¡Joder con el correr rápido!, vaya un negocio ruinoso que me ve buscao...
El sábado tuve día campero. Nos lo pasamos muy bien. Nos jugamos los pelos al futbolín, bebimos cerveza y medio gin-tonic, que al día siguiente tenía que correr. Hice un rodaje de treinta minutos por la finca a la estela de los caballos que participaban en el Raid, fui, junto con los jueces, el que más de cerca siguió el acontecimiento. En la comida dos arroces que estaban buenísimos, uno de lubina y otro de caracoles... A las diez de la noche, tras meterme entre pecho y espalda una morterá de spaguetis me acosté. No bebí demasiado, más bien poco, teniendo en cuenta mi afición a participar activa y entusiasmadamente en este tipo de fiestas, pero supongo que el dispendio pasó factura la día siguiente.
A los ocho y media dirección a Aspe. Ya en la ida negros presagios se vislumbraron en el horizonte. Un coche que circulaba en sentido contrario se pegó una leche de tres pares de cojones. ¡Qué susto y cuanto impactan estas imágenes en vivo!. Menos mal que llegamos pronto. Mil quinientos corredores en una fila interminable para recoger la equitación completa de atletismo que regalaban los chicos del Club de Atletismo Aspis. Encontramos un buen sitio de aparcamiento y preparamos la intendencia. Mi zagalico, el mayor, se vino y corrió doce kilómetros de la prueba. Esperemos que poco a poco se vuelva a involucrar en este mundo del que nunca debió salir... Calentamos, como siempre, algo anárquicamente y nos pusimos en la cámara de llamadas. Debía estar bastante atrás, ni oí el tiro de salida. Estaba relajado, quería tomarme la prueba como Lorca, a sensaciones. Desde luego el recorrido no era el mejor para disfrutar. Muchas cuestas, unas cortas pero duras y luego siete kilómetros de constante subida, tendida, pero subiendo, hasta el quince... Me di cuenta de que había salido muy atrás cuando adelante a Esther y sus amigas, que salieron en primera línea, a las chicas le dieron ese privilegio, en el kilómetro ocho. Suponiendo que fuese a 4,30, si ellas no iban a menos de cinco, debería haberlas adelantado en el kilómetro cuatro como mucho.... Esta vez llevaba un reloj que sólo marcaba el paso de los kilómetros, quería saber al final los ritmos que había llevado, pero no daba el tiempo final. También me prometí a mí mismo no mirarlo. En el kilómetro doce adelante a Juan Plazas, un compañero del tri. Su hermano me había dicho el jueves que su intención era hacer una hora treinta y seis minutos... De nuevo volví a preocuparme.... En el 15 pasé a Labiano, otro compañero del Moto5. Iba cascadote el chiquillo, pero seguí preocupándome, ¿qué coño había hecho hasta ahora, rascarme el bolo...? Desde ahí hasta meta puse el turbo. Esta mañana inspeccionando el reloj me enteré que había corrido del quince a meta entre cuatro uno y cuatro cuatro cada kilómetro. Fui pasando gente desde la salida hasta el final.... Pocos me pasaron y pasé a un montón. Cuando llegué el arco me llevé una gran decepción. ¡No había reloj!, no pude saber en que tiempo terminé. Tampoco dieron ticket. Hoy he visto que me dan 1:32:50... Conclusiones, debo de estar bien porque sino no hubiera podido correr los seis últimos kilómetros rondado los cuatro minutos. También he sacado como conclusión que me puse demasiado atrás, me relajé en exceso y como broche final, también he intuido, el reloj me lo ha confirmado que en las cuestas, al ir por sensaciones no tuve el cuerpo con ganas de sufrir demasiado, pues bajaba los ritmos a casi 4,30 el kilómetro. Hay que ser pragmáticos y analíticos y el resultado fue un gran fiasco... Debo buscar, pronto, una carrera que me quite este mal sabor de boca y me devuelva la confianza que nunca debí perder...
Esta mañana ya he nadado dos mil metros, yo creo que algo más, pues he perdido centenares de veces la cuenta de lo que nado. Como en la piscina solo estamos la socorrista y yo, le pediré mañana que, por favor, me cuente los metros que hago.
¡Hasta mañana!, querido diario...
El sábado tuve día campero. Nos lo pasamos muy bien. Nos jugamos los pelos al futbolín, bebimos cerveza y medio gin-tonic, que al día siguiente tenía que correr. Hice un rodaje de treinta minutos por la finca a la estela de los caballos que participaban en el Raid, fui, junto con los jueces, el que más de cerca siguió el acontecimiento. En la comida dos arroces que estaban buenísimos, uno de lubina y otro de caracoles... A las diez de la noche, tras meterme entre pecho y espalda una morterá de spaguetis me acosté. No bebí demasiado, más bien poco, teniendo en cuenta mi afición a participar activa y entusiasmadamente en este tipo de fiestas, pero supongo que el dispendio pasó factura la día siguiente.
A los ocho y media dirección a Aspe. Ya en la ida negros presagios se vislumbraron en el horizonte. Un coche que circulaba en sentido contrario se pegó una leche de tres pares de cojones. ¡Qué susto y cuanto impactan estas imágenes en vivo!. Menos mal que llegamos pronto. Mil quinientos corredores en una fila interminable para recoger la equitación completa de atletismo que regalaban los chicos del Club de Atletismo Aspis. Encontramos un buen sitio de aparcamiento y preparamos la intendencia. Mi zagalico, el mayor, se vino y corrió doce kilómetros de la prueba. Esperemos que poco a poco se vuelva a involucrar en este mundo del que nunca debió salir... Calentamos, como siempre, algo anárquicamente y nos pusimos en la cámara de llamadas. Debía estar bastante atrás, ni oí el tiro de salida. Estaba relajado, quería tomarme la prueba como Lorca, a sensaciones. Desde luego el recorrido no era el mejor para disfrutar. Muchas cuestas, unas cortas pero duras y luego siete kilómetros de constante subida, tendida, pero subiendo, hasta el quince... Me di cuenta de que había salido muy atrás cuando adelante a Esther y sus amigas, que salieron en primera línea, a las chicas le dieron ese privilegio, en el kilómetro ocho. Suponiendo que fuese a 4,30, si ellas no iban a menos de cinco, debería haberlas adelantado en el kilómetro cuatro como mucho.... Esta vez llevaba un reloj que sólo marcaba el paso de los kilómetros, quería saber al final los ritmos que había llevado, pero no daba el tiempo final. También me prometí a mí mismo no mirarlo. En el kilómetro doce adelante a Juan Plazas, un compañero del tri. Su hermano me había dicho el jueves que su intención era hacer una hora treinta y seis minutos... De nuevo volví a preocuparme.... En el 15 pasé a Labiano, otro compañero del Moto5. Iba cascadote el chiquillo, pero seguí preocupándome, ¿qué coño había hecho hasta ahora, rascarme el bolo...? Desde ahí hasta meta puse el turbo. Esta mañana inspeccionando el reloj me enteré que había corrido del quince a meta entre cuatro uno y cuatro cuatro cada kilómetro. Fui pasando gente desde la salida hasta el final.... Pocos me pasaron y pasé a un montón. Cuando llegué el arco me llevé una gran decepción. ¡No había reloj!, no pude saber en que tiempo terminé. Tampoco dieron ticket. Hoy he visto que me dan 1:32:50... Conclusiones, debo de estar bien porque sino no hubiera podido correr los seis últimos kilómetros rondado los cuatro minutos. También he sacado como conclusión que me puse demasiado atrás, me relajé en exceso y como broche final, también he intuido, el reloj me lo ha confirmado que en las cuestas, al ir por sensaciones no tuve el cuerpo con ganas de sufrir demasiado, pues bajaba los ritmos a casi 4,30 el kilómetro. Hay que ser pragmáticos y analíticos y el resultado fue un gran fiasco... Debo buscar, pronto, una carrera que me quite este mal sabor de boca y me devuelva la confianza que nunca debí perder...
Esta mañana ya he nadado dos mil metros, yo creo que algo más, pues he perdido centenares de veces la cuenta de lo que nado. Como en la piscina solo estamos la socorrista y yo, le pediré mañana que, por favor, me cuente los metros que hago.
¡Hasta mañana!, querido diario...
3 Comments:
Como os cuidan por esas tierras!XXII MEDIO MARATHÓN INTERNACIONAL - UVA DE MESA DEL VINALOPÓ - ASPE
Tras leer tu diario, he localizado la carrera y por 12€ camiseta , pantaloneta, etc. Por aqui tenemos la Behobia SS (12 participantes) y con una camiseta técnica todos felices (la inscripcion 22€ si no recuerdo mal).
Sige dandole duro y contandonoslo!
un saludo desde la cornisa cantábrica!
Hola garban, fiascos así sueño yo con "sufrir" algún día.
Hay que joderse, las cosas que tiene uno que leer...
Un abrazo, monstruo.
Na, está visto que si no tiene una motivación extra este chiquillo, no corre un pijo. Habrá que retarle a la media de Santa Pola pa que se ponga las pilas?
Pues eso, que como no corras un poquito más deprisa en Santa Pola verás como te levanto las pegatinas de las zapatillas cuando pase por tu lado. jeje.
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