Y Probé a ser IMvencible

Triatlon.

lunes, enero 15, 2007

¡Cómo dice Stani, hemos superado una bola de partido!
Dejamos la semana pasada el tema de Roth en el momento que volvía de la piscina el lunes. Como tenía “remordimientos de conciencia” por no haber entrenado el domingo me fui con la bici a intentar hacer el máximo de kilómetros posibles antes de que se hiciera de noche. A las tres y media estaba sobre la burra y me salieron 65 km. bastante jodidillos pues me lancé hacia La Alcayna, lugar donde hace un par de años creo que se celebró el campeonato de España de fondo en carretera para profesionales de ciclismo. Las subidas son largas y exigentes. De allí, jugándome la vida pues hay muchas canteras y no hacen más que adelantarte camiones de gran tonelaje, llegué hasta la nombrada población de Fortuna, famosa por su balneario de aguas termales. Regreso a casa cuando ya el sol se escondía por entre los árboles. Logré una gran sensación pues creía haber redimido, en parte, mi culpa por no salir el domingo.
El martes fue la releche. Por bocazas me vi en la obligación de acudir a la piscina con el neopreno, pues intuía que la socorrista me miraba con malos ojos por no haber hecho uso de la opción que “graciosamente” ella me había dado. La bici me está grande y el neopreno, por lo visto, pequeño. El caso es que le va de perlas a mi zagal el pequeño, que será aproximadamente como yo. Enfundado en mi neopreno “Ironman”, salí del vestuario dispuesto a hacer el paseíllo como los toreros. Las miradas fijas en el calvo con traje de cuero, que se iba a tirar al agua. Seguro que alguno, al verme “embutido” en tan exigente traje murmuró: ¡”Mira un tío hecho morcilla!”, los más benévolos sólo pensarían que era el “policía” de los “VillagePeople”. Me lancé al agua, no sin antes tener que pedirle a un “usuario” que me tirara de la cremallera, pues yo no era capaz de subirla. Seguro que pensó al verme con ese traje tan ajustado que lo que quería era ligar con él. Ya en la primera brazada sentí que no podía rotar los hombros y que los brazos me dolían un güevo al remar. Cuarenta y cinco minutos pude llevar puesto el “traje de los infiernos”, tuve que quitármelo y sacar a relucir tan “magnífico” cuerpo. Quince minutos más a ritmo “terapéutico” hicieron que no se me inflaran los brazos como los de Popeye. A casa me fui con el sentimiento que con ese traje o me adapto mucho mejor o no voy a poder nadar. Como la premisa para hacer este “ironmán” es que debo de ser un triatleta sin ningún glamour, ni me puedo comprar una bici de mi talla, ni me puedo comprar un neopreno. Hoy le he pedido a mi otro zagal su “Aquaman”, me ha dicho que me estará grande, pero yo que soy inasequible al desaliento voy a probar y comprobar con cual me debo quedar pues uno de los dos y ningún otro, irán a Alemania (Se admiten cesiones de neoprenos para una semana, antes tendría que probarlo, mido 166 y peso en la actualidad 65 kilos y bajando). A media mañana me tomé un pequeño bocadillo y a las tres y media estaba en la Mota del Río para hacer mi farlek de 75 minutos con cambios de 3 y 4 minutos, más un rodaje de 15 de vuelta a la calma. ¡Estoy que me salgo, si me descuido se me acaba el carril!.
El miércoles de madrugá la natación, extrañamente me salieron sólo 2.200 mts., supongo que fue porque tengo los brazos molidos por culpa de la “mierda” del neopreno. Salí de la piscina bastante descorazonado y con un gran bajón, volví a plantearme si sería capaz de salir de los 3.800 mts. de la natación antes de dos horas diez minutos. A las tres volví a la piscina para hacer la sesión de fuerza en el gimnasio que ponía “el plan o Biblia (cómo desdeñosamente se refiere al papelito mi “santa”). Esta vez me puse en mano de los monitores. Les decía lo que quería hacer y ellos me indicaban en que máquina y como debía de hacerlo. Fue bastante mejor que la vez anterior. De paso les vacilé sobre que soy un “finisher”. Por supuesto no les especifiqué que soy “finisher distancia sprint” y sobre mi proyecto de romper el crono en Alemania.
El jueves mil ochocientos metros de natación, salí antes pues tenía una reunión en el curro a primera hora y no quería llegar tarde. A las tres y media, comido con una hogaza de pan y un café, sobre las doce de la mañana comencé mi rodaje de 105 minutos para recorrer en la paz y serenidad del Coto de Los Cuadros unos 24 kilómetros. Bien, aunque algo cansado, se notaba el esfuerzo de la bici del lunes.
El viernes tenía que hacer 3000 mts. de natación continua. Me tuve que volver a preocupar o aún no me había recuperado del dolor de brazos que me produjo el neopreno o cada día nado peor. Una hora cuarenta minutos para tres mil metros de mierda. ¡Veremos si salgo en tiempo del agua!.
El sábado quedamos Stani y yo para, a las nueve, hacer ochenta kilómetros en bici, más ocho cuestas de fuerza en bici. De nuevo fuimos a Bigastro, esta vez nos volvimos antes de Jacarilla para que no se nos fuera el kilómetraje a los noventa como la semana pasada. Al fina 80 kilómetros pero “sólo seis cuestas”, la semana pasada se hicieron duras y a la mañana siguiente teníamos, como más tarde la definiría Stani, “Bola de Partido” y si la superábamos podríamos vencer el mes con facilidad. Por la tarde nos reunimos bastante de los “ironmanistas” de la cuadra de mi entrenador en su casa para charlar sobre un montón de detalles que había que preparar, como afrontar la preparación, en que momento de ella nos encontrábamos cada grupo, próximos medios de entrenamiento, alimentación en carrera. Con un guión los veteranos nos iban dando pautas de comportamiento a los novatos e íbamos sacando temas que nos preocupaban, o simplemente detalles que son tan nimios que no te das cuenta de lo importantes que son hasta que ya todo se convierte en un desastre. Por mi parte fue una tarde muy bien aprovechada pues me reuní con viejos conocidos de los triatlones, de cuando mis hijos competían, conocí otros nuevos y me lo pasé genial. Sólo hubo una cosa que me preocupó y es que dicen que después de la prueba sólo podré acostarme y yo ya he quedado con mi hermanico “El Capitán Bajoca” y “Road Manager” para salir de cervezas el domingo por la noche. Como lo tengo todo previsto he alquilado una furgoneta con silla de ruedas y que me lleve empujándome, pero para una vez que salgo fuera de mi casa, lo más lejos fue a Ceuta a pitar un partido y encima sin mi “santa” no me voy a quedar durmiendo…¡No te jode!.
La noche del sábado al domingo fue jodida. Cené pasta y me acosté temprano. Me temblaban las piernas de pensar que ese domingo teníamos que hacer 170 km. Tenía “cangela” y no sabía como iba a responder mi cuerpo en general y mi culo en particular.
A las ocho Román, el amigo de mi hijo que se viene a correr durmió en mi casa, y yo nos fuimos al cruce de Cobatillas para recoger a Stani y seguir con rumbo desconocido, por ellos, yo ya tenía preparada la ruta. Esperamos unos minutos, pocos que Stani es muy puntual, pues el de Monteagudo con los nervios había salido sin los bocadillos de casa y tuvo que regresar. Por el Raal al cruce de Zeneta. De allí por lo que se denomina “La Costera”, barrera montañosa que delimita el valle de Murcia por su parte Este, nos fuimos a Los Ramos, Beniajan, La Alberca. Al pasar por allí, los de mi peña ciclista estaban preparándose para salir y me gritaron que me fuera con ellos. Tras indicarles que iba en cabeza del grupo, lo cierto es que me habían dejado pasar unos metros antes para intentar quitarme la fama de “chuparuedas” que me persigue en la peña, seguimos dirección a Librilla. Allí nos encontramos con Txema, un Totanero que también se viene a Alemania, nosotros llevábamos 47 kilómetros y regrasamos de nuevo al Raal. De vuelta a Librilla donde Txema se volvería para su Totana natal, éste y Román en un golpe de locura se lanzaron a la aventura de tirar a saco. Stani y yo seguimos a nuestro ritmo sabedores de que tarde o temprano todo volvería a su sitio y que nuestro “fogoso” Román, veinte añicos le acompañan, caería cual hoja en otoño. En Librilla de nuevo vuelta y ya seguimos hasta casa. Stani, que dice que al principio de la mañana iba regular, tiró de mí como un poseso y yo como “granchupaor” que soy le seguí encantado. Cuando alcanzamos ya cerca de Beniaján a Román, ambos se alternaba en la tarea de comandar las hostilidades. A diez kilómetros de casa, sabiendo que salvo que nos atropellara un coche, llegábamos seguro el ambiente se relajó y se desató la euforia. Ideamos la manera de traernos de Alemania tres Cervelós Carbon y dejar allí nuestras Giant del año setenta, la BH y la desmarcada bici de Román. ¡Salvamos la primera bola de partido!. Lo cierto es que fue bastante más sencillo de lo esperado y nos dio una gran alegría saber que estamos en camino de conseguir nuestra meta, por lo menos no va a faltar interés por nuestra parte.
Stani al llegar a casa tuvo la desgraciada noticia de la muerte de un amigo. Desde aquí quiero darle mi apoyo y cariño. Y que nunca más tenga dudas sobre si merece la pena todo este esfuerzo, el frío y los malos momentos que hacemos pasar a nuestras familias y parejas por dejarlas en casa mientras nosotros nos vamos a “zascandilear” como dice mi “santa” por ahí.
Esta mañana, 2.700 mts. en una hora lo que me hace tener de nuevo esperanzas de que lo que pasó la semana pasada en la pisicina sólo fue un accidente.
Cada vez el trabajo es más duro, pero cada vez estoy más contento de estar realizándolo porque para mí es un reto. En el mes de Agosto no sabía nadar y en Junio voy a intentar y espero conseguirlo, aunque no lo consiga no será un fracaso, ser un intento frustrado….
Esta semana espero tener más tiempo para escribir, querido diario y no desatenderte tantos días.

5 Comments:

At 10:40 p. m., Blogger stani said...

Amigo, ya no nos para ni la policía montada del Canadá. Por cierto, se te ha quitado ya la marca de Pinarello del trasero?jajaj.

 
At 8:30 a. m., Anonymous Anónimo said...

Buenas! ya creia que no habías sobrevivido a los 170km! Por lo del Neopreno no te preocupes,al final te acostumbras (sobre todo los hombros) y dicen que es mejor que este muy ajustado (yo lo uso para nadar en el mar y he de reconocer que la sensación de nadar con traje es diferente). Ya se que esto no es un chat ni foro en el que se hacen preguntas, pero algun día podías explicarle a tu diario el por qué de la elección de Roth frente a otros Ironman (Lanzarote, Zurich, etc). Un saludo desce la cornisa cantábrica. Agur.

 
At 9:48 a. m., Anonymous Anónimo said...

Yo me compré el año pasado uno del Lidl por 50 euros y no es que sea muy bueno pero para pasar el trámite...
andreseitor

 
At 10:19 a. m., Blogger Fran said...

Coño pero si estás vivo después de los 170 del ala. Saludos tío.

Nos vemos el domingo en Santa Pola, si es que lo conseguimos, pues menuda se va a montar con 4.500 tios por las calles.

 
At 12:31 p. m., Blogger magopepo said...

Bien, paco, bien, estás que te sales. Yo en Santa Pola no, no me atrevo aún con una media, yo te veré en Valencia. Ya hablaremos de comer juntos el sábado.

 

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