me cuelga!. Rezaré para que me venga apañadico....
El jueves paso si pasé de los dieciocho kilómetros, no lo pasé tan mal como pensaba. El viernes, la piscina con el drama de que nuevamente me tiró fuera de la calle el monitor cabroncete. Sábado ciento veinte kilómetros con mi amigo Stani. Fuimos a Elche. A la vuelta el viento hizo mella, primero en mí, que pasé un mal rato a la altura de Benejúzar. Pasó un grupo y no pude irme tras ellos. Tras un magnífico trabajo de Stani y también un poco de suerte, pues se paró a orinar uno de los jefes, pillamos al grupo. Esta grupeta es de las que están peleadas pues sólo hacían pegarse tirones y demarrages. Por Zeneta fue Stani quien comenzó a sentir los problemas de la suma de kilómetros.. el domingo 90 km. con la peña. Subimos a Gebas y desde allí hasta Librilla pasé un mal rato. El sábado me acosté a las cuatro de la mañana con algo de vodka en el estómago y me levanté a las ocho para salir con la bici. De Librilla a casa pude tirar del grupo y por lo menos se nota que tengo un buen poder de recuperación.
El lunes natación, unos 3.300 mts. El martes 75 minutos de E.T. y 1500 mts. de natación en Espinardo. El miércoles una hora de fuerza en el gimnasio y 45 minutos con 1600 mts. de natación . El jueves rodaje de noventa minutos por el coto de Los Cuadros. Me mojé, lloviznaba pero era preciso el manto gris y la neblina que caía entre los árboles. A las diez otra vez 45 minutos de natación con un total de unos 1650 mts.
Luego iré de nuevo a nadar. Esta vez creo que saldrán unos 3.500 mts. para hora y media. Espero que este fin de semana no llueva y pueda salir con la bici.
¡Hasta el lunes, querido diario!
Como diría nuestro poeta de Algezares Vicente Medina, ¡tengo cansera!. Estoy falto de inspiración y me apetece muy poco escribir. Cuando uno entra en un estado de letargo como este no apetece ná....
Hago un esfuerzo y cojo los lápices para contarte, querido diario, mi acontecer. No me pasa nada, ni bueno ni malo y mucho menos divertido. Lo último es la ojeriza que me ha tomado uno de los monitores de la piscina de la Universidad. Cuando llego lo primero que hago es mirar los carteles de las calles para saber en cuales no puedo tirarme. Las de cursos de natación, ni me arrimo, a la calle rápida, menos aún. Así que con esas no me quedan más que dos calles que escoger. Miro y lo primero en que me fijo es que los que estén en la calle que decida no sean los mismo que estaban ayer. Si repito y los vuelvo a echar fuera me van a tomar ojeriza como el monitor. Si son los mismos elijo la otra. Una vez que estoy en la calle nadando, a los treinta minutos, el menda se me acerca y me dice con educación, pero en ese tono autoritario y molesto de los que se saben con el poder de decisón: -“¡Cámbiese de calle, en esta vamos a comenzar un curso!”. ¡Pero coño, si pone “baño libre”!, ¿porqué me echa?.
También tengo que afirmar que las chicas en bañador deportivo, gorro y gafas de natación, pierden mucho, supongo que ellas pensarán lo mismo de nosotros. En “Quo vadis”, está escrita un frase que ilustra mucho este echo: “Gusta más una ninfa medio vestida, que cien vírgenes desnudas...” (frase aproximada, que no tengo ganas de buscar la frase ahora mismo.
Mi desgana, mi cansera perjudica, como única actividad, el escribir en mi diario. Los entrenos van viento en popa y con muchas ganas.
Tras los dos primeros meses de entreno terapéutico, para los novicios, dícese del entrenamiento cuyo fin es únicamente la pérdida de peso, tras pasar la etapa de aprendizaje de la natación, ahora me encuentro en un ciclo de base. Se hace cansino, monótono pero mantengo la ilusión intacta. Lo peor del triatlón de larga distancia es también lo peor del maratón, es su preparación. Con el triatlón hay menos monotonía, pues la bici, el agua, la carrera a pie, todo es más variado, pero más duradero en el tiempo.
Dentro de una semana tengo la primera prueba. La media de Lorca. Tradicionalmente he llegado a esta carrera con bastante más kilómetros, bastante más peso y ya con algunos tres miles a las espaldas. Este año voy a correr con unos 66 kilos, menos que cuando hice la 1:24, pero con más volumen genérico, pero ni un metro de calidad. Por una parte, lo lógico sería no esperar gran cosa de la prueba, pero por otra estoy deseando ver como respondo al trabajo acumulado. No quiero presionarme, pues si hiciera una buena marca me sobrevaloraría, pero si la hago más o menos como siempre en esta fecha 1:33, 1:35 pensaré ¿y para esto tanto sacrificio?. Por lo menos en la natación voy mejorando, el otro día 3.300 mts. en algo menos de una hora veinticinco minutos... Creo que ya tengo la seguridad de que saldré del agua en Alemania. Otro inconveniente. Ayer me di cuenta que para Alemania necesito un neopreno, no se porqué creí entender que no lo iba a necesitar... En casa hay dos un Aquaman de un solo uso que supongo que me estará grande y un Ironman con cinco o seis que es algo más pequeño pero tengo dudas si no será grande también. ¡Cómo me tenga que comprar uno mi santa me cuelga!. Rezaré para que me venga apañadico....
El jueves paso si pasé de los dieciocho kilómetros, no lo pasé tan mal como pensaba. El viernes, la piscina con el drama de que nuevamente me tiró fuera de la calle el monitor cabroncete. Sábado ciento veinte kilómetros con mi amigo Stani. Fuimos a Elche. A la vuelta el viento hizo mella, primero en mí, que pasé un mal rato a la altura de Benejúzar. Pasó un grupo y no pude irme tras ellos. Tras un magnífico trabajo de Stani y también un poco de suerte, pues se paró a orinar uno de los jefes, pillamos al grupo. Esta grupeta es de las que están peleadas pues sólo hacían pegarse tirones y demarrages. Por Zeneta fue Stani quien comenzó a sentir los problemas de la suma de kilómetros.. el domingo 90 km. con la peña. Subimos a Gebas y desde allí hasta Librilla pasé un mal rato. El sábado me acosté a las cuatro de la mañana con algo de vodka en el estómago y me levanté a las ocho para salir con la bici. De Librilla a casa pude tirar del grupo y por lo menos se nota que tengo un buen poder de recuperación.
El lunes natación, unos 3.300 mts. El martes 75 minutos de E.T. y 1500 mts. de natación en Espinardo. El miércoles una hora de fuerza en el gimnasio y 45 minutos con 1600 mts. de natación . El jueves rodaje de noventa minutos por el coto de Los Cuadros. Me mojé, lloviznaba pero era preciso el manto gris y la neblina que caía entre los árboles. A las diez otra vez 45 minutos de natación con un total de unos 1650 mts.
Luego iré de nuevo a nadar. Esta vez creo que saldrán unos 3.500 mts. para hora y media. Espero que este fin de semana no llueva y pueda salir con la bici.
¡Hasta el lunes, querido diario!
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