Y Probé a ser IMvencible

Triatlon.

jueves, diciembre 28, 2006

¡Las consecuencias de los tapones!.
Pasados unos días del, ya descrito, día de los tapones comenzamos a ser conscientes de las consecuencias de aquella “explosión de valor” que nos provocó los efluvios de los contubernios tabernáculos.
Desde que comenzamos a correr, hace algún que otro año, nos inscribimos en la “San Silvestre Crevillentina”. Por la autopista no tardamos más de quince minutos en llegar desde casa. Al principio, con mi zagal mayor muy tierno, salíamos a correr a la usanza normal... En los últimos años mis nenicos se disfrazan de preso y policía, mi santa hace de mayordomo, vistiéndonos y maquillándonos a todos, mi hermano “El Capitán Bajoca” se disfraza de superman y yo encarno el papel estelar de superwoman. Unas medias, peluca rubia, pechos de primera y una minifalda preciosa de la muerte, hace que despierte la admiración de todos los presentes, chicos y chicas, uno que es guapo...
Salimos atrás del grupo y jodemos un poco la marrana, adelantando a participantes que no pueden creer que con esa guisa le pasemos a toda leche... Es muy divertido y en cuanto termina, una cervecica, una y “pá casa”.
Total, que los tapones hicieron que se les pudiera arrancar a la promesa a mis compañeros de que este año, además de celebrar la despedida en casa, antes se vendrían a correr a Crevillente, ocho mil trescientos metros.... Mis dos compañeros de farra están que “no cagan duro” desde que se dieron cuenta a lo que se comprometieron... El día treinta y uno por la mañana 120 km. en bici, por la tarde San Silvestre y por la noche... lo que se tercie, que seguro que no será sexoooooo, “pá mi que no”. Hemos limpiado la piscina y dejamos que los perricos “se orinen” en ella, el resto del año no les dejamos, para intentar que se ponga el agua algo templadita, es una de las pegas de no tener cuartos para climatizarla y así podernos bañar. Estoy deseando estrenar mi neopreno....
Ya te contaré, querido diario....
P.D.: A todo esto, a los jodíos de mis amigos no les he podido arrancar el secreto de que van a ir disfrazados... ¡Cómo vayan más molones que yo, se la cargan!....

miércoles, diciembre 27, 2006

¡Diez días sin escribir, es una falta imperdonable!
Te dejé, querido diario, contándote que esa mañana de lunes ya había nadado. Por la tarde no tenía ninguna tarea. Ocurre que cuando sólo tengo que hacer una sesión y encima de natación que tiene menos repercusión a nivel muscular, por la tarde me encuentro como si estuviera faltando al entrenamiento. Esto se está convirtiendo en una terapia adictiva que encima me deja mala conciencia cuando no llego a la cama roto en mil pedazos....
El martes no tenía que nadar pero como soy un enfermo del “sado” no puedo dejar de machacarme en la piscina... La socorrista sólo hace ponerme pegas todos los días... ¡Cuándo no es la toalla, son las gafas y cuando no, el gorro!. Tengo que enseñarle la intendencia todos los días para que vea que voy correctamente uniformado.... Dos mil metros fueron la pastilla que me quitó el “mono”. Me tomé un “piscolabis”, sobre la una del mediodía y a las tres y media me subí sobre mi “BH” y me dispuse a ciclar cuarenta kilómetros,distancia que indicaba el plan ese día.... Veinte kilómetros hasta el Mojón del Reino (Beniel) y vuelta.
El miércoles fue otro día como el lunes, de los que me acuesto con mala conciencia porque sólo tenía que nadar. Otros dos mil metros bajo la atenta y escrutadora mirada de la socorrista. ¡A esta chiquilla le tengo yo que preguntar el nombre un día!... Igual, como es tan estricta, se cree que lo que quiero es ligar con ella... ¡Bueno, que crea lo que quiera!, artico estoy de llevar mala fama por donde quiera que voy...
El jueves dos horicas de entreno a pata que me hicieron corretear durante 25 kilómetros en el “Coto Los Cuadros”. Me crucé, a pesar de la hora, tres y media de la tarde, con varios bikers y con un par de “madres” paseantes. Por primera vez consideré que las madres de aquel día no caminaban por “prescripción facultativa”, o quizás es que la “cansera” ya me estaba afectando, de nuevo, al cerebro.
El viernes se produjo el milagro. La navidad se adelantó y Papá Noel, quizás como excusa por no haberme hecho participe del gordo de la lotería, me regaló 2500 mts. de natación. Por primera vez, que yo haya tenido conciencia, he llegado a tal cantidad de metros en sólo una hora... Incluso noté que deslizaba, se ve que al final los del T.I. van a influir en mi anárquica y realmente paupérrima manera de nadar....
El sábado me costó levantarme. La alegría por el éxito en la natación, la jarana ya que tenía salud a raudales y la tristeza porque no era millonario, hicieron que nos fuéramos de copas mi santa y yo, la noche del viernes. Ambos dos, salimos en grupos diferentes. Ella fue a cenar a un restaurante de “alto copete” llamado, creo, “El Reloj de Cuco”. Como soy un triste y no estoy acostumbrado a ese frenético ritmo de los “que están en vida” fui a cenar a las tascas. Ese lugar estaba muy de moda en mi juventud, es decir entre los años 78 al 85. Ahora es un nido de tabernáculos muermo, mala y cara comida, en tapas que tuvieron lustro hace varios días... Al final una mala cena de pobres y una peor bebida.... Al menos acerté con el bar para tomar copas. En el “Plaza Centro”, parte de atrás de la archiconocida “Plaza de Las Flores” nos “reapretujamos” cientos de nenas guapas, chicos musculosos, entre los que no me encontraba yo, una gran cantidad de nenes que viven siendo nenas y algún que otro calvo fuera de lugar, grupo al que pertenecía un servidor. El sitio estuvo muy bien. Tanta categoría tenía que el grupo de mi “santa” también lo visitó y al final aquello tuvo el mismo desenlace que las “cutre despedidas de solteros”, en las que las "pandas" del novio y la novia se juntan, para no volverse a separar hasta el día del divorcio. Con algún “vodka con tónica” de más, pero sin pasarse, como en el “Precio Justo”, fui devuelto a mi casica por mi santa. A las diez, monté sobre mi bici y me dispuse a pedalear durante sesenta kilómetros. Casica, Bigastro y vuelta. Hacía viento, frío y el cuerpo no estaba para demasiadas alharacas, pero eso es lo que ponía el plan. Llegué a casa y “el plan” ponía que “cuando te bajes de la bici, te cambias y corres durante cuarenta y cinco minutos”. ¡Mierda de plan!, ¡es que sabía que hoy estaría hecho un trapo y me quiere dejar muerto en vida?. Cuarenta y cinco minutos después y nueve kilómetros de recorrido fueron el suplicio que tuve que pagar por ser un crápula y un mal deportista. Era sábado y el 24 de diciembre, como norma desde hace bastante años, nos juntamos con unos amigos para celebrar las horas previas a la cena de Nochebuena, tomando lo que el tabernero denomina “tapones”. Unos minúsculos vasicos con una pócima que hay que golpear contra la barra antes de beberla. ¿Qué hicimos?. Adelantamos para el sábado, lo que el 24 domingo, no iba a poder ser pues cierran el tabernáculo de “El Cuki”. Cuando volví de correr me esperaba mi santa con sus galas de guerrera y me montó en el coche dirección a tan insigne lugar de despiporre y mala vida. Tras unas primeras tapas con cerveza, para no tomar los tapones en ayunas, eran las dos de la tarde aproximadamente, nos dispusimos a beber de los minúsculos vasicos las seis y media....Tapas, cervezas, tapones y cubatas hicieron que henchidos de valor y lobos de la noche, que al día siguiente se traspondrían en corderos, marcháramos al karaoke... ¡Qué nadie se ría!, ¡Sí, me gusta el karaoke!. ¿Qué pasa?. ¡El que tenga cojones que pestañee siquiera!. Mi destemplada y rota voz, junto a la mi compañero en estas lides, Antonio, irrumpieron en el “muermo karaoke” como una brisa de primavera que despertó y refrescó el ambiente. “Judas El Miserable”, “Jhonny TecnoSka” y demás temas de un repertorio del mismo palo, aderezadas por nuestro fluido y acompasado, a la vez que desinhibido baile, hizo que el público, que a la tercera canción abarrotaba el lugar, nos nombrara ganadores de nuestra particular “Operación Triunfo”. Las diez de la noche, el cansancio, la garganta dolorida y sobre todo, una llamada de mi compañero Stani, hicieron que se rompiera el encanto y decidiéramos regresar a casa, con esa sensación de que “nunca debíamos haberla abandonado”. Stany me llamó, diciéndome, no se acordaba que ya me había enviado un mensaje, que estaba bebiendo cervezas y comiendo langostinos en la Plaza de Las Flores y que no se encontraba en condiciones de asegurarme su presencia, a las ocho de la mañana, en el lugar convenido para ciclar los 120 kilómetros que “ponía el jodío plan”. Esto me volvió a la realidad. ¡Coño, mañana 120!. ¡Me quiero morír!.
A las siete de la mañana del domingo sonó el despertador. Recé, como hacía años que no lo había hecho, para que siguiera diluviando igual que la noche anterior cuando regresamos a casa. Estaba oscuro. Miré la piscina y no habían ondas en el agua que delataran a la tan querida lluvia, por mí en ese momento. Me levanté pero no tuve fuerzas para dar un paso... Caí de nuevo a la cama.... Las ocho. La claridad entraba por los ventanales del salón y mi conciencia de pecador despertó. Me decía al oido lo que tanto sabe que me duele. ¿Vas a dejar de salir?. ¿Este es tu compromiso?. ¡Pecador, mal hombre!. Sabía que sólo había una manera de acallarla. Me levanté. Salí de la habitación, desgraciadamente no llovía. Desayuné y me disfracé de ciclista. Mi cuerpo no era el de un ciclista, aunque sí mi vestimenta. Me monté, le dí una patadita a los dos perros, Gorka y Garban, para que me dejaran salir y con la idea de hacer, aunque fueran cuarenta kilómetros me marché dirección Totana. Discurrí que en esa ruta podría encontrar algún grupo que me acogiera en su seno y no fuera toda la mañana expuesto al frío y el viento. Como todos sabemos los ciclistas no salen ni cuando llueve, ni cuando es fiesta, ni cuando los necesitas así que no me crucé con nadie. Llegué a Sangonera, veinte kilómetros, me dije voy a seguir algo más. Llegue a Librilla, treinta y cinco kilómetros, me volví a obligar un poquico más. Alhama fue el siguiente pueblo en recibir mi visita, cuarenta kilómetros. Un poco más. Camino de Totana ví el kilómetro cincuenta en la máquina de marcar la velocidad. Decidí volver. Si me quedaban ganas ciclaría cerca de casa los veinte que me quedaban. Por Sangonera cambió el tiempo, como no podía ser de otra manera, a peor. Se metió el sol y Eolo se enojó con todos los que la noche anterior habíamos realizado excesos, especialmente se enfadó conmigo. Como pude llegué a casa. Llevaba 100 km. y no podía dar un golpe de pedal más. Lo siento. Por primera vez desde Agosto no fui capaz de hacer la tarea encomendada, sólo hice 100 de los 120 que me habían asignado. Como el ejército rojo, “vencido y desarmado” me amorré junto al fuego, tapado por una manta....
¡Veinticinco de diciembre, fun, fun fun!. ¡Qué bien, es Navidad!. Esta fiesta no me ha gustado nunca, sin embargo hoy sí que me ha dado una gran alegría. ¡No tengo que entrenar!. Podré restañar las heridas inflingidas por mi estupidez y falta de consecuencia, a mi maltrecho cuerpo. Unas “almóndigas”, una tacica de caldo, cosicas buenas “pal cuerpo” y mucho descanso. La chimenea de leña a tope y mi pijamica que me acariciaba la sufrida piel.... ¡Qué día de Navidad más dichoso!.
El martes, de nuevo embutidos en la disciplina de la jornada laboral, dos mil quinientos metros en la piscina, de madrugá, como las procesiones de tronío. Por la tarde a las tres y media un farlek de sesenta minutos con cambios cada 2 y 4 minutos por el “Coto Cuadros”, esta vez no vi a “naide” que me hicieron recorrer 15 kilómetros. Quince minutos, con tres kilómetros más, fue el rodaje que me volvió a casa y a la calma.
Esta mañana he ido a nadar. La nenica de la socorrista, de nuevo, me ha dado un buen repaso y ha decidido que no podía nadar con aletas. Le pregunto con la exquisita educación que me caracteriza y apostando mi más dulce voz: ¿Porqué, mi amooooolllll?. Contestación: "Porque hasta enero no sabremos cuanta gente nada en cada calle y debemos estar seguros que los que llevan aletas no molestan a los demás usuarios". ¡Mi amooooollll!, le contesto yo, "¿a qué usuarios vamos a molestar, si en estos momentos, en una piscina de nueve calles sólo estamos tú y yo?, y tú ¿no vas a bañarte?, ¿verdad cuerpo?". Pues ni por esas, que a las siete de la mañana con un solo usuario en la piscina, que era yo, puedo molestar a alguien....¡Eso es disciplina soviética y lo demás “mocopavo”!. Al finalizar la sesión, un poco por tocarle los cataplines a la nenica de los huevos, le he dicho. ¡Por favor!, pregúntale a tu jefe si puedo venir a nadar con neopreno, no vaya a ser que me dejes en bolas porque no se pueda usar. Le he contado que yo era un “afamado” triatleta de larga distancia y que necesitaba, periódicamente, nadar con el adminículo.... ¡Qué se joda y que lo pregunte!.
Y así va todo, querido diario. Ahora tomaré un “tentempié” y a las tres y media cogeré la bici para hacer cuarenta kilómetros hasta El Mojón de Beniel, pedanía que espero hacer famosa algún día por ser la vuelta de mis archifamosos entrenamientos.
¡Hasta pronto!, querido diario.

lunes, diciembre 18, 2006

¡Joder con el correr rápido!, vaya un negocio ruinoso que me ve buscao...
El sábado tuve día campero. Nos lo pasamos muy bien. Nos jugamos los pelos al futbolín, bebimos cerveza y medio gin-tonic, que al día siguiente tenía que correr. Hice un rodaje de treinta minutos por la finca a la estela de los caballos que participaban en el Raid, fui, junto con los jueces, el que más de cerca siguió el acontecimiento. En la comida dos arroces que estaban buenísimos, uno de lubina y otro de caracoles... A las diez de la noche, tras meterme entre pecho y espalda una morterá de spaguetis me acosté. No bebí demasiado, más bien poco, teniendo en cuenta mi afición a participar activa y entusiasmadamente en este tipo de fiestas, pero supongo que el dispendio pasó factura la día siguiente.
A los ocho y media dirección a Aspe. Ya en la ida negros presagios se vislumbraron en el horizonte. Un coche que circulaba en sentido contrario se pegó una leche de tres pares de cojones. ¡Qué susto y cuanto impactan estas imágenes en vivo!. Menos mal que llegamos pronto. Mil quinientos corredores en una fila interminable para recoger la equitación completa de atletismo que regalaban los chicos del Club de Atletismo Aspis. Encontramos un buen sitio de aparcamiento y preparamos la intendencia. Mi zagalico, el mayor, se vino y corrió doce kilómetros de la prueba. Esperemos que poco a poco se vuelva a involucrar en este mundo del que nunca debió salir... Calentamos, como siempre, algo anárquicamente y nos pusimos en la cámara de llamadas. Debía estar bastante atrás, ni oí el tiro de salida. Estaba relajado, quería tomarme la prueba como Lorca, a sensaciones. Desde luego el recorrido no era el mejor para disfrutar. Muchas cuestas, unas cortas pero duras y luego siete kilómetros de constante subida, tendida, pero subiendo, hasta el quince... Me di cuenta de que había salido muy atrás cuando adelante a Esther y sus amigas, que salieron en primera línea, a las chicas le dieron ese privilegio, en el kilómetro ocho. Suponiendo que fuese a 4,30, si ellas no iban a menos de cinco, debería haberlas adelantado en el kilómetro cuatro como mucho.... Esta vez llevaba un reloj que sólo marcaba el paso de los kilómetros, quería saber al final los ritmos que había llevado, pero no daba el tiempo final. También me prometí a mí mismo no mirarlo. En el kilómetro doce adelante a Juan Plazas, un compañero del tri. Su hermano me había dicho el jueves que su intención era hacer una hora treinta y seis minutos... De nuevo volví a preocuparme.... En el 15 pasé a Labiano, otro compañero del Moto5. Iba cascadote el chiquillo, pero seguí preocupándome, ¿qué coño había hecho hasta ahora, rascarme el bolo...? Desde ahí hasta meta puse el turbo. Esta mañana inspeccionando el reloj me enteré que había corrido del quince a meta entre cuatro uno y cuatro cuatro cada kilómetro. Fui pasando gente desde la salida hasta el final.... Pocos me pasaron y pasé a un montón. Cuando llegué el arco me llevé una gran decepción. ¡No había reloj!, no pude saber en que tiempo terminé. Tampoco dieron ticket. Hoy he visto que me dan 1:32:50... Conclusiones, debo de estar bien porque sino no hubiera podido correr los seis últimos kilómetros rondado los cuatro minutos. También he sacado como conclusión que me puse demasiado atrás, me relajé en exceso y como broche final, también he intuido, el reloj me lo ha confirmado que en las cuestas, al ir por sensaciones no tuve el cuerpo con ganas de sufrir demasiado, pues bajaba los ritmos a casi 4,30 el kilómetro. Hay que ser pragmáticos y analíticos y el resultado fue un gran fiasco... Debo buscar, pronto, una carrera que me quite este mal sabor de boca y me devuelva la confianza que nunca debí perder...
Esta mañana ya he nadado dos mil metros, yo creo que algo más, pues he perdido centenares de veces la cuenta de lo que nado. Como en la piscina solo estamos la socorrista y yo, le pediré mañana que, por favor, me cuente los metros que hago.
¡Hasta mañana!, querido diario...

viernes, diciembre 15, 2006

Novedades semanales.
El lunes me tocaba gimnasio, el de la universidad. Una hora haciendo ejercicios de fuerza. Fui temprano, me agobian los forzudos que sólo están para hacerme perder tiempo. Colocan en las halteras pesos imposibles que cada vez que tengo que utilizar debo descargar. Un grupo de ejercicios, diez minutos de bicicleta, otro grupo de ejercicios y otros diez minutos. Las voluntariosas madres que al principio de temporada aparecían a quitar el pellejo a las otras madres que se quedaban abajo viendo a sus niños nadar y las monitoras de sus hijos ya no aparecen por allí. La testosterona ha ganado definitivamente la batalla para alivio de todos, creo que incluso ellas han resoplado de tranquilidad pues no se las veía muy motivadas. Han encontrado la excusa perfecta para contarse entre ellas y para contarla en casa: “¡Es que el gimnasio está lleno de gorditos, hombres musculosos y chicos con mirada lujuriosa y asín no hay quien realice un trabajo físico serio”!.... Cuando terminé me bajé a la piscina, sólo pude hacer 2800 mts. un ineludible compromiso no me permitió finalizar la sesión hasta los 3500.
El martes un farlek de 60 minutos a intervalos de 2 y 4 minutos. Para la vuelta a la calma 15 minutos de rodaje. Me tomé un sanwich de jamón y queso fresco sobre las doce de la mañana. Cuando salí del curro me fui a la mota del río. Como sabes, querido diario, allí disfruto más del este entreno pues el recorrido es totalmente plano y los cambios son constantes sin variables de pendiente ni viento. Con sorpresa por mi parte en los primeros treinta minutos llegué casi a Alcantarilla, bastante más lejos que la vez anterior. Volví hacia Murcia, una hora escasa que tuve que completar por los alrededores del Malecón. Después 15 minutos de lento rodaje, me fui para casa. Por la noche, a las diez, a la piscina de Espinardo, cuarenta y cinco minutos de técnica y demás parafernalia. El monitor ni me miró en toda la noche. Tomé una decisión. No merece la pena el esfuerzo de ir a nadar a las diez, pudiendo nadar a cualquier hora, si el monitor, motivo principal de ir a esa hora, no me hace ni puto caso. Solamente faltan 15 días para que finalice el bono trimestral que compré. No salió demasiado caro. Pondré la pérdida monetaria en el “fondo de comercio” de la “Chanllenge Roth”. Decido llamar a algún antiguo compañero de cuando estaba en el Patronato Municipal de Deportes y cambiar de piscina. También aumento el “fondo de comercio” con los otros 15 días que quedan del bono de la Piscina de la Universidad. Cambio de estrategia. Debo organizarme de tal manera que los tiempos muertos sean los mínimos posibles. De esta forma conseguiré más horas de descanso entre las dos sesiones diarias y evitaré traslados. Este tiempo repercutirá con poder estar algo más en casa. Mi santa me empieza a mirar raro. Antes me miraba con sorna, ahora creo que la cosa ha pasado a mayores, no debo de hacer dejación de mis funciones como miembro de la familia. Todavía falta mucho para Roth y no deseo que la carrera, de ser una indiferencia manifiesta por parte de mi santa ,pase a ser un enfrentamiento irreconciliable.... Como bien decía uno de mis primeros “directores espirituales” en el seminario: “Lo que es bueno para el cuerpo es malo para el alma”. Ahora no podré hacer más de 75 minutos de natación por regla general... Me explico. Nuestro Excmo. Ayuntamiento, con motivo de la organización del fiasco (al final no vino ningún jugador de relevancia y fue un mundial de solteros contra casados) “Mundial de Padel” levantó unas magníficas instalaciones a 100 mts. de mi trabajo. La faraónica obra, entre otras, tiene una piscina cubierta de 25 metros, gimnasio (el mejor que he visto y he visto muchos), spining, pista de parquet de 40X20, todo un lujo asiático, más las pistas de padel, peluquería, cafetería y un sinfín de actividades y salas que no acierto a enumerar en estos momentos...
www.cdlaflota.es. Como soy un hombre madrugador, utlizando a algún conocido he conseguido un “bono salud” que me deja utilizar las instalaciones diariamente desde las siete de la mañana a las tres de la tarde de lunes a domingo por 27 euros. A partir del día 13 iré a nadar de siete a las ocho y poquico, siempre hay algo de cortesía a la hora de entrar a trabajar... A las ocho y poco estaré trabajando y con la natación hecha. El día que tenga que correr, a las tres cuando salgo, voy al club, me cambio y salgo pitando, luego me meto en mi coche y me voy a casa donde me ducho, como y demás estando sobre las cuatro y media en disposición de ser ordenado por la superioridad. Como contraprestación se resentirá mi natación, pero también podré nadar todos los días....
El miércoles aparecía por primera vez en mi nueva piscina. Como dije antes, un lujo asiático. A las siete y tres minutos estaba en el agua, a las ocho y cinco fuera, a las ocho y cuarto sentado en mi mesa con cara de buen chico... Sólo pude hacer 2300 mts. ¡soy un manta!. En la piscina empezó a aparecer gente sobre las siete y cuarto. A las ocho menos cuarto de nuevo estaba solo en el agua. Como aún no me sé los horarios, tenía que hacer cuarenta kilómetros de bici o una hora de spining, a las 12 me tomé un bocadillo. A las tres y media, para que no se me hiciera oscuro con la bicicleta, estaba en la carretera. Me tuve que poner el chubasquero de bici que me había regalado mi santa por mi cumpleaños. Una ligera lluvia nos mojaba a todos los mortales. Creo que en el fondo la actitud de mi santa es sólo una “pose” de cara a la galería, está encantada con mis nuevos entretenimientos, de momento ya me ha sacado del bar. El recorrido fue el habitual. Del Esparragal al Mojón de Beniel y vuelta, es que son todo llanicos. La lluvia, la carretera mojada y los camiones a toda chufa hicieron que la excursión se tornara peligrosa.
El jueves de nuevo la natación. No me di cuenta y se me hizo un poco más tarde para salir del agua y realicé 2500 mts. Como soy un optimista pensé que estaba nadando más rápido, luego me di cuenta que estuve nadando más tiempo. Otro sanwich a las doce y a las tres y media un rodaje por los cuadros. Volé en una hora hice lo que normalmente hago en 65 minutos o algo más. Creo que el domingo podré hacer una buena carrera en Aspe. El circuito es durillo y solitario pero si llegas al kilómetro 15 con fuerzas haces un marcón, pues el resto es casi todo cuesta abajo.
Hoy ya he ido a nadar. Como hasta ahora había pasado desapercibido y eso va contra mi naturaleza hoy he dado la nota. Resulta que se me han olvidado las chanclas. Los otros día había un chico que pasaba bastante, hoy estaba “una particular señorita Rotenmeller” que me ha dicho que sin chanclas no podía pasar. Tras llorarle un poco, rebajarme otro poco, humillarme algo más y saludar al director de las instalaciones (antiguo conocido mío) que “dios” ha hecho que milagrosamente pasara cerca de donde estaba llorando, la nenica se ha ablandado y me ha dejado pasar. Entre pitos y flautas sólo he podido hacer dos mil metros. Entiendo que es una instalación recién abierta y el personal está en fase de pruebas, pero creo, que cuando he derramado cinco o seis lágrimas la nenica ya se podía haber apiadado de mí y dejarme continuar mi camino. Juro, como Escarla O´Hara, que nunca volverá a suceder esto.
El sábado tenía que hacer un test de bici. Me han invitado a una carrera de caballos y a mi santa le hace “ilu”. Supongo que nos disfrazaremos de “señoritos cortijeros” y con nuestras camperas iremos a ver el espectáculo. Es una carrera de regularidad, luego hay fiesta campera... supongo que el test lo haré otro día. Correré media horica por la “finca” donde se hace la prueba e intentaré moderarme en el comer y en el beber, cosa difícil, para estar a punto para la carrera del domingo. Al día siguiente, como ya dije antes, la media de Aspe. Espero ir en condiciones, sino tocará sufrir.... El domingo también tengo la comida de navidad de la peña ciclista. Entre el puente que fue demoledor de comer y beber y la fiesta del sábado y la comida del domingo me voy a poner otra vez como el muñeco de Michelín.
Hasta otro día, querido diario....

lunes, diciembre 11, 2006

¡Ponga un tinte épico en su vida!
Nunca creí que el método de mi entrenamiento fuese a resultar polémico. Me alegra por una parte porque, aunque yo ya lo sabía, hay personas que se preocupan por mí. Por otra parte, es arriesgado realizar una afirmación sobre un tema que del que sólo se conoce un parte. Por ejemplo, podría parecer una temeridad hacer ahora 150 km. en bicicleta si pensáramos que el entrenamiento se desarrollará con tendencia constantemente ascendente, es decir, cuanto más cerca de la fecha del objetivo mayor es el volumen de entrenamiento. Tendría que repasar los sistemas de entrenamiento, unos años alejado de las canchas hace que algunas cosas no las tenga muy frescas en la memoria, pero si es cierto que la planificación no es una ecuación que dibuja una línea recta ascendente sino que y por ello se llama así, sino una línea cíclica de subidas y bajadas. Puede tener un sentido determinadas acciones y con ellas trabajamos ciertas cualidades que luego se aprovechan en otro ciclo distinto, a esto lo llamamos Mesociclos, Macrociclos, etc. También están las variables de intensidad y volumen que conjugadas con el trabajo específico de ciertas cualidades nos pueden llevar a estar en el momento justo con el mejor estado de forma posible... En cualquier caso el plan de entrenamiento que llevo ya tiene dos éxitos. El primero que peso casi lo mismo que cuando me casé cuando este peso sólo lo había conseguido un par de semanas antes del objetivo, ahora entreno con bastante menos alforjas que antes y el segundo éxito es que he aprendido a nadar... con esto ya voy apañado...
El jueves me fui a nadar, como va siendo costumbre utilicé una tabla de ejercicios y series que me hicieron recorrer 3.500 mts. en algo menos de una hora cuarenta minutos... ¡Quizás nadé más lento o quizás perdí demasiadas veces la cuenta y haría más metros!...
Este día fue un día extraño... Me fui a cenar con el “Capitán Bajoca”, las circunstancias hicieron que esa noche la tuviera para hacer lo que quisiera, bueno.... casi lo que quisiera... El caso es que nos fuimos a cenar en plan tapeo y una cosa llevó a otra, terminamos en un concierto de “OBUS”. Eramos la extraña pareja en un submundo que yo creí extinguido como el de los dinosaurios. Recuerdo que ya este grupo era maduro cuando yo era joven. El único calvo por obligación en el concierto era yo, los demás se habían rapado el pelo por estética... Otros, la mayoría, con unas “tracas” hasta los hombros y camisetas negras en las que se leía “Iron maide”, “Sepultura” y demás grupos del mismo corte. Creo que nadie de los que allí habían conocieron a este grupo en su momento, pues era extremadamente jóvenes... El cantante, entrado en carnes, cantaba en “falsete” y pedía que nos reveláramos y fuéramos contestatarios... Pocas veces me había sentido tan fuera de sitio y creo que no era yo el único cuya presencia era pintoresca....
Tras la trasnochada salí a montar en bici, ochenta kilómetros, algo más tarde, sobre las nueve. Dirección Algorfa de nuevo. Esta vez no hacía viento pero el frío ya comienza a notarse.
El sábado la mota del río fue el escenario donde desarrollé el entrenamiento. Un farlek de una hora con intervales de 2 y 4 minutos. Me noté bien, fuerte y rápido, disfruté un montón pues llegue más allá de Guadalupe. Para finalizar quince minutos de rodaje suave que me volvieron a la calma. El sábado había mucha gente corriendo por el río, fue agradable el no ir solo. Por la tarde tenía las piernas algo durillas y me fui a nadar cuarenta y cinco minutos para relajar, mil quinientos metricos que me dejaron relajado y como nuevo.
No cené bien el sábado, el partido y las visitas impidieron que le dedicaran el tiempo y la tranquilidad necesarias a tan importante evento. La pasta era lo adecuado y fui sustituida por la cerveza, tortilla de patatas, pisto, en fin todo aquello que no debía haber tomado. La consecuencia fue que pasé una noche de perros, despertándome cada dos por tres unas veces por la gazuza, otras por los nervios. Ciento cincuenta kilómetros hacía que no los corría desde que tenía treinta años y colgué la bici por la nacencia del mayor de mis hijos... Tenía respeto al tema y no quería fallar en este entrenamiento. El domingo hizo bastante frío y viento... No era el día de las proezas. Hacia El Altet nos fuimos Román, Stani y yo. Román es un chico que tiene ahora 20 años, se ha empeñado en venirse a Roth. Fue una gran compañía, pues aunque a pie está flojico en la bici está bastante fuerte, comparado conmigo. Sobre el kilómetro 110 tuve que llamarle la atención. Nos llevaba fuertecillo y aún quedaba lo peor. Por Beniel siempre pega el viento de cara y encima están los sube y baja de la zona de El Mojón. Llegando a Zeneta yo ya iba madurillo.... Cuando nos faltaban 20 kilómetros la “querencia” hizo que me recuperara y de nuevo comenzáramos a bromear. Stani decía que tenía que parar a afeitarse... Pasamos la experiencia y todavía nos faltaba un maratón... si hubiera sido Alemania. Esta semana no es demasiado fuerte. Esta tarde Fuerza en el Gimnasio y la hora y media de natación. El domingo haremos la media de Aspe...
Hasta el próximo día, querido diario....

jueves, diciembre 07, 2006

El primer día del mes
Este mes de diciembre, qué sólo ha hecho empezar, está siendo duro. El viernes como te dije, querido diario, me fui a la piscina. En hora y media recorrí 3500 mts. Estuve haciendo pirámides hasta un máximo la más larga de 400 mts. y en ningún momento paré, solo fui alternando tramos de 100, 200, etc. fuertes con tramos de 100 mts. suaves. Estuvo bien, aunque no se cuantas veces perdí la cuenta de los metros que llevaba. Seguro que no menos de los 3500 oficiales, en todo caso más.
El sábado tenía que hacer 80 km. en bicicleta con ocho series de un kilómetro en cuesta. Tres horas y media tuvieron la culpa del tiempo que estuvimos con la bicicleta. Fuimos Stani y yo y nos cruzamos un par de veces con Valverde que nos pasó como un cohete mientras que nosotros, que llevábamos el desarrollo más duro que pudiéramos mover sentados en el sillín, subíamos que nos faltaba carretera. Yo le grité: “¡Alejandro, me sacas distancia porque llevas mejor bicicleta que yo!. Me miró, creo que entendió la broma. Últimamente por los círculos ciclistas murcianos se está llevando, en los foros, muchos palos de gente que pretende que sea él quien les busque trabajo... El domingo salí con los zagalicos de la peña. A las ocho me puse en la carretera con la intención de hacer unos 20 km. antes de llegar al punto de reunión. La etapa del domingo era ir de Algezares a Totana unos noventa kilómetros. Sólo aparecimos cuatro... Hacia Totana, Ginés y Liza fueron tirando todo el rato... A la vuelta, con el aire en contra nos pidieron a los que íbamos en “el cobertor” que echáramos una mano. El esfuerzo del día anterior me pasó factura, iba muy justo y sólo pude hacer un relevo. Noté que me faltaba frescor en las piernas y sobre todo en la cabeza. A la altura de Librilla tuvimos, la mala suerte para mí, de alcanzar a un grupo que por la mañana ya le habíamos quitado las pegatinas, ellos se volvieron antes, supongo que en Alhama. Cuando le pasamos la segunda vez, como siempre pasa con los ciclistas, dos del grupo al que adelantamos se pusieron a nuestra cola. Como ya voy conociendo el percal, me temí lo peor y lo peor ocurrió. Tras unos kilómetros tirando mis compañeros se abrieron esperando que los dos recien llegados cogieran la iniciativa de tirar. Por supuesto que tiraron, nos pusieron a 45 por hora. Fui con el gancho todo el rato, llorando por no quedarme. Tras unos kilómetros cesaron en el empeño de cortarnos. Tras un breve descanso, otro arreón. Otra vez a llorar en la bicicleta, pero esta vez con un desenlace bastante más doloroso para mí. Ciego y sin un solo gramo de azúcar en el cerebro, no vi un enorme socavón en la carretera. Me metí entero. El llantazo fue de órdago y salí disparado por los aires. El casco se llevó el peor golpe y luego el codo y las caderas. Un dedo de la mano y la rodilla fueron los últimos agraciados del incidente. Partí un radio de la rueda delantera pero estaba lista para el uso. Tras unos minutos en el suelo y rodeado de todos los ciclistas del mundo que desgraciadamente para mí, pasaron en ese momento para regodearse por mi poca pericia y mi estampa de globero. Tras examinar los daños, más morales que físicos, continué la ruta. Al final salieron 126 km. Tengo que evaluar si debo salir con los de la peña, a mí todas esas pruebas de hombría que hacen los ciclistas ni me convienen ni me gustan...
El cinco de diciembre es mi cumpleaños. He cumplido 46 añicos. He jugado al fútbol, balonmano, rugby, karate. He trabajado de: Estudiante, observador de meteorología, recoge vasos, profesor de informática, ordenanza, informático. He sido fraile y militar. Seguro que alguna cosa, tanto en mi historial deportivo como laboral, se me olvida en este rapidísimo repaso. Creo que he hecho bastantes cosas, en algunas he disfrutado y en otras me he equivocado con rotundidad, pero espero que igual que yo he aprendido de todas, haya dejado en todos los sitios un grato recuerdo. El día empezó mal, con todo el sistema informático colapsado con lo que tuve que apretar el culo y no pude ni tomarme una cervecica para celebrar la fiesta. A las tres me fui con la bici a rodar cuarenta kilómetros. Estrené la ropa de ciclista (el domingo destrocé el pantalón y la chaquetilla) que me habían regalado por la mañana mis hijos. Mi santa me regaló un chubasquero para la bici, por si algún día llueve y un libro. Cuando regresé del rodaje con la bici me fui a nadar cuarenta y cinco minutos en los que recorrí 1500 mts. Ayer un rodaje de 35 kilómetros a pie. De nuevo con Stani. Salimos de casa a las ocho y media. Fuimos dirección Murcia y allí cogimos la mota del río hasta el Rincón de Beniscornia, llegamos al segundo puente, diecisiete kilómetros y medio. A la vuelta a Stani se le hizo algo larga la tirada y tuvimos que activar el plan de evacuación de emergencia. El propuso parar, pero yo no estaba dispuesto a que, de nuevo (el domingo patas arriba cuando me caí fue la primera vez en la semana), perdiéramos la dignidad llamando por teléfono para que nos recogieran. Tampoco quedaba mucho, cuando realmente iba mal sólo faltaban unos dos kilómetros. Así que andando un ratico y corriendo otro llegamos a casa. Podíamos haber llegado en 3 horas diez minutos o así, al final se nos hicieron 3 horas y 25 minutos. Tampoco pasa nada.
Hoy natación. El domingo 150 km. en bicicleta, lo que tengo claro es que no voy a ir con la peña. Me sacan los ojos y luego tengo que hacer treinta o cuarenta kilómetros solo. Mejor iré con Stani....
El lunes te contaré querido diario.

viernes, diciembre 01, 2006

El entrenamiento diario tomado como objetivo y no como medio....
Me llegó el plan de entrenamiento de diciembre. ¡La madre que parió al tren!. Peor que cuando estaba en la mili y mi único objetivo era no equivocarme cuando mandaban derecha, presente armas o cualquier otra estupidez de las que los “primeros” nos hacía hacer con el único fin de poder salir con la “papela” del fin de semana. Al leer el planning he decidido cambiar el orientación. Cada día será un fin en sí mismo y nos olvidaremos de Roth de momento.... Tiradas de 35 kilómetros, 150 en bicicleta.... Transiciones medianamente largas.... Y todo para que no llegue al día de Reyes... Mi entrenador por lo visto se quiere ahorrar un regalo.... Hablaré con él y le comunicaré mi firme decisión de no aceptarle ese “anual” frasco de colonia que me regala por tan significada fecha.... A cambio sólo le pediré que me exima de alguna paliza de esas o que al menos las minimice... Mi ilusión es sólo terminar la carrera... Con esa preparación igual llego a meta antes de que hinchen el arco de la publicidad y cuelguen el reloj....
Lo que hemos llevado de semana ha ido bastante bien... Tras la media de Lorca tuve unos pequeños problemillas musculares en los gemelos, provocados sin duda por la cabezonería de salir sin las plantillas. El cambio de pisada me provocó unas agujetas y unos dolorcitos que al principio me alarmaron. El lunes nadé mis 3.300 mts. de rigor con diferentes series y recuperaciones que me aliviaron en gran medida los problemas de los gemelos. ¡Ah, se me olvidaba!. Por la “no conformidad” como medida correctora he tomado la decisión de que la próxima vez me pondré las plantillas. Al final mi entrenamiento va a cumplir hasta la ISO 9001... El martes setenta y cinco minutos por Los Cuadros. Al principio con dolor de gemelos, conforme pasaron los minutos fue mejorando hasta terminar con buenas sensaciones y 17 kilometricos en la buchaca. Por la noche mis mil seiscientos metros de piscina con el monitor que cada vez tiene menos motivación conmigo.... El se lo pierde, no lo pondré en mis agradecimientos poscarrera o en mi epitafio, según se den las circunstancias.... El miércoles gimnasio, estuve fardando de “body” en el de la universidad. La verdad es que la mayoría de los que suben al gym son unos tirillas y yo soy “un triatleta”. La puerta de entrada a la gradas está en el gimnasio y las madres que quieren ver a sus hijos como reciben las clases de natación deben pasar obligatoriamente por en medio de nosotros. Cuando vemos por las escaleras subir y medio cuerpo, los callos nos los comemos, no los miramos, empezamos todos a mover “hierro” como si nos hubiéramos fumado una pipa de “crack”. Las churris sólo se fijan en mí, ¿será por mi cuerpo?, ¿o será porque voy tras ellas con las mancuernas subiéndolas y bajándolas con desenfreno hasta que entran en las gradas?. Seguro que la persecución no es lo que las hace mirar, seguro que se fijan en mi cuerpo.... Tras la hora de fuerza, el miércoles sólo pude hacer media hora de natación, tenía una misa de “muerto” y eso es ineludible...
El jueves noventa minutos por Los Cuadros, unos veinte kilómetros, bien. Por la noche en la piscina 1.600 mts. Si normalmente el monitor no me hace mucho caso ayer llegaron dos nenicas de “alarmante” puesta en escena que centró toda la atención de mi “Personal Training”, así que fue el despiporre, nado continuo y alguna que otra cosa de técnica. Lo peor fueron las arpías de mis compañeras de calle, como se dieron cuenta de la jugada, por el poco caso que también les hizo a ellas, se pasaron los cuarenta y cinco minutos quitándoles el pellejo al monitor y a las lozanas mozas...
Hoy sólo piscina y empieza un nuevo mes.
Como siempre vamos a resumir en números el mes de noviembre:
Horas Totales: 54:06:40
Natación: 35,20 Km. 16:10:00 horas
Bicicleta: 524 Km. 18:25:00 horas
Pie: 174, 19 Km. 14:01:40 horas
E.T.: 2,30 horas
Fuerza: 3 horas.

Por semanas:
1ª Semana: 13:20 horas.
2ª Semana: 14:15 horas.
3ª Semana: 13:35 horas.
4º Semana: 08:46 horas
Las horas que faltan hasta completar las 54:06, son las que llevo acumuladas esta semana que aún no ha terminado y será la primera semana del próximo mes.
Bueno, pues esto ha sido todo amigos....
¡Hasta pronto!, querido diario....