Y Probé a ser IMvencible

Triatlon.

viernes, marzo 30, 2007

Y ahora me voy a ver la Procesión del Cristo del Amparo...
Pero no quería dejar de poneros estas perlas. En ellas se me ve celebrando que, de nuevo, por enésima vez hemos vuelto a dejar a "Jesús en Casa de Lázaro" en la iglesia de El Carmen, sin novedad y de buen humor. En las otras se me ve cargando de "colorao". Y dos más de "Pacorro" el año pasado, cuando debutó de "colorao" y de "Pablete" con su hermano de padrino de alternativa el año pasado en la Magdalena.

La pasión, según Garbanzito…
Versículo primero.-
En aquellos tiempos
….
Hoy no voy a hablar de triatlón, bueno sí lo voy a hacer pero de manera indirecta. Cuando preguntan, y vosotros… ¿cuánto entrenáis?. ¿Hacéis esto o lo otro?... Pues esto responde a una parte de esas preguntas… ¿A qué renunciáis por ese sueño?.
Con dos meses me llevaron a vivir al barrio murciano de San Antolín. Arrabal de la capital murciana. En la iglesia parroquial tiene su sede la Cofradía del Cristo del Perdón. La barriada lindaba con la huerta, tras mi casa ya sólo encontrábamos “La puerta de la Traición”. Antigua puerta de la muralla árabe que marcaba el fin de la urbe. Por ella se accedía al Carril de la Arboleja y al camino de la Albatalía. Por los carriles el Lunes Santo venían los huertanos vestidos de nazarenos para sacar los “pasos” de la procesión. En aquella época los “estantes”, así se denominan los nazarenos que llevan a hombros los tronos procesionales en Murcia, eran personal de oficio, es decir: “Los señoritos de Platería (céntrica calle de Murcia), pagaban a los huertanos por sacar los pasos. De aquellos hombres rudos, francos, curtidos por el sol y fortalecidos por el ejercicio del “legón”, le cogí yo la afición a la Semana Santa.
Respeto a aquellos compañeros que bajo el paso van rezando o están allí por una Fé aunque yo no la comparta. Mi paso por “la empresa”, me hizo impermeable a ciertos comportamientos, palabras y puestas en escena de la Iglesia Católica.
Ahora se están empeñando en que todos los que participamos en la procesión acudamos a los “Oficios”, Misas y demás actos ecuménicos… ¡Pero si a mí me encontraron en los bares!, ¿de que os sorprendéis ahora?. Exijo respeto para aquellos que un día hicieron de su nazarenía un “oficio” porque no tenían feligreses y deseo que nos respeten pues los hijos de los que un día lo fueron por dinero, ahora seguimos por cariño, tradición y preservación de las costumbres. Es una parte de la historia de nuestra Murcia, las procesiones son muy grandes para que no haya sitio para todos.
Tras esta apología de lo tradicional, cuento a lo que he renunciando este año por lograr el sueño de Roth. He renunciado a salir en “mis” procesiones, aunque la versión de las procesiones que a mí me gustaba desapareció cuando los “jefes” decidieron quitarnos a los estantes de debajo de los pasos el botijo con “paloma” una mezcla de anís seco y agua fresca que nos servía para, a la vez que darnos “ánimos”, refrescarnos el gaznate y las cajas de quintos de cerveza que llevamos atadas junto a las baterías de la luz de los “pasos”.
Este año, en mi lugar saldrán mis hijos, mi hermano y mi sobrino. Las túnicas ya están planchadas y colgadas en los techos, las esparteñas (calzado típico huertano con el que visten los nazarenos) limpias y las enaguas almidonadas. Las miro con tristeza y me conformo porque tengo un sueño, quiero competir en Roth.

Con seis añicos, junto al Cristo del Perdón


Con seis años decidí ser nazareno. Como los pobres no tenemos medios, comencé, como siempre en mi vida, desde abajo. La primera vez salí de monaguillo. Para salir de monaguillo había que ayudar a Misa, por lo menos tres meses antes de la procesión, el cura se aseguraba así asistencia “técnica” en los actos religiosos y ayudar a montar los pasos que en aquella época se guardaban desarmados en el coro de la iglesia y en unas habitaciones de la casa parroquial. Tras varios años de monaguillo mi vida giró hacia otro sitio y dejé de salir en la procesión, pero nunca perdí la esperanza de volver a ser nazareno.


Vestido de Rojo Magenta para procesionar en el Prendimiento (Lunes Santo)




Hoy es Viernes de Dolores. En otra época, a estas horas, estaría en la puerta de la iglesia esperando que pusieran las varas a mi paso, “Jesús ante Pilatos”. Vestía, digo vestía pues ya no salgo en esa cofradía, de azul. Este paso se denominada coloquial y jocosamente entre sus propios nazarenos como el “Piso del Piloto”, pues además de ser feo de cojones, el Pilatos cada año, como si fuera un “GeyperMan” lo cambiaban de posición, unas veces salía de pie, otras sentado… Aún recuerdo el primer año que lo sacamos. El trono, soporte donde van las figuras pasa justo por la puerta de la iglesia, así que los estantes de las tarimas debemos de quitarnos. Los dieciséis varas que quedaban bajo el paso se lo bajaban “al brazo” (expresión nazarena que consiste en llevar el paso con las manos a la altura de la cintura para que las imágenes no den el el quicio de la puerta) y lo sacaba a la calle. Los Estantes antiguos de los pasos que nos seguirían en la procesión, se descojonaban de nuestra poca pericia, menos tres o cuatro todos eran novatos, sacamos a los nazarenos del colegio profesional de visitadores médicos, y nos susurraban, bien fuerte, eso sí, para que lo escuchara todo el mundo, “¡Lo vais a hacer leña!”. Con el tiempo mejoramos mucho la técnica. De ese paso fui fundador.


Jesús ante Pilatos (Viernes de Dolores)



El sábado me vestía de rojo corinto. Aquí cabe explicar que los estantes de las procesiones murcianas son una minoría selecta, casi todos repiten en dos o tres procesiones. No es que haya que ser “maestro cantero”, pero si que hay que tener una experiencia y cierta sabiduría… Andar por las estrechas calles con cuarenta o cincuenta kilos de peso durante seis horas, necesita de cierto tipo de individuos. Las maniobras, las curvas, los pasajes hay que negociarlos con tacto, con mimo para no tirar todo al suelo o darle golpes contra esquinas o balcones…
Pues como iba diciendo el sábado de rojo corinto para sacar al Cristo de la Caridad. También fui fundador de esta cofradía, a la que tampoco ya pertenecemos pero que tiene una historia entrañable para nosotros. El proyecto económico de la cofradía no era muy boyante, así que había que buscar gente por donde fuera. Se acababan peligrosamente los meses y no se tenía la gente suficiente para las filas de penitentes y para estantes del único paso que en su fundación desfiló. Así que ni corto ni perezoso, cogí a todos los jugadores de mi club de balonmano, el C.B. José Chover, del barrio del Carmen de Murcia y los vestimos de penitentes. Más de cien jugadores y jugadores, con amigos, familiares y conocidos formaron el cortejo penitencial más largo jamás soñado por los fundadores de la hermandad. Todo jugador desde infantil que midiera más de uno cincuenta fue debidamente vestido de penitente, con su túnica y su capuz. El trono lo portaban 36 estantes de los que más de veinte eran familia mía, de mi santa, amigos nuestros o compañeros de trabajo. Para colmo, como no podía ser menos, Pacorro y Pablete, a ver quien tiene cojones ahora para llamar así a mis dos zagalicos, Paco y Pablo eran los monaguillos que acompañaban al consiliario. Pacorro portaba el incensario con cuatro añicos, debutó antes que su padre, pero en la misma posición en el campo y pronto tuvo que dejar al cura el aparato, pues el olor lo mareaba. Pablo llevaba unas campanillas que con la inocencia de sus tres añicos no cesaba de hacer sonar con tal ímpetu y entusiasmo que más parecía una procesión de gloria, por ejemplo un resucitado, que un cortejo de penitencia. Al año siguiente, Pablo preguntaba por sus campanillas y el mayordomo le decía que se habían perdido. Lo cierto es que estaban escondidas para que el zagal no montara tanto alboroto.




Cristo de la Caridad (Sábado Santo)


El Lunes Santo, San Antolín. Rojo magenta para la procesión de mi barrio, en ésta me sustituye mi hermano desde el año pasado. Sacamos el paso llamado “El Prendimiento”. El más antiguo de la Semana Santa murciana. Fundado por el gremio de la seda. Mi cuñado y yo seguimos la tradición de ir a por un haz de sarmientos en los que los gusanos de seda hacen su capullo y que por la tarde noche procesionará a los pies del Cristo. Le hemos quitado bastante solemnidad al traslado de los capullos y ahora lo hacemos en moto por la autopista, con la consiguiente pérdida de elementos de los sarmientos…, es el problema de la modernidad…




Lunes Santo "El Prendimiento"




El Miércoles, rojo sangre, para la “procesión de los coloraos”. Mi paso es “Jesús en Casa de Lázaro”, este año saldrán mis dos hijos y mi sobrino. Es el único en el que al año que viene, si no pasa nada, saldré. Este año saldrá por primera vez mi hijo pequeño. Ya ha cumplido los dieciocho años. Me hacía ilusión salir con ellos dos, todos juntos por vez primera, pero el triatlón, el dichoso Roth, no me ha dejado.


Jesús en casa de Lázaro (Miércoles Santo)


Algunos años he salido de penitente en el Viernes Santo, en la procesión de los Salzillos, pero dejé de hacerlo, los que nacimos para estantes no estamos a gusto en las filas.
Por último el Domingo de Resurrección. Blanco y lila para llevar a hombros a “María Magdalena”, el año pasado fue el último en el que salieron mis dos hijos. Los gastos son ya muchos, porque si no lo he dicho ,de cobrar por llevar el trono pasamos a pagar algo parecido a 300 euros por paso más cenas, comidas, cervezas... en fin que tenemos que "renunciar a algo".





María Magdalena (domingo de Resurección)


Así que a eso he renunciado yo por el triatlón, a cinco procesiones, a veces seis, aunque ahora mismo sólo saliera ya en dos… Y no es sólo salir, que ya es bastante, sino también a las “reuniones preparatorias”, “las confirmatorias”, las de la mañana de la salida, las de la recogida… A un montón de vivencias con mis amigos, con mi familia que no puedo hacer. No es que el llevar los pasos me deje muerto, que me deja, es que como yo entiendo, vivo y quiero a mi Semana de Pasión, no puedo celebrarla este año, sino quiero que me pase factura luego…
Y es que la pasión, es mucha pasión.
¡Hasta el lunes, querido diario!

Otra generación de nazarenos, dando caramelos como es tradicional en Murcia. De espaldas, la bella mujer que recibe tantos obsequios, caramelos, bocadillos con la cazadora negra es "mi santa". ¡Pá que luego no digais que no tiene veintidos añicos la zagalica!. ¡Reguapa!

Así llevamos los pasos en Murcia


Otra generación de nazarenos


El clavel y los caramelos se los dan mis compañeros nazarenos a "mi santa"

lunes, marzo 26, 2007




El Sábado, en la salida en bici y abajo entrando en meta, vestido de triatleta en Elche.
P.D.: Ni estoy tan calvo, ni estoy tan gordo, ni soy tan feo, es que la cámara es mala....jajajaja


¡En Elche salieron las cosas bien!



Como algunas veces ha hemos hecho comenzaremos de atrás hacia delante. Esta mañana he nadado. No he realizado la rutina que ponía en el plan. He realizado dos mil cien metros de nado continuo. He tenido unas sensaciones buenísimas. Buena tracción, buen agarre, bastante deslizamiento y la respiración iba muy acompasada. En fin, que por lo menos he tenido un comienzo del día agradable. Mañana haré la rutina de hoy. En cuanto al tiempo también ha sido muy bueno, algo más de cuarenta y ocho minutos.
El domingo teníamos una prueba difícil, pues aunque ya habíamos hecho cincuenta kilómetros en bicicleta y setenta y cinco de rodaje varias veces, esta vez era en serio, había que competir, por lo menos en la carrera a pie.
El día comenzaba con pequeños inconvenientes. El cambio de hora nos hacía salir casi de noche. Tuvimos que esperar unos minutos para que no corriéramos el peligro de ser atropellados por los nenicos que volvían de la marcha nocturna. La semana pasada hicimos la prueba y teníamos cincuenta y cinco kilómetros hasta la salida de la media de Elche. Llevaba un sanwich partido en dos, un plátano, tres barritas de muesly y un gel. Me tomé el bocadillo de jamón york y el plátano, lo demás volvió de nuevo a casa. En el aparcamiento de la Universidad Miguel Hernández me esperaba mi zagalico para hacer la transición. Tantos años haciendo las labores propias de utillero para él y ahora le toca a él hacerlo por mí. A la entrada de Albatera nos paramos a evacuar las aguas sobrantes y a lo lejos vimos llegar un par de ciclistas, por la postura, iban acoplados, imaginé que eran Pilar y su hermano que venía de Molina de Segura con el mismo plan que nosotros, rodaje y media. Aflojamos un poquico y ellos que también nos vieron apretaron y antes de salir del pueblo ya habíamos formado un grupico. Ellos llevaban su relucientes monturas de larga distancia y nosotros íbamos con nuestro “lustrosos hierros”. En ese momento, no se porqué, nos relajamos un poquico. Ibamos tranquilamente de charla, comentando los sucedidos de nuestros respectivos entrenamientos. Me suena el teléfono a la entrada de Elche y descubro que es mi zagalico que se estaba poniendo nervioso. Sabe que suelo ser muy metódico y que sólo faltaban veinte minutos para la salida y aún no habíamos llegado. Por suerte estábamos ya en la avda. de la Libertad a pocos minutos del lugar de encuentro. Saltaron las alarmas y comenzamos a saltarnos semáforos y nos dimos Stani y yo un buen calentón. Los hermanos quedaron atrás pues su coche de asistencia les había llamado hace un rato y aún no había llegado a Elche, sospechaban que no llegaría a tiempo de la salida, como así resultó al final. Mi nene se portó como un campeón. Había montado el chiringo junto al coche y fui el espectáculo del aparcamiento. Transición en menos de cuatro minutos, el personal miraba con estupefacción que llegara vestido de ciclista y en dos minutos estuviera dispuesto a salir a correr la carrera. Sólo tuve un fallo, se me olvidó el gel, pero bueno…, al final tampoco lo necesité. Llegué incluso con algo de tiempo para colocarme en un sitio de salida no demasiado atrasado. Unos diez minutos después de haber bajado de la bici ya estaba corriendo. Resultó que no estaba tan bien situado como suponía. Como toda la temporada no llevaba reloj. Así que en cuanto pude tener sitio para correr comencé a coger un ritmo que me fuera agradable. En el puente del Milenio o algo así, creo que se llama, cogí al globo de una hora y media. Le pregunté si era cachondeo o era un “práctico de verdad”, en las media no suele haberlos. Me dijo que sí, que era un “práctico verdadero”. Iba más flojo que yo, pues venía yo venía de atrás, así que me dispuse a sestear con él unos kilómetros. Charlé con él, me comentó que iba un poco rápido, le dije que se moderara que después en Internet lo pondrían de “hoja de perejil” si tostaba a todo el grupo y alguno no conseguía la marca… Se río. A los pocos metros, me saluda un corredor de la grupeta. Resultó ser un compañero que tiene el mismo entrenador que yo y que nos vimos en la reunión de enero para comentar las incidencias de los entrenamientos y demás. En el maratón de Valencia también coincidimos al final tomando unas birras, nosotros y ellos comiendo. Apretó un poquico y le seguí, a lo tonto tonto nos separamos del grupo un buen montón de metros. Han cambiado el recorrido de la carrera, es más duro, con más cuestas, no duras pero que hay que subirlas. Me gustó especialmente el paso por el Huerto del Cura. En el agua del km. 16 me separé ligeramente del grupo en el que iba… Ya no iba tan fresco, aunque tampoco iba mal, simplemente que me apareció un puntico de fatiga. Tampoco era cuestión de ponerme a sufrir demasiado y dejé que se fueran pero muy lentamente, al final me sacarían unos cuatrocientos metros, no más. En meta el reloj marcaba 1:28:14, en tiempo real hice menos de veintiocho minutos. Es la mejor marca de la temporada, lo que me hace pensar que estoy muy bien de forma, sin descanso y viniendo de rodar con la bici, mejoré mi tiempo de este año. En los cruces buscaba a Stani, para ver por donde iba, no lo ví, pensé que iría delante, el otro día entrenando me dio un aviso de que mi reinado a pie está cerca de finalizar… Me crucé con Pablo pero no vi a Pilar, así que no se por donde iría.
El sábado hicimos ochenta kilómetros. Tuvimos la agradable visita de José Carlos, así que fuimos tres Siyaseros los que formamos grupeta. Sin ponernos de acuerdo todos íbamos del club y ya no parecíamos unos globeros… José Carlos llevaba una burrica mu apañá, pero me parece que hay más máquina que tío… (Es broma). La mañana transcurrió metiéndonos unos con otros. Los dos casados hablamos de nuestras cosas, que si tenemos que ayudar en casa, limpiar. Comenté que mi especialidad es la plancha y tuvimos una acalorada discusión sobre si era correcto hacerles la raya a las mangas o nó… Stani se aburrió como un cebollo y no hacía más que quejarse… Está el chico muy subido, cuando se case, su Mariló se transformará en un “domadora” como al final acaban todas. Entonces seguro que tiene más “cosas que hablar con nosotros”. La salida fue muy divertida, en dirección a Librilla. Cuando llegamos a casa de Jose Carlos, su encantadora esposa nos inmortalizó para la posteridad.
El martes nadé dos mil cien metros. Por la tarde quedamos en la pista para hacer el test de Cooper. Hacía un viento de un par de narices, así que desistimos de la prueba. Para quitarnos el gipo y la mala conciencia hicimos un rodaje por el anillo de circunvalación de la UMU. Dos mil ochocientos cincuenta metros, con una subida importante. Cuatro vueltas. Las dos primeras a un fuerte ritmo juntos y en la tercera cuando comenzaba la subida el mariconcete del Stani me apretó tanto que me descolgó. Unos doscientos metros me sacó el jodío y no pude darle caza. La cuarta la hicimos juntitos, ya de relajo. El Stani está fuerte y pronto me pasará por la piedra también en la carrera a pie, pero eso momento aún no ha llegado…
El miércoles tenía que descansar absolutamente pero como soy un “legías” me fui a nadar dos mil metros. Me preocupa la natación y no quiero ser yo el motivo de que no consiga terminar en Roth.
El jueves no nadé pues tenía que rodar hora y media y como tenía que dar clase por la tarde tenía que hacerlo al medio día. No iba a tener tiempo de recuperarme así que preferí no forzar demasiado la máquina. Al salir del trabajo me fui a la pisicina y me cambié. Hice la ruta de los castillos. Murcia, Monteagudo, castillo de Larache y el otro que ahora mismo no recuerdo como se llama. Llegué a Cabezo de Torres y vuelta. Unos diecinueve kilómetros para hora y media. Algo de viento pero un sol magnífico que hacía que aún tuvieras más ganas de correr.
El viernes fui de nuevo a la piscina a hacer la rutina del plan. Salieron con los diferentes ejercicios unos tres mil doscientos metros en algo menos de hora y media…
El sábado y el domingo ya hemos dicho que hicimos, así que la semana ha sido gratificante pues los test nos dicen que el trabajo está dando resultados.
¡Hasta la próxima, querido diario!

martes, marzo 20, 2007

¡Ya hemos alquilado el coche!. ¡Ya tengo una maleta!
El martes amaneció como siempre, después de que anocheciera el lunes. Es lo malo y a la vez lo bueno de esto de preparar una prueba como esta. Al principio todo es nuevo, todo es diferente, más tarde se vuelve monótono como los amores mal queridos, no los dejas pero tampoco te llenan el alma.
Ahora martes y jueves he subido el volumen del entrenamiento de natación, lo de entrenamiento es por ponerle un nombre que suene a algo positivo. Más bien es el tirarme al algua y contar una pared, dos paredes, tres paredes, así hasta que llego a ochenta paredes, total dos mil metros seguros y 2.300 probables pues mi imaginación me juega terribles pasadas. Sueño con llegar a la meta de Roth y hacer un tiempo estratosférico o llegar y tener fuerzas para irme a tomar cervezas… Este segundo pensamiento es quizás el que más me motiva. Sabré si he ido suficientemente preparado si cuando finalice me quedan fuerzas, que ganas seguro que sí, para irme a beber cervezas con mis amigos y a cenar como un señor… Entre sueño y sueño pierdo la cuenta y de nuevo a elucubrar por donde iba… Creo que eran veinticinco paretas, bueno para que no haya dudas diré que veintitrés y seguiremos desde ahí… Cuando salgo del agua entre la falta de concentración y demás me he bebido 1500 litros de agua y he tirado los azulejos azules que delimitan donde poner los pies en la salida de espaldas en la pared, de tanto darle con la calva. Los lunes, miércoles y viernes hago toda la rutina que puedo de la que me pone el plan, pero es que necesitaría toda la mañana para terminarla y normalmente cuando voy por los 2.700 mts. me tengo que ir a trabajar.
Tengo otro hermano, distinto del Capitán Bajoca… Este va a nadar por las mañanas a la misma piscina que yo. Cuando coincidimos en algún sitio me pregunta… ¿te has fijado en la rubia del bañador rosa… y la chica del bikini negro…?. ¡Qué desastre, ni para eso me dan las fuerzas en el agua!. Mi devenir en la piscina es una vida triste de un triste escribiente… ¡Ni me fijo en ná, ni ná me llama la atención!. Sólo el llegar a ochenta paretas me reconforta y me devuelve la alegría de vivir…
El martes tocaban cuatro series de tres mil. Stani, el Capitán Bajoca y yo nos dispusimos a comenzar a hacerlas. Tiré la primera y la segunda y las clavamos en 12:30. La tercera, por aquello del destino, se me puso un poco cuesta arriba y en los últimos mil doscientos metros tiró “El Bajoca”. Los del lugar, tenemos una peña de “mirones” importante en la pista, dicen que llevaba la cara trasmutada. La poca confianza de mi hermano hizo que supusiera que no iba a poder recuperar los cinco segundos que llevaba de pérdida en los metros que me quedaban. Al final salió un par de segundos más rápida… La cuarta la clavé hasta que faltaba un ochocientos. En el último doscientos anterior, lo cronometro cada doscientos metros, había perdido un mísero segundo. Al hacerme notar “la pérdida” Stani, le contesto que “ya daba igual para lo que faltaba” y “El Bajoca” creyendo que era la última vuelta, faltaban dos, se pegón un sprint que lo dejó sin fuerzas ni para arrancar el coche. Fue muy divertido cuando seguimos corriendo y el se quedó parado y tuvo que volver a arrancar. Entendió mal mi comentario de que “ya daba igual”. Yo me refería a que siendo la última serie y lo que quedaba pues que lo recuperaríamos en el sprint final y el entendió que ya llegábamos a meta… Total que acabamos en 12:19 y muertos de risa, cuando pudimos dar el habla…
El miércoles tuve que arreglar la valla de la casa que el viento había tirado el otro día y salí tarde a correr. Una hora por Los Cuadros. Hacía un tiempo fantástico para trotar. Noté el cansancio, las piernas no respondían como habitualmente. No me había recuperado tan fácilmente como semanas atrás lo hacía. El jueves dos horas también por Los Cuadros. No vi a nadie por aquellos lares. Se hace un poco duro el correr cuando vas cansado. La semana anterior no descansé el viernes, lo hice el jueves y tantos días seguidos dándole caña al cuerpo se nota. Si no fuera un obseso… del entrenamiento, que de lo demás me estoy quitando… debería haber descansado. Gracias a dios la tarde del viernes fue de “libertad”, vigilada, pero de libertad. Creí que mi santa se arrancaría y me llevaría de cena y tal pero no fue así… “La China”, está haciendo mucho daño al “microclima” de la casa y no está la fiesta para muchas alegrías… Bajé a Murcia a dejar las túnicas del Domingo de Resurrección a mis compañeros de paso… Este año mis zagalicos saldrán en “primera división” y no pueden estar en todos los frentes, hay que reservarse para las grandes ocasiones…
El sábado “sólo” tenía que hacer setenta y cinco minutos de carrera a pie. Cuando el entrenamiento no es de más de dos horas ya me parece que pone “descanso” en el plan. Estoy perdiendo la capacidad de relativizar las cosas… Ya digo: “Dieciesiete kilómetros igual a descanso”. Los Cuadros estaban más animados que de costumbre. El clima favorece la aparición de ciclistas de ocasión y beteteros que sólo hacen seis meses del año su deporte preferido… Tras lidiar con ciclistas y perricos sin dueño cercano, porque dueño tienen los jodíos, pero están bien lejos de sus chuchos regresé a casa.
El domingo teníamos otra “muesca” para el revolver. Ciento ochenta kilómetros que me asustaban, ya no porque físicamente fuera un problema, que también, sino porque psicológicamente, cada vez me doy más cuenta, que es la verdadera dificultad. Por darle un aliciente a la etapa la diseñé de la siguiente manera. Iríamos directos a Elche. De esta manera sabríamos cuanta distancia hay exacta y cuanto tiempo aproximadamente podríamos ocupar para el próximo domingo. Este día iremos a Elx en bici, la dejaré en el coche de mi hermano y luego correremos la media maratón ilicitana. De allí iríamos a Arenales del Sol. De ese “barrio” sale el doble olímpico de Elche. Inspeccionaríamos el recorrido y veríamos la playa. A la vuelta volveríamos por el camino más largo, por Dolores, San Fulgencio, Algorfa, etc… Si nos faltara algún kilómetro lo haríamos por las cercanías de casa, calculé que seguramente serían unos quince.
A las ocho Stani, Román y yo, el trío de “alemanes” saldríamos en dirección Alicante por Orihuela. Puntuales como británicos partimos, encontrándonos en primer lugar con la subida al túnel de Orihuela. En el Román nos dejó subiendo y le reprochamos, en broma, claro, su actitud. Le dijimos: ¡Guarda las fuerzas para luego, chavalote!. Aquello fue premonitorio. El viento nos ayudaba grandemente pues se había quedado durmiendo esa mañana. Tiré prácticamente hasta Elche con un ritmo bastante por encima de los 32 kilómetros hora. Stani de vez en cuando se acercaba para decirme que si es que hoy era fiesta, que me relajara… Sabiendo que a la vuelta pudiera levantarse el vendaval que anunciaba la tele, les decía que todo lo que lleváramos era algo que después no había que hacer. El Crevillente nos encontramos con Jesús Carrillo, nuestro jefe de filas del C.C. Siyasa. Departimos unos pocos minutos con él sobre la carrera que iba a disputar y sobre nuestra intención de hacer ciento ochenta kilómetros sin llorar ni pedir ayuda a nuestras mujeres… Seguimos nuestra ruta. Al llegar a Elche, Román tomó el mando de las operaciones pues él estudia allí y nos indicó como llegar a la salida de la carrera en bici. De allí nos condujo a Arenales del Sol. ¡Qué playa más bonica!. ¡La mar como un plato!. Tras intentar llamar a un notario que tomara fe del tiempo que tardábamos en nadar 3000 mts. allí, seguro que el día de la prueba el mar no está tan bueno como el domingo y no conseguir que ninguno se aviniera a hacerlo a un precio módico comenzamos el regreso. Stani quiso probarse y el viento se levantó ligeramente entonces. Román sufría como un perro y al llegar a Elche decide coger la directa para casa pues iba muy justo y aún faltaba mucho por recorrer. Con la moral decaía por la pérdida de un compañero continuamos hacia Dolores. En un momento dado la Guardia Civil nos para… ¡No será por exceso de velocidad…!. Una carrera ciclista, de ciclistas de verdad, se aproximaba al pueblo. El guripa no se fía de nosotros y se quedó en la moto mirándonos hasta que nos bajamos de las bicis y sacamos “la merienda”, le pregunté: ¿Usted cree que esos ciclistas andan más que nosotros, señor agente?. Me miró con cara de poker y una vez convencido de que con la tripa llena no saldríamos a ningún sitio salío a buscar a otro a quien parar. De allí en adelante se nos pegaron dos “señores” de edad avanzada e indefinida que con un sobrepeso evidente no había forma de dejar de rueda, no porque nos faltaran fuerzas, sino porque aún nos quedaban setenta u ochenta kilómetros por recorrer y no era plan de tirarlas para quitarnos a esos dos “chupasangres”. Así que con una dignidad de auténticos reyes nos hicimos a un lado gritando para que lo oyesen claramente…. ¡Nos paramos a mear, nos paramos a mear!. Evidentemente en el siguiente pueblo ellos se daban la vuelta para no ser cazados, de nuevo, por nosotros. En la recta final de la etapa Stani tuvo que coger los mandos de las operaciones, pues yo aunque no iba pinchado, empezaba a notar los esfuerzos del día y no quería quedarme sin fuerzas para subir la jodía cuesta de tres kilómetros setecientos metros que hay para llegar a mi puñetera casa… En Zeneta tuvimos la conciencia que si tomábamos directos a casa nos faltarían quince kilómetros para cumplir las órdenes de nuestro señor entrenador. Paramos en la gasolinera, compramos agua y a Stani le dio un pequeño mareo. Como es de hierro y encima de Monteagudo no le dió la menor importancia y enseguida seguimos. Los siete kilómetros y medio más pestosos de mi vida. ¡Sí mi casica está ahí al lado!, ¿porqué nos alejamos?... Llorando volvimos sobre nuestros pasos y de nuevo “¡pa la casa!.
El problema de la etapa de 180 km. no son los kilómetros en sí, que también, no somos ningunos superhombres… El problema es psicológico, que pechá a aburrirse y eso que el viento nos respetó… Me dolían las piernas, pero más me dolían las muñecas de ir agarrado al manillar de mi bici. Ensoñiscado por el cansancio recordaba que las veces que más me dolían éstas eran cuando mi “maestro de los Maristas” en un alarde pedagógico jamás conocido nos castigaba haciéndonos escribir seis mil veces: ¡Cómo somos tontos de nacimiento, don Antonio nos ha puesto en funcionamiento!. Cada vez que lo recuerdo me doy cuenta que aún me siguen doliendo las muñecas de tanto escribir y más si son sandeces… Lo mejor fue la llegada a casa. “Una mano de quintos” me hizo olvidar tanta tontería y tanto padecimiento y mientras los disfrutaba pensaba… ¿Y si ahora tuviera que correr un maratón, lo haría?. Pero esta es una cuestión que ahora no toca contestar…
El lunes me fui a nadar. Día de San José, día del padre… La piscina para mi desgracia estaba abierta. ¡Qué bien se hubiera quedado mi conciencia si hubiera estado cerrada!. Me habría quedado en casa durmiendo… Como no tenía que ir a trabajar hice la rutina entera. Tres mil setecientos metros para cerca de dos horas… ¡Qué mal, por dios!. En el agua sólo estaba yo y junto a la pileta estaba la Srta. Rothenmeller que me vigilaba. No se si para salvarme la vida en caso necesario o si para ahogarme si llegara el momento. Pensaba yo… “¡Si no se puede ir hasta las tres!. ¿Porqué me mira con cara de tan mala leche?. Al final como todo en esta vida, acabé y ella sonrió. No se si por el alivio de que no hubiera tenido que hacerme el “boca a boca” o porque cuando salí se estaba tomando una caña y una tapa en el bar de las instalaciones y… ¡ya le apetecía, ya!…
Hoy martes ya he realizado la natación. Dos mil metros como todos los martes y jueves. Ahora iré a la pista a hacer un test de Cooper. Miraré cuanto corrí en el test anterior y haré unas decenas de metros más, no muchos, más que nada por no defraudar a mi entrenador, pero pocos, que después me pone las series muy rápidas y uno está muy mayor para caer en esas trampas…
Por el día del padre mis nenicos me han regaldo una maleta… Dicen que es para que pueda llevar todas las cosas a Roth, pero “pá mí” que tiene que haber un mensaje subliminal… La maleta es demasiado grande… En ella entran todas las cosas que tenga que llevar a Alemania más todas las cosas que son de mi propiedad, libros y muebles incluidos… ¿Querrán avisarme de algo?...
Hoy he comenzado una “pastoral” o como también le llamo “impartir doctrina”. El curso me va a quitar mucho tiempo para entrenar, veremos como me apaño. Por lo menos los alumnos de este grupo parecen que tienen ganas de aprender algo, eso lo hace más llevadero, pero los que no tenemos vocación de enseñantes, no la tenemos…
P.D.: Los alemanes han cumplido ya tenemos en nuestro poder las piezas que encargamos allí, creemos que en esta semana también llegará la parte “china” de nuestras monturas… Mientras hemos matriculado a las piezas que han llegado en la Escuela de Idiomas, más que nada para que no haya problemas de “adaptación” como le pasa a los futbolistas…

lunes, marzo 12, 2007

¿Y qué te cuento esta semana?.
Hay días en los que no pasa nada y tras esos días sigue sin pasar otra vez nada y más de nada… Finalmente resulta que te has pasado los siete días durmiendo…o dormido.
Cosas que han acontecido: Mucho viento el miércoles y el jueves. El cumpleaños de mi santa el jueves, probé de nuevo el neopreno Ironman el jueves. El martes hice series. El domingo subí el puerto del Hondón de los Frailes por Albatera. El sábado corrí con mi amigo Antonio Correyero. ¡Pues si que han pasado cosas!.
El jueves sólo pude nadar. Hice dos mil metros con el neopreno Ironman. Quería confirmar que me estaba estrecho, pero no, parece que ahora me está algo mejor, ya no me oprime tanto en los hombros y en los cuadriceps. De nuevo un dilema. ¿Cuál utilizo, éste o el Aquaman?. Esta semana me embutiré en el Aquaman y veré que tal. El francés me está más cómodo, es más suave y manejable pero creo que me está ligeramente grande. Si el agua está muy fría en Alemania podría ser un problema. Dejaré las pruebas definitivas para cuando sea capaz de tirarme a mi piscina y tener el valor de saber si entra mucha o poca. Creí que la Srta. Rothenmeller, la socorrista que me mira y me desintegra no me iba a dejar meterme con él como otras veces. El día anterior me había quitado las palas porque podría golpear al hombre invisible que estaba entrenando en ese momento en mi calle. ¡Cómo no lleva boya de señalización, no me había percatado del problema!. Le juré que en cuanto entrara alguien en la calle (aparte del hombre invisible, que muy amablemente había dado su consentimiento para que las pudiera usar) me las quitaba, pero ella inflexible en el cumplimiento de la norma me amenazó con llamar a seguridad para que me desalojaran y me abrieran el enésimo expediente disciplinario… Tras el currelo, que como penitencia me puso dios para reparar mis culpas, mi santa organizó una comida familiar y así celebrar su veintidós cumpleaños. Esta zagalica está cada día más guapa y más joven, de hecho nos casamos hace 23 años, luego ella entonces tenía menos uno. ¡Con razón en ninguna foto de la boda aparece ella y sí su madre!. ¡Con lo importante que fue el día de mi boda y no recordar que me casé por poderes!.
No duermo mucho, soy tan mala persona que mi conciencia no me deja hacerlo. En la madrugá del viernes al sábado, a las cinco más concretamente, dan un programa en la radio que se llama “SER curiosos”. En el apareció un médico, presidente de una organización de galenos catalanes, creo que especialistas en medicina deportiva, que venía a alertar de la nueva moda de los multideportes. Decía, aproximadamente tampoco puedo ser literal, que antes el objetivo del deportista popular era participar en el Maratón de Nueva Cork. Hoy, nos explicaba el doctor, al personal le ha dado por participar en Kona en el Ironman. Nos decía que había que tener una cultura deportiva importante, un bagaje físico y sobre todo llevar un seguimiento médico profesional. Mi padre, que también debe de ser un alma en pena como la mía, lo escuchó y como sabe que a las siete me levanto los sábados para preparar la salida en bici y el rodaje, a las siete y cuarto me estaba llamando para advertirme de lo malo que es “lo que estaba haciendo”. Tras intentar calmarlo con dos o tres argumentos más o menos creíbles reflexioné sobre el folloncico que dan médicos, familiares, amigos y vecinos, sobre lo mal que estamos de la chola…
Ese mismo sábado tiré hacia Hurchillo, como todos los sábados, para hacer los cincuenta kilómetros en bicicleta. A la vuelta, como todos los sábados nuevamente, el viento castigaba mi picara cara de pillo. El porculico del viento cambió mi juvenil rictus por una carica, mu bonica eso sí, de mala leche de tres pares de narices. Al llegar rápida transición, unos cinco minutos, mientras que daba un besico a mi nenica, apartaba a los perros, me cambiaba de zapatillas, guardaba la bici para que “Garban” no me la meara, etc. y a correr durante setenta y cinco minutos. Por Coto Cuadros me encontré con mi amigo Antonio Correyero. Me sigue asiduamente y me comentó sobre la segunda parte del maratón de Valencia que me salió ocho minutos más rápido que la primera, estaba muy informado de todo lo que me acontece… El caso es que entre que él me preguntaba mis planes y me contaba los suyos, va a realizar todo el calendario de carreras de orientación y seguramente volverá a probarse en Vitoria con el maratón, pues en San Sebastián pinchó como un cochino, nos dimos un garbeo de órdago y lo que tenía que ser setenta y cinco minutos se fueron a casi noventa…
Como el jueves me fui de comida, ¡vale!, también me tomé un “Belmonte” y un cubatica y algo más que no me acuerdo, es que, como he dicho, era el cumple de mi santa… Después no hubo cojones para correrllas dos horas que tenía en el plan. Me adelante el descanso del viernes y éste me hice las dos horas. Así que el fin de semana fue duro. Viernes dos horas de rodaje, sábado 50 km. de bici y 90 minutos de rodaje y el domingo, ¡el domingo fue la leche!.
Lo cierto es que Stani y yo somos unos tristes. Si salimos para oriente el pelotón ciclista murciano ha elegido la misma ruta que nosotros, pero en sentido contrario y al revés si decidimos ir a occidente. Nunca encontramos a ningún grupo que nos anime y nos ayude a sobrellevar los interminables rodajes en bicicleta. Eso volvió a pasar ayer.
Stani no conocía la subida al Hondón de Los Frailes, que es la que se hace en el tri de Elche. Como teníamos que hacer 120 km. con puertos decidimos irnos hacia allí y luego hacernos toda la sierra de Macisvenda y cercanías de Abanilla. Nos cruzamos a cientos de grupos en sentido contrario y ninguno a favor de nuestro recorrido. En nuestro haber debemos apuntar que ese puerto por la vertiente que nosotros hicimos es infinitamente más duro que por la contraria, aunque también hay que decir que la sierra de Macisvenda es más suave por donde nosotros la pasamos que por donde subían nuestros colegas. El viento siguió dando guerra pero nos pudimos sobreponer. La subida al “Albaterolo” muy bien. Hace unos ocho meses lo tuve que subir al final andando y esta vez he subido como un campeón. Stani sólo me sacó un minuto aproximadamente y se me escapó ya casi en el final del puerto. El tío bruto cuando llegamos arriba me soltó: “¡Pues tampoco es para tanto!. ¡Insultante juventud!, ¡Será sobrao el tío!. Pues muy bien ambos. Lo malo es que las piernas se tuestan un poquico y luego hay que correr, si tuviéramos ocasión igual volvemos otro día.
El martes estuve en la pista de atletismo. Uno de los compromisos con mi entrenador para preparar el IM fue que por mi parte me cuidaría, comida y bebida, en Navidad, fechas donde me paso tres pueblos y seguiría haciéndolo por Semana Santa, fechas donde me paso diecisiete pueblos más. Por supuesto, cumpliría los diez mandamientos de la santa madre iglesia, porque en pecado no se puede hacer ninguna de estas locuras, más que nada por si existiera el paraíso terrenal y me quedara sin él por llevar una vida desordenada y pecaminosa… Por mi parte sólo puse una condición, no hacer series, me ponen de muy mal humor, que de por sí ya es mi estado natural, es decir, el estar enfadado. Las series sacan de mí mucha mala leche y me generan mucho estrés. Como no podía ser de otra manera, he cumplido con mi parte del trato, pero mi entrenador me ha engañado como a un chino, recordadme que luego hable de la “china”. El martes cuatro tres miles a 12:40, era la tarea propuesta. Stani me dijo de hacerlas en compañía, el uno del otro, acepté la invitación. Allí que nos presentamos y me comenta que tenía que hacerlas a 12:30. Perfecto, le contesto, tú tiras, pues yo sólo las tengo que hacer a 12:40. Mi amigo, estupefacto me suelta. “¡Me sacas media hora en la maratón, diez minutos en la media y yo tengo que hacerlas más rápidas qué tú!. Le comenté que la experiencia es la madre de la ciencia. Estoy mu mayor para que me machaquen y cuando tengo que hacer los test me reservo un poquico para que no me saquen la hiel en las series. El pipiolo de Stani, se empleó a fondo y como premio le cascaron el kilómetro a 4:10. Se me puso a llorar como un “angelico”, me apiadé de él y acepté ser el que tirara y pasar a 50 el doscientos. Este chiquillo, como es de Monteagudo, si no está siempre delante, lo que en la bici me viene de perlas, no está tranquilo, total que se ponía a mí vera, me parecía que íbamos lentos, yo lo dudaba porque para esos ritmos soy un reloj, pero me ponía y apretaba un poco más. Al final el primer tres mil nos lo ventilamos en 12:25. Cuando estuvo en condiciones de recibir la reprimenda pertinente le espete: “¡Coño, ponte detrás y no jodas más la marrana!. Insisto, es de la huerta y estos tíos además de noblotes son de una cabezonería… La segunda, otra vez más de lo mismo, a mi lado y apretándome, al final 12:20. Esta vez las voces las escucharon en la Facultad de Medicina. A la tercera fue la vencida, se puso el nenico detrás y ya todo fue como tenía que ir, como un reloj. 12:30 y 12:30. Un azucarillo pal chiquillo, un par de caricias en el lomo y a la ducha. Luego bajamos al… no digo el sitio que mi santa lo lee todo y luego dice que soy un hombre de vida libertina…. ¡Qué no, qué es un bar normal…!. Allí Stani pagó una deuda contraída en el mes de septiembre y que se estaba apergaminando como mi piel.
El miércoles fue el primer día de viento. En la Mota del Río quedé con el Capitán Bajoca. Eolo no pudo con nosotros. Salimos como jabatos a luchar contra el crono, el viento y las pocas ganas que teníamos de correr. Como lo que tiene que pasar es siempre irremediable, cuando más lejos estábamos del punto de salida comenzó a llover con una fuerza tal que las gotas de agua me hacía daño como piedras en la calva. El viento nos lanzaba la arenilla de la mota y nos lisiaba las piernas. Fue épico. Terminamos como pudimos.
Solo contar que martes, miércoles, jueves y viernes, por la mañana, como siempre, he ido a nadar. Lo de todas las semanas, ya expliqué que este mes me han cambiado los ejercicios. También hice el test de mil metros, pero me han recomendado que no lo ponga aquí porque sino se va a descojonar media España de mi. ¿Para que nado tanto, si me aprovecha tan poco?.
Cuando escriba esta líneas supongo que ya tendremos las piezas de la bici de Alemania y ya sabemos que por TNT viene “la china”. Recemos, el que crea y sepa, para que llege todo en condiciones y en tiempo…
Hoy ha estado la cosa un poco caótica, con poco orden y ningún concierto, pero es que esta semana no ha pasado nada de nada.
¡Hasta la semana que viene, querido diario!

lunes, marzo 05, 2007

¡Si es que soy un ceporrín!.
Tanto nadar no me está sentando bien, por lo menos no le está sentando bien a mi cabezota. El nadar es, para mí, tan aburrido que pongo a la perola a cavilar hasta que el agua hierve a mi alrededor.
Debo de confesar que durante los meses que han transcurrido he pecado, pecado mortal se entiende, dos veces. Ambas ha sido en el mismo mandamiento: “Obedecerás ciegamente a tu entrenador…”. Esta dupla de pecados se ha producido por no realizar dos test que me había ordenado. El primero fue de bicicleta. En mi descargo decir que el sábado que me lo ordenó hacer me era imposible, pero imposible de imposible. Mi santa tenía programada otra actividad y ante esa cuestión, no había ni siquiera opción a plantear otra cosa y no porque mi “santica” no hubiera cambiado los planes de buen grado sino porque yo soy su fiel escudero cuando necesita ayuda “pá la guerra” y el más humilde de sus esclavos cuando lo que se ventila es ayuda “pá la casa”. Mi nenica leerá este párrafo y o bien le dará por reírse o bien le dará por llorar, porque seguro que ella no lo ve así, pero una cosa es como al final salga y otra muy distinta el propósito que hago todos los días al levantarme de “intentar hacerle la vida un poco más fácil”. Como siempre, como soy un débil de espíritu, nunca llego a llevar a puerto tan excelentes propósitos. Al sonar el despertador siempre me digo: Propósito del día, hacer algo más feliz a mi santica, pero… ¡De verdad que lo intento…! Cómo iba diciendo, dejé el test para más adelante y al día de hoy aún no lo he hecho. Como excusa diría que también tengo los tres pulsómetros que hay en casa estropeados. Hace ya bastantes semanas me llegó un correo en el que se me pedía que hiciera un test de natación. ¡Uffffff!, eso es aún peor… Cuando uno nada, corre, monta en bici por sensaciones, éstas están íntimamente unidas a tu estado de ánimo. Así es mejor no hacer test y autoengañarnos haciéndonos creer que estamos mejor de lo que realmente darían los resultados. Intentando que se olvidara el tema del test, dejé correr un tupido velo por el tema y no volví a “meneallo”. Unos pocos días atrás llegó un nuevo mail. El contenido del mismo no era otro que el que esperaba hacía algún tiempo. En él, de forma muy sutil, me venía a decir textualmente: ¡Acho, o haces el test o la próxima vez que te vea te meto un “meque” que te enteras, “descastao”, “trompa alcuza”, “cara huevo”!. Ante esta sugerencia con tanto tacto expresada no tuve más remedio, dejando pasar unos días, “pa que no se crea que yo me doblego ante cualquier amenaza”, que hacer el test. Tras treinta minutos de nado, alcanzé la paupérrima cifra de 1.300 mts. de nado. Inmediatamente le puse el mío en su “ordenata”: ¡Querido amo!. Al día de la fecha he hecho, libremente y sin presiones un test para darme el gusto de saber cuanto recorrido era capaz de hacer en treinta minutos de nado continuo. El resultado ha sido la escandalosa cifra de mil trescientos metros. Ruegote no se dibuje ni una leve sonrisa en tus labios al comprobar la triste mejora de tu pupilo y mucho menos se te escape una sonora carcajada al intuir que pudiera morir ahogado en Roth.
Tuyo, que lo es….
Garbanzito.
No había despegado aún mis suaves dedos de las pulidas teclas de mi ordenador cuando recibo la siguiente misiva. ¡Pedazo cenutrio!, ¿quién te ha dicho a ti que hicieras un test de treinta minutos?. Mis deseos eran que hicieras un test de mil metros. Así que de manera inmediata ponte a nadar y dime cuanto tiempo tardas en hacerlo….
No soy nada tuyo, pero si tu amo…
Tu entrenador.
Atribulado, sobre todo por su fría despedida, ¿quizás ya no me quiere?, ¿habrá encontrado otro triatleta de más proyección?. En definitiva aturdido por no saber en que lugar de su harén me encuentro, plegué mis orejas y me he dispuesto a realizar el test dios mediate mañana.
Esta anécdota me ha servido para poder evaluar mi evolución en el “arte del nadar”. Mi primer test, allá por finales de Agosto arrojó la excelsa cifra de 950 mts. Mi postura frente al agua, nunca mejor expresada “frente” al agua era descrita con el siguiente comentario:
Cerrar los ojos y abstraerse por unos instantes. Visualizar a Jesucristo en el lago Tiberiades andando sobre las aguas. Las plantas de sus pies rozaban levemente la superficie del agua y él está de pie, perpendicular sobre el lago. Hacer un leve clic con los dedos y ahora visualizarme a mí. Garbanzito nadando en la piscina. Igual, perpendicular sobre el agua, pero en vez de la superficie de la misma rozar suaventente mis plantas de los pies, el agua se encuentra al nivel de mi nariz recordando la boya de veleta del pescador que perpendicularmente se hunde hasta que cambia el color corcho natural por el rojo de la parte más redondica de la misma. Total que avanzaba frontalmente contra el agua, como si fuese andando, pero en vez de mover los codos como si estuviera corriendo, braceaba en un intento de que pareciera que estaba nadando.
Hoy por hoy he mejorado sustancialmente, no en cuanto a eficacia en el nado pero si en cuanto a potencia. Mi postura es igual a la hipotenusa de un triángulo rectángulo, como si estuviese subiendo una escalera, por lo menos ya no voy perpendicular al fondo. De todas formas como el ser humano no puede ser críticamente objetivo consigo mismo decir que, me quedó la sensación al final de no haberme esforzado demasiado….
Esta semana he tenido una nueva experiencia. Mi club me ha entregado la ropa. Eso de decir “la ropa” es eufemístico, pues la ropa son dos prendas, el club es “probetico”. Me entregaron el mono y un maillot de manga larga. Son bonicos, aunque mi santa dice que el mono se trasparenta y se me nota la “hucha” del culico, valga una cosa por la otra, el culico, hoy por hoy lo tengo precioso, sin tejido adiposo ni ná.
Mi santa quería que me quedara con la talla “S” y como ella siempre tiene razón, con esa es con la que me he quedado. Me ha alegrado mucho que mi “cuerpo” pueda ser “envolvido” por un mono tan pequeño, de la misma talla en el que se embuten los más excelsos cuerpos de nuestro circuito triatlético. Ya soy un hombre diez. No quiero “levantar falsas expectativas” pero el mono se queda pegado a mi “atlético” cuerpo en el que sólo hay músculos, si pudiéramos obviar un pequeño detalle. Lo cierto es que estoy cañón. Solamente hay una pequeña lorza, bueno no tan pequeña, de entre kilo y kilo y medio de grasa que se localiza justo donde comienza el ombligo y finaliza donde debería afeitarme si fuera un hombre moderno….Me han contado que esa es la moda, depilarse las zonas bajicas del cuerpo, con lo cual, debido a mi altura he tenido que empezar por afeitarme la cabeza… Esta lorza afea enormemente mi estampa atlética pero ya he encontrado la solución. Me pondré el dorsal a esa altura con lo cual, como en los vestidos de las embarazadas, llevaré lo que se denomina “el disimulo”, seguro que así se notará menos.
El llevar el mono puesto me hizo que tras cincuenta kilómetros en bici hiciera una transición y recorriera en dos minutos menos un circuito que normalmente hago en una hora y quince. Sin duda funcionó “el efecto placebo”.
Por otra parte tenemos noticias de la parte “alemana” de “la china”. Los Teutones han contestado y nos han enviado respuesta, en un par de días lo recibiremos, el grupo, el sillín y diversos artilugios que no acierto a identificar en mi bici, pero que según dice Pepe, que si sabe, son necesarios para que el vehículo funcione. El grupo por ejemplo está en Alemania 220 euros más barato que aquí y los gastos de envío sólo son de 12 euros.
Después de contarte, querido diario todas mis cuitas, paso a relatarte como ha ido el entreno de esta semana.
El martes, como siempre al alborear, me hice mil quinientos metros en la piscina en unos cuarenta minutos. Los martes y jueves los utilizo para hacer la técnica que los lunes, miércoles y viernes no me da tiempo a practicar. Esta semana además probaré el neopreno que me ha dejado Gema y así ver como me va. Por la tarde me fui a la Mota del Rio a hacer 75 minutos de farlek 3`/3` más quince minutos de rodaje. El río está ahora muy concurrido. Los días se alargan y diversas “especies de andarines y corredores” aparecen como las flores del campo. Personas, como yo que no soy ningún crío, maduras que andan hasta Guadalupe, corredoras/es de ocasión que intentan en tres días eliminar esa grasita que les sobra de sus aún agraciados cuerpos y varias decenas más de personajes no catalogados… Muy bien, como casi siempre me acompañó mi hermano durante la hora final. Charlamos y nos animamos mutuamente, hace más ameno el entreno. Apareció por allí mi cuñado Federico, él quería compartir con nosotros un ratico de carrera, pero fue imposible, en el primer cambio de ritmo no pudo responder y el martes no era día de perder ese entreno. Lo cierto es que en contra de lo que se dice por ahí, a mí personalmente, el correr la maratón me ha dado mucha confianza y también un punto más de chispa. También es cierto que no he hecho ni un solo entreno específico para ella y la carrera fue un entrenamiento más dentro de la preparación. Aún así y todo mejoré el tiempo del año pasado, cosa que no era difícil. Por otra parte hice un último diez mil muy bueno que creo que fue positivo para mi preparación, al menos psicológicamente.
El miércoles, de nuevo por la mañana, dos mil trescientos metros en una hora quince minutos, diferentes series de cuatrocientos, cien, doscientos, etc. No es gran cosa, pero para mí es muy importante… Por la tarde una hora de rodaje. Extrañamente fui jodido. No me recuperé bien del tute del farlek. Me costó correr, pero los días malos también cuentan…
El jueves hice el test de natación por la mañana. Ya he contado, no es mucho. Creo que debo intentar exprimirme más en los test, intuyo que podría hacerlo mejor. Por la tarde veinte kilómetros por Coto Cuadros. Esta vez ya estaba recuperado, creo que llevaba el ritmo adecuado y asimilé muy bien el entreno. Hacerlo a “solanas” penaliza un poco el tiempo realizado y sobre todo lo hace más difícil para las entendederas.
El viernes comencé con mi nuevo plan de natación. En principio no iba a hacerle caso, pero como soy un legionario no quería dejar de hacer nada, por no sentirme culpable más que por verdadero convencimiento… Son otros ejercicios y hago lo que puedo. Suman más de 3400 mts. pero en una hora diez, hora quince no me da tiempo a hacerlo todo. Así que paré cuando llevaba unos 2500 mts.
El sábado bici más rodaje. Muy bien. Estrené mi mono de triatlón de la talla “S” y el efecto fue demoledor. Una bici muy buena, cincuenta kilómetros y una mejor carrera a pie. La bici hasta Hurchillo, una pedanía de Orihuela y vuelta. El rodaje por Los Cuadros un lugar excelente para este tipo de ejercicios.
El domingo teníamos que hacer 120 km. con series en B2 y B3. Lo cierto es que estaba un poco quemado con la bici. La inestimable presencia de Stani hace que se haga más llevadera, pero llega un momento en que nos lo hemos contado todo y la “cosa” se hace algo monótona. La peña ciclista tenía una etapa muy bonica que consistía en subir a Sierra Espuña. De paso se habían retado todos contra todos, al más puro estilo de los ciclistas y se esperaba una buena etapa. Un solo comentario en este sentido por mi parte y el bueno de Stani aceptó encantado el ir hacia la sierra. El pobretico está hasta las narices de que siempre le lleve por las llanuras. La etapa fue muy divertida y a la vuelta hicimos nuestras series. Ni que decir tiene que Stani se codeó con los mejores en los tres altos de montaña que se disputaron y yo no desentoné, pues no tan delante, pero también entré entre los primeros. Los de la peña se asombraron de mi mejoría y sobre todo del poderío de mi compañero. A la vuelta en las series les dimos “sopas con ondas” y los dejamos acojonados. Personalmente me ha llenado de vida este domingo, no iba a la bici con demasiado entusiasmo últimamente.
Esta mañana ya he hecho la natación, como no podía ser de otra manera. Con el nuevo entreno los ejercicios han cambiado. Me ha hecho gracia. Hoy tenía que nadar diez metros quitarme las gafas y volvérmelas a poner, así en series de cien, dos veces creo. Los monitores alucinaban, alucinan siempre por “fas o por nefás”. El caso es que se hace duro y se necesita su habilidad para ponértelas. Otro ejercicio era de orientación. Antes nadaba siempre con la cabeza fuera del agua, con total normalidad. Ahora al sacar la cabeza me canso y trago agua. Lo dicho lo que es “bueno pal cuerpo, es malo pal alma”. Está bien esto, pues además de poner una especie de gymkhana, varía y ameniza el tiempo. Por otra parte, tampoco es nada fácil eso de sacar la cabeza y menos ponerse las gafas sin ahogarse, por lo menos para un “minusválido acuático” como es mi caso.
Mañana probaré el neopreno de Gema y haré el test de mil metros, intentaré esforzarme al máximo.
Hasta la próxima, querido diario
P.D.: La primavera ha llegado a mi Murcia. Está preciosa, con olor a jazmín y sabor a Semana Santa. Lástima que este año no saldré, pero podré ver a mis dos nenicos debajo de "Jesús en casa de Lázaro" o al Capitán Bajoca junto a mi cuñado Jesús en "El Prendimiento" los dos únicos "pasos" de los cinco que sacaba en mi juventud. El domingo salimos en la bici ya con el culotte corto. La plaza de las Flores y Santo Domingo están llenas de luminosidad y gente.
El irme a vivir al campo me ha traido muy buenas cosas, pero he perdido el placer de pasear por mi ciudad, de la que he huido tantas veces y a la que siempre he tenido que volver por añoranza.
Esta mañana al pasar por la calle Montijo, me he acordado de esas estampas de la infancia y me he entristecido, junto a la pared del casino ya no están los limpiabotas. En el bajo donde estaba el Bar La Viña, lugar donde se vendían las entradas del fútbol los domingos y donde se montaban las más sabias tertulias futbolísticas del momento han puesto una Agencia de Recaudación de Impuestos, qué ironía. Junto en la portería de al lado vive o vivía la camarera de Nuestra Señora de las Angustias y allí íbamos a recoger las túnicas del Lunes Santo cuando salíamos de monaguillos. Me hago viejo y eso me jode, pienso que no he disfrutado de todo lo que se me ha ofrecido y eso me pone de mala leche...

jueves, marzo 01, 2007

Al otro lado del cristal….
Un niño está tras el escaparate de la pastelería. Su naricilla se aplasta contra la luna, su respiración empaña el cristal y su pequeña mano carnosa de infante limpia una y otra vez el vaho para poder seguir admirando sus dulces preferidos. El confitero para junto al expositor. El niño lo mira y enseguida vuelve a centrar su atención en los dulces… Entre el crío y el maestro confitero no hay ningún rencor, ninguna relación, pero el nenico sigue queriendo comerse esos dulces…
Podría borrar los comentarios que no me gustan. Como administrador del blog tengo el derecho y la potestad. Si lo hiciera creo que no estaría actuando con justicia, con honorabilidad… Si expreso una opinión, quien la reciba está en su derecho de apoyarla o rebatirla. Internet nos permite la interacción, la creación de un vínculo entre el escritor y sus lectores que casi ningún otro medio nos ofrece. No sería ético castrar esa doble vía dejándola en una de un solo sentido.
Pedro Mª, lo primero que hago es agradecerte el privilegio que me da de tenerte entre mis visitantes. Ante una argumentación mía me tachas de resentido. Es fuerte el adjetivo, es duro el leerlo, pero no por ello no debo de respetarlo.
Creo, tras leer de nuevo mi texto, que si yo reflejara una acepción, en concreto la segunda de resentido: Que se siente maltratado por la sociedad o por la vida en general. No he hecho eso y creo que eso no es lo que refleja mi texto. Otra cosa es que tú, sabedor de otros sucesos, intuyas que expreso una opinión intentando salpicar a todos. Creo que tu postura debería ser la de opinar que para ti lo que digo es motivado por algo distinto a lo que expreso, no creo que una tercera persona sepa o pueda asegurar porque escribo unas cosas y no otras… En todo momento cuando relato una acción, aporto una solución.
Sobre la prueba del sábado pasado, opino, que es una prueba en el que el principal activo son las ganas de las dos o tres personas del pueblo que se involucran en organizarla. Eso se llama voluntarismo, pero tenemos que ser consecuentes y realistas. Es, con diferencia, una de las que más lagunas organizativas y de seguridad tiene. Aporto como solución la creación de una figura dentro del organigrama federativo que apoye, asesore, dinamice, aconseje y poco a poco exija la evolución de, no sólo ésta, sino de todas las pruebas del calendario regional. Hace ya algunos años llegamos al culmen de muchas pruebas y éstas se estancan y mal viven un año tras otro. Eso, creo, no es resentimiento, opino que es una postura constructiva.
Tú argumentas que en la federación “sólo has visto buenas intenciones”. Volvemos al mismo punto de partida. No creo haber afirmado lo contrario, pero sigo opinando lo mismo, las buenas intenciones por sí solas no bastan. Las acciones tienen que verse de forma efectiva. No es suficiente querer hacerlo bien, tener buena voluntad. En el servicio público hay que ser además de honesto, cosa que sé fehacientemente que todas las personas que están en la federación lo son, hay que ser eficaz, productivo, alcanzando objetivos, mejorando niveles… Lo que yo indico es que hay que dinamizar el grupo e intentar dar un salto de calidad, evitar el estancamiento. “Si siempre hacemos lo mismo, siempre llegaremos al mismo sitio”. Opino que el triatlón murciano debe alcanzar superiores metas, al menos a nivel organizativo, que el deportivo es otro tema…
Entre otras cosas, Pedro Mª opinas, que el deportista que ha cumplido su sanción ha pagado su culpa. Este tema es aún más delicado pues hablamos de una persona que siente, sufre, tiene familia y yo no quiero hacer sufrir, ni padecer… Lo primero que quiero es respetarlo. Quizás lo que debió de hacer pensar que “yo no lo perdonaba”, que no soy quien para perdonar a nadie, es mi afirmación de que cumplió la sanción “de aquella manera”. Eso es una verdad manifiesta. Estando sancionado hizo quinto en la Media Maratón de Murcia, compitió en los cross y algo debió de haber pasado cuando lo quitaron de la selección murciana de cross a última hora. ¿Qué eso es legal?, yo creo que en todo caso será alegal, es decir, no está legislado, pero en la Asamblea de la Federación Murciana de Atletismo se debatió ampliamente y decidieron no llevarlo… Luego, pueden quedarme dudas sobre si cumplió realmente la sanción o no. No quiero perjudicar a esta persona ni a nadie, pues creo que como tal merece mi respeto y como deportista mi admiración, pero los hechos son los hechos, no me los invento.
Por otra parte respecto a mi comentario sobre el número del dorsal, ahí alguien, creo, metió la pata, si se acordó que se diera por el ranking, se da de esa manera y luego no te podrán criticar, porque se decidió así. En cuanto a la disputa del primer puesto, tú no estabas allí y es posible que, además de evidente para cualquier espectador, alguno de los afectados lo reconociera públicamente.
Podrán decirme que en el ciclismo es habitual que uno gane la etapa a cambio de un beneficio para el otro, por norma suele ser por mejorar en la general, eso como beneficio deportivo lo puedo comprender, que no es que me parezca bien… Pero en el triatlón el dejar ganar uno a otro y más en este caso, no tiene ningún beneficio, sino que se limita a un acuerdo económico… Eso ni lo comprendo, ni lo acepto y estoy en mi derecho de manifestarlo. Y, siempre en mi opinión, no estimo que debamos copiar lo peor de cada uno de los deportes. Por ello relato algunas vivencias dentro del mundo del triatlón. No todos los deportistas somos tan buenos, no todos los miembros de los equipos rectores, aún con muy buena voluntad, cumplen con su obligación. Los dos deportistas que no cumplieron el recorrido, pues… ¿qué puedo opinar?, si tanta ilusión les hacía terminar la prueba, que la terminen, pero si fuéramos todos tan deportivos y tan buenas personas, se hubieran auto-descalificado. Y quien tuvo que cumplir con su obligación no lo hizo… Pues eso se llama dejadez, porque el que no afectara a los premios en metálico no significa que los demás deportistas que cumplieron con su obligación no son “hijos de dios”, también.
Dolido por la afirmación que se me hace de resentido, podría indicarte, que podría mostrar mi resentimiento aireando aquí, cosas que conozco y no son públicas, que si que me harían (todo lo que relato es público) aceptar la acepción de resentirse: Tener sentimiento, pesar o enojo por algo. Efectivamente, ocurrieron unos hechos que me causaron, primero enojo, luego pesar, porque no esperaba esa actitud de algunas personas, pero creo que no he mezclado en mi relato nada de eso…
(Haber,de buen rollito) A ver si como me has dicho nos vemos
Ha finalizado el mes y llega el momento de hacer resumen:
Horas totales: 55:55:23
A pie:19:07:23 para 237, 20 km.
Bici:17:14:00 para 460 km.
Natación:18:34:00 para 41, 70 km.

Por semanas:
1ª: 13:35:00
2ª: 18:40:00
3ª: 09:52:23
4ª: 14:28:00
5ª : 04:45:00

Dejaremos para el lunes como ha ido todo.
¡Hasta la próxima!, querido diario